El fiscal federal Walter Rodríguez imputó ayer a los cinco detenidos por el secuestro de casi 400 kilos de cocaína de máxima pureza en Villa Gobernador Gálvez, como parte de una banda que la ingresaba al país desde Paraguay en avionetas. Una de las pistas estaba ubicada en Larrechea, cerca de Coronda, pero había otros campos sospechados, como en la zona de Cruz Alta, en el límite con la provincia de Córdoba. La droga era " enfriada" durante un tiempo en vehículos depositados en cocheras alquiladas, y luego distribuídas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Según el propio fiscal " en los últimos tiempos los actos de distribución de la droga se hacían cada quince días". De igual manera, los encargados de la investigación tienen serias sospechas que los cargamentos también eran trasladados a zonas portuarias y luego enviados al exterior.

Las cinco personas que fueron detenidas fueron puestas a disposición del juez Marcelo Bailaque, para su indagatoria. Se trata de tres hombres identificados como Gustavo Daniel Núñez, Sebastián Romera y Matías Ezequiel Tomei y dos mujeres Jorgelina Galligani y María José Núñez. Tres de ellos además deberán enfrentar causas por lavado de activos, ya que se detectó la compra de 31 vehículos, tres inmuebles y hasta una embarcación.  El desbaratamiento de la organización se dio el pasado viernes cuando investigadores del Departamento Técnico del Narcotráfico de la Policía Federal Argentina y de la Unidad de Procedimientos Judiciales de Gendarmería Nacional desplegaron once allanamientos que tuvieron como resultado el secuestro de 391 kilos de cocaína. Los mismos fueron hallados en una camioneta BMW modelo X5 que se encontraba estacionada en una cochera de calle Garay al 2100 de la ciudad de Villa Gobernador Gálvez. Justamente, esa camioneta fue utilizada en dos oportunidades para salir del país en enero del 2020, por el cruce Paso de Los Libres – Uruguayana.

El fiscal Rodríguez dijo ayer en LT8 que la pesquisa "comenzó hace un año y medio y fue originada a raiz de movimientos extraños en un campo en Larrechea".  Precisamente, el 21 de septiembre del 2019, un grupo de investigadores de Gendarmería observó que en un campo había tres hombres de los cuales dos se retiraron a bordo de un Renault Sandero. En esa oportunidad, los pesquisas lograron divisar que en el campo también se encontraba "una Renault Master, dominio LSJ 282, de titularidad de la firma Flecha Log S.A., radicado en el Registro Seccional de la localidad de San Lorenzo y con el cual Gustavo Nuñez realizó cruces fronterizos en el mes de enero de 2019, como así también un bulto cubierto con nylon que por su forma podía ser una avioneta", según la acusación.

En ese campo, dos meses después, los investigadores advirtieron la presencia de una camioneta que tenía enganchado un tanque cisterna de color amarillo con diferentes rótulos indicativo para el transporte de combustibles. A partir de allí, la causa logró dar con los titulares de los vehículos y así determinar quiénes estaban detrás de esos “vuelos misteriosos” que arribaban a la zona rural de Larrechea. De hecho, fueron identificados Gustavo Núñez y Sebastián Romera, los sindicados cabecillas de la organización.

La segunda maniobra remonta al mes de agosto del 2020, cuando por medio de escuchas telefónicas los investigadores establecieron que la banda había planificado recibir un nuevo cargamento en un lugar indeterminado y su posterior almacenamiento en un galpón de la localidad General Lagos. El tercer episodio sucedió en octubre del 2020 y también fue advertido por las escuchas telefónicas que fueron interceptadas por los investigadores. En ese entonces se pudo establecer que el engranaje narco tenía en marcha un nuevo operativo, pero con el devenir de la investigación no había logrado concretarlo. La otra maniobra que la Justicia les achaca a las cinco personas detenidas ocurrió el 27 de abril de este año, cuando algunos de los investigados, bajo la conducción de Núñez, se desplazaron en “caravana” hacia Buenos Aires para la búsqueda de una flota de automotores que iban a quedar para su uso propio como así también para la venta. Los investigadores creen que en ese viaje fue trasladado un cargamento y que para no lograr ser advertido algunos de los integrantes de la banda oficiaron como “punteros” o “barredores”. Una modalidad narco utilizada en el transporte de drogas por tierra, en el cual un automovilista va por delante del resto para advertir y alertar posibles controles.

La causa también apunta a los cimientos económicos que construyó la banda liderada por Núñez. Es que según se desprende de una serie de oficios y cotejos en registros públicos, sumado al secuestro de vehículos, surge que los tres hombres y dos mujeres que se encuentran a disposición del juez Bailaque, habrían lavado dinero con los fondos provenientes del tráfico de drogas. Tanto Núñez como Romera y Galligani adquirieron en los últimos años una flota de más de 30 vehículos, un campo en General Lagos, una propiedad en Villa Constitución y otra en la localidad de Alvear.