“Sostenemos que San Martín era cervantino”: éste fue el disparador de la charla que ofrecieron Rep y Felipe Pigna sobre San Martín, lector del Quijote, un relato histórico ilustrado. Lo presentaron el sábado en la Feria del Libro, en el stand del grupo Octubre. Sus páginas reproducen un espectáculo que hicieron juntos en la localidad bonaerense de Azul, en el marco del IX Festival Cervantino. “Se dice que una persona es un quijote cuando tiene utopías”, dijo Pigna. Pero enseguida advirtió que “hay más, mucho más” que indagar en la relación entre el militar y político y la historia de Alonso Quijano.
Pigna es un admirador de José de San Martín, a quien dedicó La voz del gran jefe. Rep ha ilustrado Don Quijote de la mancha en fascículos que se consiguieron con este diario y que posteriormente se transformaron en libro. Además, pintó murales tanto en Azul como en Alcalá de Henares sobre “la lucha frente a los molinos”. En el Teatro Español, de Azul –la ciudad cervantina de la Argentina–, Pigna narraba y Rep dibujaba en vivo. El material que dieron a conocer ayer es un extracto de aquél show. Según el historiador, “tenemos una visión sesgada de San Martín”. “Además de militar y político, era un hombre de mucho pensamiento y lectura, fundador de bibliotecas y promotor de cultura”, argumentó, para después desmenuzar conceptos que, desde su óptica, emparientan a la novela de Miguel de Cervantes con la vida y la filosofía del libertador.
El público ocupaba las mesas blancas del stand, que tiene el espíritu de un café literario. Quedó chico y los que pasaban por allí se quedaban escuchando de pie. Peleando con la música y los anuncios que llegaban a alto volumen desde otros espacios de la feria, Pigna se detuvo primero en “las aproximaciones de San Martín desde el lenguaje con Don Quijote”: “Durante tres años gobierna la provincia de Cuyo. El habla de su ‘ínsula cuyana’, referencia directa a la ínsula Barataria de Sancho. Se compara con este hombre de pueblo que gobierna con Justicia. San Martín gobierna con Justicia y equidad, preocupándose por el bienestar de la población, por la educación y la salud”, relató. Recordó, además, que fue quien estableció la primera ley de protección de un producto argentino: el vino. En términos de lenguaje, también detectó que el militar se refería a su hija como “infanta”, otro término que empleaba Sancho.
Hay momentos del Quijote que también conectan con decisiones del prócer: por ejemplo, el episodio en el que el caballero andante libera a Andresillo, un muchacho que había sido duramente castigado por su amo. “San Martín prohíbe los castigos corporales en las escuelas a través de un decreto, en 1814, cuando en Inglaterra, hasta entrada la década del ‘70, esto seguía pasando”, explicó Pigna, y leyó el documento repudiado por el conservador Cabildo de Mendoza. “En el discurso de la Edad de Oro del Quijote, que hace referencia a las bondades del pasado, uno puede encontrar el vínculo de San Martín con el guaraní. El es criado por una india guaraní, Rosa Guarú. Algunos dicen que podría haber sido su mamá. Es una versión que no se puede confirmar. En todos los idiomas originarios americanos, no existen las palabras ‘tuyo’ y ‘mío’: no existe el concepto de propiedad privada, como en la descripción del discurso de la Edad de Oro”, comparó.
Otra coincidencia: “Así como Cervantes tuvo su apócrifo, el Quijote de Avellaneda, hay uno de San Martín. Un libro muy oculto que escribe Carlos María de Alvear, su más grande enemigo junto con Rivadavia. Se llama Primera parte de la vida de José de San Martín y la escribió Alvear, firmándola como San Martín. Es un libro en el que se auto acusa de crímenes, robos y cosas imposibles”. Para Pigna, los molinos de viento en la historia de San Martín son los “inmensos montes” que tuvo que atravesar cuando se propuso el cruce de los Andes, como le contaba en una carta a O’Higgins. “Era humilde, consciente de sus limitaciones”, definió el escritor.
Remarcó como “central” la crítica que aparece en Don Quijote a la Inquisición. “Una de las primeras cosas que hace San Martín cuando toma el poder en Lima es terminar con la Inquisición. En el lugar donde se quemaban libros y gente, estableció una biblioteca”, contó, y agregó que fomentó la publicación de un libro prohibido y fundamental en el pensamiento incaico. “Era un gran lector del Quijote. Tenía distintas ediciones. Subrayaba y marcaba: su lectura era consciente y tenía un plan. Nuestro padre de la Patria era un cervantino que entendía el valor de la utopía”, concluyó, tras repasar otros aspectos, como la “errancia” del libertador. “Andar errante por los caminos de España es algo que también San Martín hizo, ya que estuvo combatiendo en España casi treinta años en distintos ejércitos”, se lee en el texto.
Por su parte, Rep fue breve. “Este es un libro que hemos preparado con bastante tiempo, a pesar de que es una publicación ‘finita’. No lo hemos publicado en ninguna de las grandes editoriales, sino en Azul, una quijotesca”, detalló el dibujante. “No lo van a conseguir en librerías, sino en este evento y a partir de ahora”, advirtió, y destacó los “valores” presentes en la novela de Cervantes.