El Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de Salta aplicó otras dos condenas por el secuestro y desaparición del ex gobernador Miguel Ragone, cometido el 11 de marzo de 1976, a pocas cuadras de su domicilio en la ciudad de Salta. La sentencia recayó sobre el policía retirado Andrés del Valle Soraire y el civil Jorge Héctor Zanetto.
En una resolución del 23 de este mes, el tribunal integrado por los jueces Federico Díaz y Mario Marcelo Juárez Almaraz y la jueza Gabriela Catalano, condenó a prisión perpetua a Soraire, "por resultar partícipe necesario" del homicidio agravado por alevosía y la participación premeditada de dos o más personas en perjuicio de Ragone y del comerciante Santiago Arredes (muerto a tiros cuando intentaba ayudar al ex gobernador) y por tentativa de homicidio agravado en perjuicio de la empleada de comercio Margarita Martínez de Leal, baleada cuando se asomó al escuchar los ruidos del ataque.
Mientras que a Zanetto le impuso una pena de ocho años de prisión por coacción agravada, porque amenazó al ex gobernador poco antes de que fuera secuestrado. Ambos cumplirán la prisión en modalidad domiciliaria, atendiendo, entre otras razones, a sus edades, dado que Soraire cumplió 83 y Zanetto, 84. El tribunal dispuso que deberán colocarles pulseras electrónicas.
Las nuevas condenas son coletazos de la sentencia dictada el 11 de octubre de 2011, en el final del primer juicio oral por la desaparición de Ragone, en el que fueron condenados a prisión perpetua el ex jefe del Ejército en la provincia, Carlos Alberto Mulhall (fallecido en 2014); el ex jefe de Policía Miguel Raúl Gentil (fallecido en 2020) y el comisario retirado Joaquín Guil, y recibieron penas de dos años de prisión los ex policías Rubén Nelson Herrera y Pedro Javier Herrera. Entonces Soraire y Zanetto fueron absueltos, pero esta decisión fue recurrida por la Fiscalía y las querellas, Casación anuló las absoluciones y ordenó dictar un nuevo fallo.
En este caso también había un pedido para que se dictara la prisión preventiva de Guil, pero el tribunal resolvió mantener la prisión domiciliaria atendiendo a su edad (85 años) y a sus problemas de salud, pero dispuso colocarle una pulsera electrónica.
Durante los años de terrorismo de Estado, Soraire era jefe de la Guardia del Monte, un grupo de tareas que tenía sede en Metán.
Un represor para asegurar la impunidad
La participación de Soraire en el secuestro de Ragone comenzó a dilucidarse por boca de un subjefe de la Policía de Salta, el mayor Juan Carlos Grande (f), que en mayo de 1977 suspendió una audiencia de la Justicia provincial en Metán aduciendo que no podía avanzarse en ese proceso porque los policías sospechados del doble crimen que se investigaba habían participado del ataque al ex gobernador.
La afirmación de Grande vino a confirmar lo que ya los hermanos Domingo Nolasco Rodríguez y Segundo Bernabé Rodríguez habían escuchado del propio Soraire y de testigos en Metán, cuando iniciaron su propia investigación del homicidio de su hermano menor, Oscar Ramón Rodríguez y de su primo, José Lino Salvatierra, hecho cometido por policías integrantes de la Guardia del Monte.
Además de estos datos, que son los más conocidos, la sentencia del TOF 1 reseña otras pruebas menos resonantes pero clarificadoras sobre la actuación que tuvo la fuerza policial de Salta en la última dictadura cívico militar.
El doble homicidio de Rodríguez y Salvatierra, conocido como el "crimen de Los Arbolitos", se cometió el 10 de mayo de 1977. El 13 de mayo el entonces jefe de la Policía de Salta, Carlos Carpani Costa, inició un sumario administrativo para investigar a Soraire en relación a este hecho. El instructor designado fue el jefe del Departamento de Personal (D1), el comisario Roberto Arredes, conocido por integrar las patotas represivas (también sospechado de haber participado del secuestro de Ragone, donde murió su hermano, Santiago).
Roberto Arredes viajó a Metán a instruir el sumario. El 16 de mayo hizo constar que Domingo y Segundo Rodríguez, “manifiestan sus deseos de formular denuncia” por el homicidio de sus parientes. El Tribunal concluye por esto que “Carpani Costas ya tenía conocimiento con anterioridad sobre el caso en particular”, porque el sumario comienza antes de la denuncia.
Además, "es también llamativo (el sumario) por su corto tiempo de duración", dado que “siete días después, el 20 de mayo", Roberto Arredes resolvió desechar las denuncias contra Soraire y que las actuaciones debían ser archivadas. El 1° de junio las actuaciones se elevaron al jefe de la Policía y el 8 de junio la Asesoría Letrada emitió un dictamen compartiendo “íntegramente las conclusiones arribadas por la instrucción y asentidas por el sr. Jefe de Policía”. El 16 de junio, mediante la resolución N° 867, “se declara exento de responsabilidad a Soraire ‘por no existir méritos para sanción alguna’”. La suscribe el jefe Carpani Costa.
Otro “dato importante en el sumario" es que el instructor le dio participación en este trámite al juez Marcelo Avrutín Suárez, "cuyo ‘aval’ a todo lo actuado fue invocado entre los fundamentos de la resolución" del sumario a Soraire. Avrutín Suárez reemplazó al juez titular en la causa de Los Arbolitos, "extrañamente separado de su cargo al instruir dicha causa” y fue quien suspendió esta investigación luego de la irrupción de Grande en la audiencia. El ex juez está citado a prestar declaración indagatoria el próximo 29 de este mes en una causa que instruye el juez federal Julio Leonardo Bavio.
"Todo ello, demuestra el manto de impunidad que se brindó a Soraire", sostuvo el TOF 1 en su sentencia. "Tan importante era Andrés del Valle Soraire para la Policía de la Provincia, que el propio subjefe" afectó un helicóptero para ir a Metán y "realizar la gestión a fin de que se anulara la investigación" en su contra y de sus subalternos". Y según afirmaron Domingo Rodríguez y el abogado Jorge Zenteno Cornejo, Grande dijo que "no se podía avanzar en contra de estas personas, porque habían participado en la muerte de Ragone".
Un ascenso tras el secuestro
El tribunal también reseñó que del legajo personal de Soraire surge que se le notificó de un ascenso el 15 de marzo de 1976, "cuatro días después del secuestro y desaparición del ex gobernador Miguel Ragone". La coincidencia, "máxime considerando que a ese momento Soraire se encontraba de licencia, permite inferir que el mencionado ascenso no era otra cosa que una recompensa por haber intervenido en la muerte de Miguel Ragone", afirmó. El ascenso llama más la atención porque en enero de ese año una junta médica lo había calificado como no apto para un ascenso en virtud de su condición física.
El tribunal recordó que en el secuestro y muerte de Ragone intervinieron agentes de la policía de la provincia. Señaló en este sentido el testimonio del ex policía Víctor Hugo Vilte, que describió su participación en ese hecho, "y específicamente dijo que vio a (Rafael) Perelló, policía de la zona de Metán, mencionado por los hermanos Rodríguez ante el Jefe de Policía Carpani Costas como integrante de la Guardia del Monte, y hoy condenado por delitos de lesa humanidad perpetrados en la zona de Metán, aplicarle un culatazo al ex gobernador Miguel Ragone, cuando éste quiso resistirse al secuestro".
Para el TOF, este relato "es perfectamente coherente con la intervención de Soraire en la muerte de Ragone", porque la llamada Guardia del Monte "era un cuerpo armado al cual se atribuía la comisión de homicidios por encargo en la zona rural de esa localidad y del departamento de Anta, en la zona de El Galpón y hasta el Dique de El Tunal, tal la acusación en la causa de Los Arbolitos".
Además, la Dirección de Personal, notificó que "por disposición superior" se le debía otorgar a Soraire una licencia desde el 4 de febrero de 1976 hasta el 2 de abril del 1976. Antes, el 29 de enero, se lo citó con urgencia a la ciudad de Salta. El tribunal sostuvo que “esta convocatoria contribuye a formar convicción sobre el hecho de que, ya para esa época, desde la policía de Salta, querían a Soraire en esta Ciudad días antes del secuestro de Ragone, y que se buscó garantizarle libertad de acción en la época de los hechos al concedérsele una licencia que se prolongó hasta el 2 de abril de 1976”.
Un secuestrador extorsivo
La participación de Zanetto en torno a este hecho es anterior. En su sentencia el tribunal recordó que Ragone recibió presiones para retirarse de la vida política y no presentarse como candidato en la interna peronista, una de esas presiones provino de Zanetto, quien estaba "fuertemente vinculado" al entonces secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Lorenzo Miguel.
"La línea de pensamiento de Lorenzo Miguel no coincidía en absoluto con la de Miguel Ragone, y por eso desde la nación se había decidido primeramente la intervención de la provincia, y luego se buscaba apartar a Ragone de la vida política. La designación de Zanetto como empleado de la provincia de Salta, en carácter de secretario privado de un ministro, da cuenta de que se trataba de un personaje estrechamente vinculado a la conducción partidaria peronista nacional, y que servía como nexo con los militantes peronistas de la provincia de Salta, los cuales se encontraban divididos, y un fuerte sector pugnaba por desplazar a Miguel Ragone", razonó el TOF 1.
En el debate los testigos contaron que Zanetto se presentaba como chofer de Lorenzo Miguel, pero el tribunal sostuvo que "no era un chofer cualquiera" y por eso sus advertencias al ex gobernador tenían entidad.
En la sentencia se citan los antecedentes que figuran en el legajo prontuarial del chofer, N° 2894 de la Policía Federal, "figuran incidentes con portación de armas, causas por secuestro extorsivo, amenazas, e incluso la junta de la policía federal lo calificó en virtud de esos y otros antecedentes como 'secuestrador extorsivo'.