Desde Santa Fe.

Hasta que Miguel Lifschitz comenzó a leer ayer su discurso en la Legislatura, los asuntos urgentes eran dos: el desplome de SanCor y la situación de la autopista Rosario Santa Fe. Habló del primero y omitió el segundo. El gobernador reveló que el "futuro" de la empresa láctea se define en "cuestión de horas" y pidió el salvataje que ésta acordó con el gobierno de Mauricio Macri, pero se trabó en la mesa de negociaciones. "Confío que esta vez va a llegar", dijo. Pero si eso no ocurre, prometió que "el gobierno de Santa Fe estará siempre al lado de SanCor, de sus trabajadores y de sus productores, en las buenas y en las malas. Cuenten con eso". Unos segundos antes, advirtió sobre versiones de que empresa "podría quebrar" y pasar a manos de una "multinacional". "¿Cuánto vale SanCor?", se preguntó. "¿Cuánto vale un amigo o un hermano? No tienen precio. SanCor para Santa Fe no tiene precio".

El tramo del discurso sobre el destino de SanCor fue el más tenso y el más aplaudido. Antes, había reivindicado el "valor" del trabajo y de los trabajadores" y después, siguió en otro contrapunto con Macri, al plantear las diferencias entre el "modelo del desarrollo" que se promueve en Santa Fe y la política de "ajuste" del macrismo. En la puerta, los trabajadores de SanCor levantaron banderas y consignas.

Entre los anuncios del mensaje, sobresalió la promesa de Lifschitz de enviar a la Legislatura la ley de Paridad de género que se cayó en el Senado, aunque antes abrirá una ronda de consultas con los partidos políticos. Y el cierre con un clásico del socialismo: la enésima intentona de reformar la Constitución de Santa Fe.

Una de las expectativas del mensaje era "el futuro de SanCor" que "se definirá por estas horas", dijo el gobernador. "SanCor no es una empresa más, es la principal empresa de la provincia, tiene casi 80 años de vida, 70 cooperativas asociadas, más de 1.500 tamberos, 4.500 trabajadores y más de 22.000 trabajadores indirectos. Es la mayor fuente de trabajo privada que tenemos en Santa Fe. Es la vida de Sunchales,  Centeno, San Guillermo, Gálvez y de tantos pueblos. Aquellos tamberos que la fundaron hace casi 80 años descubrieron la región Centro mucho antes que nosotros. Es la cooperativa de producción más grande de la Argentina y una de las más grandes del mundo", señaló.

"Que SanCor tiene problemas, claro que sí, como tantas empresas de la Argentina", expresó Lifschitz. "A veces se escucha hablar de que podría quebrar, que la compraría una multinacional. ¿Cuánto vale SanCor para los santafesinos? ¿Diez, 50, 500 millones de pesos o de dólares? ¿Quién lo sabe? ¿Cuánto vale un amigo o un hermano? No tienen precio. SanCor para Santa Fe no tiene precio", sorprendió Lifschitz. Y siguió una ovación.

 

"Lifschitz prometió enviar a la Legislatura la ley de Paridad de Género que se cayó este año en el Senado".

 

"SanCor no es de los directivos que tal vez no la administraron correctamente, ni de los productores que la integran, ni siquiera de los trabajadores. SanCor es de Santa Fe, es nuestra. Y a SanCor no la fundieron los directivos, ni el gremio, ni la baja del precio internacional de la leche, la quebraron los gobiernos, de antes y de ahora, que no tuvieron una política nacional para la lechería. Porque el hilo se corta por lo más delgado, siempre pierden las empresas nacionales, las cooperativas, los trabajadores", insistió.

"El problema no es SanCor", sostuvo. "El problema es el que le planteamos varias veces, al ministro de Agroindustria (Ricardo Buryaile): si queremos garantizar la seguridad alimentaria de los argentinos", la "industria nacional", "el modelo cooperativo", "el desarrollo en el interior y mantener la ruralidad con pequeños productores". "Y si como ocurre en la mayoría de los países del mundo, que el Estado debe regular y ordenar la cadena láctea".

Lifschitz dijo que confiaba en las "buenas intenciones" de Buryaile y del ministro de Trabajo Jorge Triacca, que "están al frente de estas negociaciones. Confío que esta vez va a llegar el salvataje necesario para la empresa" y que "las autoridades de la empresa, los trabajadores y los dirigentes gremiales estarán a la altura de las circunstancias". "Lo que si les puedo asegurar que el gobierno de Santa Fe estará siempre al lado de SanCor y de sus trabajadores y de sus productores, en las buenas y en las malas. Cuenten con eso".

El planteo de Lifschitz sobre el futuro de SanCor generó el inmediato respaldo en el arco politíco. "Lo apoyamos porque tiene una importancia vital para los trabajadores de la empresa. Me parece bien", dijo el diputado del PJ Luis Rubeo. Mientras que su colega de la UCR, Jorge Henn consideró que "SanCor es clave. "El gobernador lo dejó claro: si el gobierno nacional no avanza en el salvataje, la provincia estará junto a la empresa y a sus trabajadores porque SanCor para Santa Fe no tiene precio".