Con la mirada puesta en la pospandemia y decididos a realizar acciones en conjunto con casas de estudio de países de la región, docentes e investigadores de las universidades nacionales de Quilmes (UNQ) y Avellaneda (UNDAV) avanzan en un proyecto que busca promover la integración y el desarrollo de las diferentes instituciones educativas del Mercosur a través de la creación de una red de cooperación interuniversitaria.
La idea de crear una agenda de trabajo en común entre las universidades latinoamericanas nace como respuesta a uno de los históricos problemas que afectan a las regiones fronterizas: la dificultad para generar políticas públicas en áreas compartidas por varias gobernaciones. Mariano Pauluk, docente e investigador de la UNQ y coordinador del proyecto, sostuvo que “lo que ocurre en la zona de fronteras es que tenés municipios que pertenecen a diferentes países y, como todos los años tenés elecciones, nunca tenés cuatro años de paz, de previsión, de acuerdos”.
“Este tipo de iniciativas requieren de políticas de Estado a largo plazo”, enfatizó el coordinador del programa que tiene como objetivos principales “promover la integración entre las universidades, institutos y escuelas del Mercosur”, “crear las bases para la conformación de un sistema regional de innovación”, “mejorar las oportunidades de financiamiento conjunto tanto en el Mercosur como a nivel internacional” y “diseñar e implementar proyectos a largo plazo, principalmente en las zonas de frontera”.
En diálogo con el Suplemento Universidad, remarcó que estas universidades que limitan con otros países “necesariamente tienen que pensar estrategias de desarrollo conjunto porque están compartiendo una región con las mismas costumbres y las mismas problemáticas, solo separadas por la división fronteriza”.
A fuerza de reuniones virtuales, la red interuniversitaria comenzó a crecer gracias a la incorporación de varias facultades de Brasil y Uruguay que, junto con la Institución Social del Mercosur (ISM), ya forman parte de este proyecto que buscará “primero promover la integración académica entre universidades e institutos públicos y privados y después empezar a articular con los actores gubernamentales y no gubernamentales del territorio”, precisó Pauluk.
Frente al escenario poco alentador que anuncia la pospandemia, Pauluk, investigador con más de 10 años de experiencia en políticas de extensión en la zona de la triple frontera entre Brasil, Argentina y Uruguay, sostuvo que “el apoyo de los actores locales y el apoyo entre las instituciones educativas son los dos pilares para sostener los problemas que vienen sobre el sistema, y también para tratar de aportar a la mejora de la calidad de vida frente a un escenario tan complejo que ya trae, y que va a traer, problemas muy graves”. Además, anticipó que “los tiempos que vienen exigen un mayor empoderamiento de los actores gubernamentales y no gubernamentales para poder responder y resolver los impactos que está trayendo la globalización a nivel territorial, en general, y al interior de la zona de fronteras en particular”.