Horas después de que Mauricio Macri reconociera haber jugado al tenis con él, tres diputados del Frente de Todos denunciaron al camarista Mariano Borinsky y pidieron al juez Marcelo Martínez de Giorgi que investigue los 18 encuentros que habría mantenido el integrante del más alto tribunal penal del país con el entonces presidente mientras decidía en causas que interesaban sobremanera a la gestión Cambiemos, especialmente aquellas en las que estaba involucrada Cristina Fernández de Kirchner o funcionarios de su gobierno. La presentación también detalla nuevas reuniones que habría sostenido el presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos, que hasta ahora no habían sido denunciadas ante la Justicia.
Los diputados Rodolfo Tailhade, Leopoldo Moreau y Eduardo Valdés denunciaron la existencia de un “mecanismo sistemático de manipulación política de causas penales” en el que habría participado el propio Macri junto con los dos integrantes de la Cámara Federal de Casación, por lo que reclamaron al juez que haga un entrecruzamiento de llamadas que incluya al expresidente y a los dos jueces del máximo tribunal penal del país.
Cerca del juez no desmienten los encuentros con el entonces mandatario en Olivos, aunque relativizan que existiera una relación de amistad o de afinidad entre ambos. Sin embargo, el propio Macri confirmó en las últimas horas que practicaban deportes juntos --en una entrevista con la señal TN--. “No hablemos en plural”, se atajó Macri cuando le consultaron por sus reuniones en Olivos con magistrados: “Un juez que arrancó porque tenía un compromiso con el Código Penal, que hizo una propuesta de Código Penal muy buena, jugó al tenis simultáneamente varias veces conmigo porque teníamos amigos comunes”, reconoció el líder del PRO. Sus dichos terminaron de darle envión a la presentación en la que venían trabajando Tailhade y los otros dos diputados.
La causa se inició con una denuncia del actual ministro de Justicia, Martín Soria, que señaló que Hornos habría mantenido, al menos, seis encuentros con Macri en la Casa Rosada entre el 22 de diciembre de 2015 y el 13 de agosto de 2018. Soria lo denunció como parte de la llamada “mesa judicial” del macrismo, pero la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Franco Picardi --que investigan ese esquema-- entendieron que la presentación contra Hornos tenía matices que hacía que debiera analizarse por separado. Capuchetti y Picardi remarcaron que ellos indagaban en qué había pasado con jueces, juezas, fiscales y fiscalas que habían recibido presiones durante la administración de Cambiemos. El camarista Leopoldo Bruglia les dio la razón y le ordenó a Martínez de Giorgi que tramitara el expediente hasta tanto pudieran establecer cuál era el objeto de la causa.
La fiscal Alejandra Mángano impulsó la causa contra Hornos y pidió que se investigue si esos encuentros fueron ocasión para que Macri ejerciera una influencia indebida sobre el magistrado. Desde Casación, el vicepresidente del tribunal, Alejandro Slokar, le remitió una serie de informes que pidieron y concretamente resaltó que Hornos ni ningún otro magistrado habían informado reuniones con el Poder Ejecutivo.
Ahora, la denuncia de Tailhade, Moreau y Valdés pone a Borinsky bajo el foco de atención, tiempo después de que el portal El Destape revelara que había mantenido 16 encuentros con Macri en la quinta de Olivos. A esas reuniones sociales se sumaron otras dos entrevistas en la Casa Rosada.
Macri reconoció que la relación con Borinsky se había iniciado porque el juez presidió la comisión de reforma del Código Penal. Sin embargo, los diputados remarcaron que los encuentros empezaron ocho meses antes de que se oficializara la creación de la comisión en febrero de 2017 y que fueron deliberadamente ocultados, incluso los que se dieron en la Casa de Gobierno, ya que no figuraban en el registro de audiencias del Ministerio del Interior.
Los encuentros entre Macri y Borinsky se habrían extendido entre el 27 de junio de 2016 y el 23 de septiembre de 2019. Las visitas fueron especialmente frecuentes entre el 9 de agosto de 2016 y el 15 de septiembre de ese año, llegando a registrarse seis encuentros entre el magistrado y el presidente. En el ínterin, Borinsky tuvo en sus manos causas de las más sensibles como la del Memorándum con Irán, cuya reapertura ordenaron con Hornos el 29 de diciembre de 2016. Al día siguiente, Macri los felicitó en una entrevista radial y fustigó a la tercera jueza, Ana Figueroa.
La denuncia también menciona que se encontró en el teléfono del secretario privado de Macri, Darío Nieto, un recordatorio para hablar con Borinsky sobre una denuncia. Sin embargo, cuando le llegó para resolver la causa de espionaje ilegal instruida en Lomas de Zamora --en la que Nieto es uno de los imputados-- rechazó in limine apartarse y terminó propiciando que la investigación se mudara a Comodoro Py, tal como reclamaba Nieto.