La deuda externa se ubicó en 269.508 millones de dólares al cierre del primer trimestre. Así lo informó este martes el Indec. La cifra se ubicó por debajo de los 274.247 millones de dólares de igual período del 2020. El centro de estadística oficial precisó además que en el período enero a marzo de este año, la cuenta corriente cerró con un superávit de 690 millones de dólares, lo que se ubicó por encima de los 509 millones de igual lapso de 2020.
El equipo económico avanza en la recuperación del frente externo tanto por el lado comercial como financiero luego de los fuertes desequilibrios registrados durante el macrismo. En ese período hubo un crecimiento extraordinario de la deuda con acreedores internacionales que llevó a la necesidad de reestructurar los pasivos externos el año pasado y se registraron importantes salidas de divisas por el canal comercial debido a que la política económica de esos años incentivó las importaciones sin ampliar las exportaciones.
En el detalle del informe del Indec se apuntó que el stock de la deuda externa bruta total- en base a los títulos de valor nominal residual existentes al 31 de marzo de 2021- se estimó en 269.508 millones de dólares. Se trata de un cifra que es 1935 millones de dólares menor respecto de la registrada durante el último trimestre del año anterior y adelanta los esfuerzos para desendeudar la economía. El año pasado el Gobierno avanzó en una negociación clave con acreedores privados para reestructurar la deuda en moneda extranjera y este año lo hace con el Club de París y el FMI.
La reducción computada en el informe del Indec se explica principalmente por una disminución de la deuda con no residentes: siendo un efecto de las operaciones en el mercado secundario de títulos públicos y las variaciones de tipo de cambio. Por su parte esta tendencia se compensó parcialmente por un mayor nivel de pasivos del sector integrado por las sociedades no financieras, hogares e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares.
En lo que refiere al mejor desempeño de la cuenta corriente pueden observarse distintos fenómenos que permitieron potenciar el superávit. Por un lado, el precio de las materias primera fue clave para aumentar el valor de las exportaciones en los últimos meses. También el efecto de la crisis sanitaria redujo el desequilibrio observado en la cuenta turismo. Las medidas de regulación en el frente cambiario entre las que figuran los controles a las importaciones –para evitar la especulación y fuga de divisas comercial- fueron otro de los puntos centrales.
Por el lado de la inversión directa en la economía real –en un contexto de pandemia donde hubo un freno en las decisiones de inversión a nivel mundial- se registró que en el primer trimestre hubo un ingreso neto de capitales de 2490 millones de dólares. La cifra había sido 1589 millones más elevada en igual período del año anterior, previo al estallido de la crisis sanitaria que alteró los planes de negocios en todas las economías del mundo.
Por su parte, en el documento de balanza de pagos se precisaron otros indicadores para entender el flujo de capitales desde y hacia la economía argentina.
En lo que refiere a la adquisición neta de activos financieros de inversión directa se estimó que hubo operaciones por 337 millones de dólares. Se explicaron principalmente por las participaciones de capital y en fondos de inversión por parte del concepto Otros sectores. A su vez, la emisión neta de pasivos externos por inversión directa se ubicó en 2827 millones.