El ayuntamiento de Múnich iluminará varios edificios de la ciudad con la bandera LGBT después de que la UEFA prohibiera encender las luces del estadio Allianz Arena con los colores del arcoíris durante el partido de este miércoles que enfrentará a Alemania contra Hungría. Según explicó el alcalde de la ciudad alemana, Dieter Reiter, la iniciativa -realizada durante el mes del orgullo- busca denunciar las políticas contra la comunidad LGBT del gobierno húngaro, que esta semana aprobó una ley para prohibir la "promoción" de la homosexualidad entre niñes.
"Nosotros, en Múnich, no dejaremos en ningún caso que nos impidan enviar una señal clara a Hungría y al mundo", aseguró Reiter y repudió todo acto de discriminación. El alcalde detalló que el miércoles se iluminarán con los colores del arcoíris el ayuntamiento, una torre y un molino próximos al estadio, así como otros edificios de la ciudad.
Las autoridades de la ciudad bávara habían pedido a la UEFA iluminar con la bandera LGBT el estadio en el que este miércoles se jugará el partido de la Eurocopa entre Alemania y Hungría y así mostrar su oposición contra una ley señalada como homoodiante por distintos países de la Unión Europea y por ONGs.
Sin embargo, este martes las autoridades de la UEFA comunicaron su respuesta negativa al pedido y argumentaron que, aunque comparte los valores de tolerancia que promueve la iniciativa, "organización política y religiosamente neutra" no puede aceptar difundir un mensaje dirigido expresamente a un país o a un gobierno.
Pero desde Amnistía Internacional resaltaron que la UEFA ha participado en campañas contra el racismo. “Los derechos humanos de las personas #LGBTI son una cuestión política y el racismo no?”, cuestionaron a través de la cuenta de Twitter de la filial española de la organización.
"Me parece vergonzoso que la UEFA nos prohíba, aquí en Múnich, enviar una señal para el cosmopolitismo, la tolerancia, el respeto y la solidaridad con las personas de la comunidad LGTB -aseguró Reiter-. No es política sino una señal de humanidad lo que queremos enviar".
A la iniciativa del ayuntamiento se sumaron la cadena de televisión privada ProSieben, que cambiará los colores de su logo y los clubes de fútbol Frankfurt y Colonia iluminarán sus estadios con la bandera del orgullo. "Los acontecimientos en Hungría son espantosos, es importante enviar una señal", declaró el presidente del FC Colonia, Alexander Wehrle.
Asimismo, Amnistía Internacional repartirá junto a los organizadores de la Marcha del Orgullo 11 mil banderas entre los 14 mil espectadores que asistirán este miércoles al Allianz Arena, donde todavía hay restricciones en el aforo debido a la pandemia.
"Hubiera sido un milagro que la UEFA lo hubiera autorizado, pero está bien ver a la ciudad de Múnich y la Federación Alemana apoyar esta iniciativa", dijo Luca Dudits, vocero de la ONG Hatter, defensora de los derechos LGTB en Hungría y señaló que “hay una gran base homófoba y tradicionalista entre los aficionados húngaros".
La ley que está en el centro de las críticas
La semana pasada, el parlamento húngaro aprobó una ley que sostiene que “la pornografía y los contenidos que representen la sexualidad o promuevan la desviación de la identidad de género, el cambio de sexo o la homosexualidad no deben ser accesibles a menores de 18 años".
En la práctica, esto supondrá la prohibición de programas educativos o anuncios publicitarios que se solidaricen con minorías sexuales o de género, como por ejemplo uno de Coca-Cola con una pareja de hombres que en 2019 había suscitado llamados al boicot en este país.
La ley cosechó rechazos de distintos representantes de gobiernos europeos, pero el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, calificó a las críticas de “fake news”.
"Esta ley no dice nada sobre la orientación sexual de los adultos. Ella solo dice que mientras los niños sean menores de 18 años, su educación sexual es responsabilidad exclusiva de sus padres, eso es todo", adujo el canciller.
Pero esta no es la primera que Hungría sanciona en contra de la comunidad LGBT: en diciembre del año pasado aprobó una ley que prohibe que parejas del mismo sexo puedan adoptar y en octubre el primer ministro, Viktor Orban, hizo declaraciones homoodiantes al pedirle a la comunidad gay del país que deje “a los niños tranquilos” después de la publicación de un libro infantil que tiene como protagonistas a personajes LGBTIQ+.