Mama Sara se presenta como un espacio donde se puede crear, amar, acompañar, inspirar y sobre todo, movilizar el mundo. Y es por eso que recientemente dieron a conocer una guía interactiva de emprendimientos, que tiene en la mayoría de los casos a mujeres madres como sus principales impulsoras e integrantes.
Desde marzo de este año el espacio se viene fortaleciendo en los valores de la solidaridad, la sororidad, el asociativismo y sobre todo, con un ideal transfeminista. Así se convirtió en un "lugar de contención ante la violencia machista que nos atraviesa cotidianamente", contó a Salta/12 su fundadora, Bárbara Rocha, técnica en recursos humanos.
Rocha también forma parte de la Colectiva Género Trueque, un espacio feminista nacido en Salta que busca afrontar la violencia de género, económica y patrimonial. Por ello, revindican la práctica del trueque, es decir, el intercambio de productos o servicios sin circulación del dinero.
En su participación dentro de la colectiva feminista se dio cuenta de que "todas las profesionales, o quienes tenemos un oficio o emprendimiento, no teníamos un espacio de diálogo para poder fortalecernos y vincularnos". Es por eso que desde marzo se dio comienzo a Mama Sara.
En paralelo la técnica se puso en la tarea de confeccionar una planilla voluntaria en la que cada compañere cuente de su emprendimiento. En ese momento, se anotaron 20 personas. Luego se hizo un grupo de whatsapp y en la actualidad son 200 los emprendimientos que se lograron reunir.
La fundadora dijo que la mayoría tienen a mujeres al frente, y además sus productos o servicios representan el único sustento económico. Se pueden encontrar emprendimientos gastronómicos, de tejidos, de pintura, de fotografía, de indumentaria, entre otros. También, servicio técnico, de cuidado o psicología.
Con la ayuda de la maestra de yoga Mari Costas decidieron emprender la confección de una guía digital que al mismo tiempo sea interactiva. Costas diseñó un PDF que integra la opción de direccionar directamente a los contactos de las personas detrás de los productos que allí se encuentran.
Cuando ingresó a Mama Sara, un mes después de su inicio, notó que había compañeres que no tenían conocimientos sobre informática o uso de las redes sociales. Por eso, propuso donar su tiempo para acompañar en el diseño de este material digital para una mayor difusión.
Señaló que lo que se pudo visibilizar es que las mujeres carecen de espacios. "Soy mujer, soy madre y soy emprendedora; sumo cosas pero se me disminuyen los espacios para crecer", cuestionó. Aseguró que esos pocos espacios que tienen se reducen por la discriminación que persiste contra las mujeres y las identidades disidentes.
Por eso, Rocha dijo que también organizaron ferias de Mama Sara, además de expresarse cada vez que la lucha transfeminista lo requirió. En un futuro casi inmediato, buscan consolidarse como una revista digital y más adelante, pensar en la posibilidad de institucionalizar el espacio a través de una organización sin fines de lucro.
La ansiada independencia económica
Rocha sostuvo que el objetivo es "direccionar el consumo" hacia los productos o servicios llevados adelante por mujeres y miembros de la comunidad LGBTIQ+ para encontrar la "ansiada independencia económica". "En vez de salir al mercado, buscamos primero en el registro", y en caso de no estar presente, recién se busca otros emprendedores, aclaró Rocha.
Además de la venta de productos o servicios, el grupo de Mama Sara también brinda un acompañamiento sostenido con las situaciones de violencia de género, ofrecen asesorías gratuitas para dar una solución al conflicto. Esto no es obstáculo para que se puedan sumar otras necesidades que requieren de otros profesionales.
También acompañan en la búsqueda de trabajo de quien lo esté necesitando a través del diseño de curriculum vitae.
La denominación Mama Sara, tiene un origen quechua, que representa a la diosa del maíz, principal alimento de las ancestras. Rocha relató que la Mama Sara le asignaba la importante misión de cosechar el maíz a las mujeres y que si un hombre lo hacía, la Mama se ofendía y secaba la cosecha.
Además es reconocida por ser la cuidadadora de la chicha, bebida sagrada de las comunidades indígenas y elaborada exclusivamente por mujeres. "Bajo este manto místico surge esta iniciativa, para que cada unx sea protagonista de su independencia económica y el alimento de sus hogares", finalizó Rocha.