El principal acuerdo es que no están de acuerdo. Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta compartieron un desayuno en el que hubo café, tostadas y reproches. El expresidente y el jefe de Gobierno se reiteraron las posiciones que vienen sosteniendo desde el final del Gobierno de Cambiemos: Macri abogó por cuidar los votos del núcleo duro, Larreta planteó que hay que sumar nuevos sectores. Larreta dio sus motivos por los que María Eugenia Vidal debe ser la candidata en la Ciudad de Buenos Aires y Macri opinó que debería serlo en provincia. Fue un encuentro sin resultados evidentes. El exmandatario quiere tener uno similar con la ex gobernadora, ni bien ella termine la cuarentena por su viaje a Estados Unidos. Esa reunión tampoco promete sorpresas: Vidal ya tienen decidido decirle que no a la idea de Macri de que se presente en el territorio bonaerense.
El encuentro fue en la casa de Macri en Acassuso. Se trató de un desayuno prolongado para intentar destrabar algunas de las internas en el PRO. Por ejemplo, la que enfrentará -de no haber cambios- a Patricia Bullrich con Vidal en la Ciudad. Larreta no ve con buenos ojos que la presidenta del PRO lo desafíe en el distrito que gobierna. Macri defendió su derecho a candidatearse y sostuvo que "no la maneja".
Si bien hubo cierto hermetismo sobre lo conversado, de ambos lados trascendió que no se pudieron poner de acuerdo. Y que todo fue un repetir lo que cada uno hace tiempo piensa. Por ejemplo, Macri cuestionó la estrategia de sumar aliados de distintos sectores (incluyendo al peronismo) porque eso podría desperfilar al espacio y hay que cuidar el voto duro. Según consignó la agencia Télam, incluso le advirtió que tanta apertura le puede hacer perder "el control del partido".
Larreta, por su parte, consideró que hay que correrse hacia el centro y captar a otro electorado. El jefe de Gobierno incluso había propuesto en la mesa de Juntos por el Cambio que se le cambiara en nombre y tenía preparada opciones, pero la idea se la rebotaron todos sus aliados. Mucho de la charla con Macri pasó por quién podría o no sumarse a Juntos por el Cambio.
Macri insistió con que Vidal no puede volver a cambiar de distrito y debe presentarse este año en la provincia de Buenos Aires, una opción que la ex gobernadora ya descartó del todo. El ex presidente quiere evitar por todos los medios que la ex gobernadora se presente en la Ciudad y le compita a su lugarteniente Bullrich. Larreta insistió en que la necesita a Vidal en el territorio porteño porque le garantiza una mayor cantidad de votos para no perder tantos diputados ni legisladores porteños (hay que recordar que ese año ponen en juego las bancas de 2017 y los números son complejos).
Larreta también argumentó que quien mejor resultado le garantiza al PRO en la provincia de Buenos Aires es su vicejefe Diego Santilli. Macri respalda a su primo, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, que no cesa de buscar maneras de frenar el cruce de la General Paz de un contrincante interno.
"Juntos, seguiremos buscando la unidad de nuestro espacio", dijo en un tweet en el que se mostró con Patricia Bullrich, en lo que va configurando uno de los bloques del PRO que se enfrentará al de Santilli-Vidal. En el encuentro, estuvieron cinco intendentes del interior de la provincia de Buenos Aires: Pablo Petrecca (Junin), Javier Iguacel (Capitán Sarmiento), Mario Barroso (9 de Julio), Javier Martinez (Pergamino) y Francisco Ratto (San Antonio de Areco). También lo acompañaron algunos diputados nacionales como Waldo Wolff.
Fue la contracara de las fotos con intendentes que se encolumnaron con Santilli esta semana. En el entorno de Jorge Macri destacan que se juntaron en una cancha de fútbol y no de golf, como hicieron los que apoyaron al vicejefe porteño.
En el desayuno Macri-Larreta, el ex presidente volvió también a uno de sus tópicos preferidos: quejarse de que no defienden lo que fue su gobierno. Aparentemente, le guarda algún rencor especial a Santilli por no haber dicho nada cuando pasó por un programa de televisión de almuerzos y dirigentes de derecha.
También el expresidente, a la hora de los pases de factura, le dijo a Larreta algo que dicen en público tanto él como Bullrich: que no hay que adelantar el 2023 y que no hay que forzar las internas que resuelvan la conducción este año. También en público, Macri aseguró que él hizo su aporte "al no presentarme como candidato". Y está esperando el de Larreta. En un reportaje, el ex presidente dijo que en los cierres de listas se ven todas las "miserias humanas". Le cuesta ocultar la sensación de desagradecimiento que tiene hacia Larreta y Vidal.
Para Macri, la ex gobernadora está poniendo sus intereses personales por encima del equipo, algo que también habría planteado en la charla con Larreta y tiene pensado decirle a ella. De hecho, le pidió que ni bien termine su cuarentena por el viaje a Estados Unidos, se junten en persona. Allí seguramente se repita una escena como la que vivió con Larreta: ella ya tiene resuelto no presentarse en provincia. Macri quiere que le despeje la duda de si, además, será candidata porteña.
En ese aspecto, para Larreta hubo un reproche más: que la convenció a Vidal de que se presente en la Ciudad. El jefe de Gobierno cada vez que le han dicho algo similar respondió que no es el conductor de Vidal y que la exgobernadora, si bien tiene buena sintonía con él, toma sus propias decisiones.
En suma, fue un desayuno reservado -que se hizo público- para tratar de acercar posiciones en los distritos más complejos, pero cuando se terminó el café y se lavaron las tazas, las posiciones seguían tan lejos como al comienzo. Ambos lados dicen que habrá lista de unidad del PRO en las PASO. Pero si ninguna de las partes cede, en verdad habrá al menos dos listas del PRO (una macrista y una larretista) para competir contra los otros aliados.