Desde Santa Fe.

La apertura de las sesiones ordinarias de ayer reunió a cinco gobernadores. Miguel Lifchitz, que las inauguró desde el estrado, su antecesor y hoy presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Bonfatti, que se sentó a su izquierda. Y los tres de la primera fila del recinto: José María Vernet, Víctor Reviglio y Hermes Binner. El hecho no tiene antecedentes en la historia reciente. "Es la continuidad institucional", lo interpretó Vernet, al destacar que desde la restauración democrática de 1983 se completaron ocho mandatos, Lifschitz va por el noveno, y el próximo, en 2019, será el décimo consecutivo. De todos ellos, ya se sabe que Jorge Obeid falleció en 2014 y Carlos Reutemann convalece de una intervención quirúrgica en Estados Unidos.

Vernet dijo que nunca antes se había cruzado con sus sucesores en el arranque de las  sesiones ordinarias. "Me invitaron a la asunción de Bonfatti y a los 30 años de la democracia, pero es la primera vez que estamos todos en la Legislatura". "Es la continuidad de la democracia que se afianzó en el período 83/87. Nunca en la historia argentina habíamos vivido gobiernos constitucionales que se sucedieron unos a otros", reflexionó.

Acerca de la reforma constitucional que Lifschitz volvió a plantear en el cierre del discurso, Vernet dijo que había que diferenciar entre la "reforma" y los "intereses" que la promueven. "¿El interés de la reelección del gobernador?", la preguntó una colega.

"Siempre hay un interés. Hay personas que no quieren el Senado o que no haya más vicegobernador. Hay muchas alternativas. Los debates están empaquetados, entonces para ir a una reforma habría que promover un debate de dos años en el seno de la sociedad santafesina, donde se produzcan los documentos que habiliten esa reforma", concluyó.