Los ultraconservadores de Irán celebraron el domingo la victoria del clérigo Ebrahim Raisi en las presidenciales como "una nueva era". Estados Unidos denunció una elección injusta e Israel dijo que es el presidente "más extremista hasta la fecha". Raisi, de 60 años y jefe de la Autoridad Judicial, fue declarado ganador de los comicios el sábado con casi el 62 por ciento de los votos en una elección marcada por un alto nivel de abstención. Con un 48,8 por ciento, la participación fue la más baja registrada en una presidencial desde la proclamación de la República Islámica en 1979.
El regreso de la línea dura
La victoria de Raisi implica la vuelta de la línea dura a la presidencia iraní en un momento delicado a nivel interno, donde ha crecido el descontento social en los últimos años y la crisis económica golpea como pocas veces. Organismos de derechos humanos temen que aumenten las restricciones a las libertades sociales, la persecución a los disidentes y la censura en el sector artístico y en Internet. La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, denunció que como jefe del poder judicial Raisi "ha presidido una creciente represión de los derechos humanos que ha provocado la detención arbitraria de cientos de disidentes pacíficos, defensores de los derechos humanos y miembros de grupos minoritarios".
En el plano internacional, Irán está embarcado en nuevas negociaciones nucleares para rescatar el histórico acuerdo de 2015 y la tensión con Estados Unidos ha disminuido desde la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, pero habrá que ver cómo continúa con Raisi como presidente. Por lo pronto, las distintas partes implicadas aseguraron este domingo que el acuerdo para salvar el pacto nuclear estaría más cerca de alcanzarse.
Los medios afines a Raisi se hicieron eco del cambio político en Irán. Para el diario Resalat, la elección de Raisi marca "el amanecer de una nueva era". Pese a la bajísima asistencia a las urnas, el ultraconservador Javan calificó el nivel de participación de "aceptable y lógico" dado el "descontento con la situación económica y la pandemia de coronavirus". En tanto Arman-é Melli, un diario reformista, le pidió a Raisi que "se gane la confianza del 70 por ciento" de quienes no lo votaron.
Durante la campaña el clérigo intentó suavizar su imagen, consciente del temor que despierta en los sectores de la población más liberales, presentándose como "un candidato de consenso" que va a "servir a todo el pueblo". Siempre ha ostentado altos cargos en el sistema de la República Islámica, en su mayoría de supervisión del correcto cumplimiento de las estrictas normativas del país, y es una de las figuras con más posibilidades de suceder al líder supremo, Alí Jamenei.
El sábado, el ayatolá Jamenei había calificado a "la nación iraní" como la "gran vencedora" de las elecciones, frente a los llamamientos de movimientos opositores en el exilio a boicotear la votación. En el extranjero Raisi fue felicitado por el presidente ruso, Vladimir Putin, y su par sirio, Bashar al Assad. También recibió el apoyo del movimiento islamista palestino Hamas, en el poder en la Franja de Gaza, y del movimiento chiita libanés Hezbolá.
En la vereda opuesta, el Departamento de Estado estadounidense lamentó a través de un comunicado que los iraníes hayan sido privados "de su derecho a elegir a sus propios líderes mediante un proceso electoral libre y justo". Y el flamante primer ministro israelí, Naftali Bennett, dijo que la elección de Raisi "es una señal para que las potencias despierten antes de volver al acuerdo nuclear, para que entiendan con quién están tratando y qué tipo de régimen van a elegir reforzar". Por su parte el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores, Lior Haiat, afirmó que Irán había "elegido a su presidente más extremista" desde 1979.
Israel acusa a Irán de buscar fabricar en secreto armas nucleares, algo que Teherán siempre negó. Aunque procede de una corriente política caracterizada por el rechazo a Estados Unidos, país que le impuso sanciones al propio Raisi en 2019 por ser parte de "los funcionarios no elegidos popularmente que rodean al líder supremo de Irán e implementan sus políticas desestabilizadoras", el clérigo reiteró durante la campaña presidencial que su prioridad era conseguir el levantamiento de las sanciones impuestas por el expresidente Donald Trump.
Enrique Mora, diplomático español que representa a la Unión Europea en la cumbre destinada a salvar el pacto nuclear, aseguró este domingo que las negociaciones estarían próximas a lograr un acuerdo y, posiblemente, se alcance en la próxima ronda de contactos. Irán y cinco grandes potencias (Alemania, China, Francia, Reino Unido y Rusia) se encuentran negociando en Viena desde principios de abril para que Estados Unidos vuelvaal acuerdo y Teherán lo cumpla de manera íntegra.