“En nombre de mis hijos, de todos los maravillosos hijos que soñaron un día con un país mejor, que soñaron que se podía, que todos los días pensaban y hacían cosas nuevas”, exclamó Hebe de Bonafini con la voz estremecida antes del cierre de la larga jornada en conmemoración de los 40 años de Madres de Plaza de Mayo. “El mejor homenaje que nos hizo el mundo entero fue el que nos hizo Néstor diciendo que nosotros éramos sus madres y nuestros hijos sus compañeros”, agregó. Con bandas musicales, murgas, intervenciones teatrales y otras actividades artísticas, las Madres celebraron el domingo sus cuatro décadas de historia y de lucha, en un día que tuvo como puntos destacados la inauguración de la plazoleta “Madres de Plaza Mayo” al borde del círculo por el que marchan todos los jueves, una carta que mandó el presidente boliviano Evo Morales para saludar su lucha y el llamado de la ex presidenta Cristina Fernández.
“Voy a hablar sentada, no porque soy vieja, sino porque estoy a punto de desmayarme de la emoción”, fueron las palabras con las que inició el discurso la presidenta de Madres de Plaza de Mayo pasadas las 19, frente a las miles de personas que acercaron a la Plaza. El escenario se ubicó a metros de la Pirámide, alrededor de la cual marcharon acompañadas por la multitud a la hora de siempre, a las 15:30, en una ronda que se extendió hacia Avenida de Mayo, la calle Perú, Yrigoyen, hasta volver de vuelta a la Plaza. Ante la emoción y la energía del público, que a lo largo de todo el día le imprimió un carácter festivo a la conmemoración, Hebe recordó a sus hijos, y a todos los hijos e hijas desaparecidos en la última dictadura: “esos hijos increíbles que no se quisieron ir del país aunque la cosa se puso peliaguda. Que sabían muy bien lo que estaban haciendo, no es que eran unos pobres pibes que no sabían. Ellos demostraron que estaban dispuestos a dar la vida por la Patria, esta Patria que nos dejaron”. “Aunque les parezca mentira, Néstor y Cristina hicieron realidad el sueño de ellos –continuó Bonafini–. Nos dejaron un país increíble, lleno de felicidad. Néstor también dio su vida, estaba enfermo y siguió igual porque quería una patria mejor”.
Más tarde, como lo hace siempre, Hebe dedicó algunos minutos a hablar de la coyuntura política actual bajo el gobierno de Cambiemos. “Tenemos que estar preparados. Lo único que tenemos que hacer es laburar. Hay miles, millones de pibes, que están laburando, y eso me llena de orgullo”, advirtió, y luego aseguró que el Gobierno “va a ir por todo”, que “está en nuestras manos decir ‘pará la mano Macri’, no te va a resultar fácil porque hay un pueblo que pelea; es un pueblo que sufre, que no tiene trabajo, que sus hijos no comen”.
Desde las 13.30, por el escenario pasaron artistas como Ignacio Copani , Pablo Riquero, la murga La Que se Viene, el grupo de percusión Cafuncó –de cuyos ritmos Hebe no se privó de bailar–, y al cierre Bersuit Vergarabat (ver aparte). Minutos antes de la histórica ronda de las Madres, un llamado obligó a retrasarlas unos minutos. “Me llamó Cristina recién”, anunció Hebe que inesperadamente pidió el micrófono. “Ella está en la plaza, con nosotras, también con Néstor, que nos abraza a todos. Dice que nos quiere y nos pide que sigamos en esta lucha que empezamos hace cuarenta años. Hagamos de cuenta que marcha abrazada con nosotros”.
Otra de las sorpresas de la tarde fue cuando las Madres Sara Mrad, de Tucumán, acompañada de Irene de Chueque, de Mar del Plata, subieron al escenario para leer una carta enviada por presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, a la asociación Madres de Plaza de Mayo. Morales recordó la lucha de las Madres como “una lucha que se entrelaza con las luchas de los pueblos indígenas originarios, campesinos de nuestra América, luchas por la dignidad y la soberanía, contra el capitalismo y su expresión neoliberal”. “Saludamos sus 40 años de constancia y resistencia –dice la carta para finalizar–, y les pedimos que nunca dejen de luchar. Mi respeto y mi admiración por su modelo de organización y ejemplo de lucha para la liberación de nuestros pueblos”.
Al borde del círculo surcado por la eterna marcha de las Madres, alrededor de la Pirámide, se inauguró además la “Plazoleta Madres de Plaza de Mayo”, con una placa de venecitas que dibuja el histórico pañuelo blanco. “Pensamos que la plaza tiene que tener un pañuelo de las Madres que no se destruya, y espero que la ciudad esté contenta con el regalito”, dijo Hebe al momento de levantar la tela que la cubría.