"¿Por qué volver a la escuela por una semana? ¿Por qué movilizar a miles de niñes, familias, trabajadores de la educación en la semana de alerta de frío? ¿Por qué exponer a toda la población a una ola de movimiento evitable que mueve y expone a una nueva ola de contagios? ¿Qué razón vital promueve esta decisión o qué presión oculta la determina?", interpela la Asamblea de los Trabajadores por la Salud Colectiva (ATSC) desde su último documento emitido ayer, tras conocerse el decreto provincial que habilita la presencialidad por 9 días, entre la semana que se inicia mañana y la siguiente, en el nivel primario de educación. Este colectivo integrado por profesionales de diferentes disciplinas concurrentes en relación a la salud viene trabajando desde el inicio de la pandemia y advirtiendo con certeza sobre los alcances de decisiones que en su momento se tomaron y produjeron resultados negativos. El nuevo documento está encabezado por una inequívoca posición, que contrasta con la decisión del gobernador Omar Perotti: "La ATSC manifiesta su profundo desacuerdo con la medida del retorno a las escuelas en todo el territorio provincial y en las diferentes modalidades planteadas y advierte a la población el riesgo de perder una oportunidad única de sostener una estrategia que garantice un descenso significativo de los casos, el recupero de la capacidad de respuesta de la atención a pacientes graves y el máximo alcance posible de la población vacunada".
El tema de la "presencialidad" se transformó en uno de los más transitados desde la aparición de la pandemia y ha sido utilizado políticamente por sectores negacionistas e inclusive antivacunas. Desde ya que no todos quienes reclaman la vuelta a clases en las escuelas está enrolados en esa conspiración, pero sí hay un patrón reconocible por estratos sociales y económicos. No es casualidad que sea en las escuelas privadas más caras donde crece el reclamo, ni tampoco que sean casi siempre los mismos medios quienes amplifican el reclamo. Más aun, en esos sectores de la sociedad -algunos bien intencionados- se "compran" versiones que son producto de la ideología de profesionales antes que de la evidencia científica. Sin ir más lejos, esto quedó expuesto en la demoledora respuesta de la doctora Marité Colovini -directora de la Maestría de Psicología y Salud Mental de la UNR- al presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría Omar Tabacco -un reconocido gastroenterólogo infantil- , que ensayó por televisión una hipótesis impropia para un hombre de ciencias sobre la "salud mental de los chicos" al reclamar "la urgente vuelta a clases".
Es evidente que el tema escolar genera una sensibilidad especial, al punto que en las últimas horas ha cobrado fuerza una organización de padres que proponen lo contrario a los que se ha visto reiteradamente -en forma de marchas, abrazos a escuelas y demás- que es propiciar la NO-presencialidad. Estos integrantes de la comunidad educativa -el grupo más numeroso- se reúnen y argumentan con datos y criterios epidemiológicos que son compartidos a la vez por alguno de los gremios, otra parte importante de la comunidad educativa (ver nota aparte).
En ese sentido, la posición de Amsafé ha sido clara en todo momento. Sonia Alesso desde la comisión directiva provincial y Gustavo Teres desde la seccional Rosario han cerrado filas en cuanto a lo inoportuno de la reapertura de las escuelas. Aquí no hay diferencias políticas, porque los argumentos son epidemiológicos, como los explicó el propio Teres repasando el número de casos diarios, la incidencia y la ocupación de camas.
Sadop, en cambio, adoptó una posición pretendidamente equidistante. Su máximo dirigente, Martín Lucero se desentendió, diciendo que "el Estado es responsable cuando cierra y también cuando decide abrir". Esa obviedad de alguna manera degrada la gravitación de los trabajadores en esta historia, a la hora de reclamar participación y ser tenidos en cuenta para tomar decisiones que además los afectan directamente.
"Ningún argumento educativo, pedagógico, institucional, social, sanitario, subjetivo, que sea solidario con la defensa de la vida, justifica que se prenda una mecha con este potencial peligro y letalidad solo para 'cumplir' con el regreso a las escuelas... El Estado presente es la vacuna y la presencialidad el riesgo. A nosotros nos toca interpretar y actuar en consecuencia... Señores gobernantes, esas son la voces que hay que escuchar. Ejerzamos nuestro derecho a cuidarnos con responsabilidad y solidaridad amorosa. Familias, docentes y trabajadores de la salud resignamos a conciencia nuestros encuentros sociales y familiares, y con esa misma conciencia nos manifestamos por el no regreso a la escuela hasta después de las vacaciones de invierno", termina diciendo el documento de la Asamblea de los Trabajadores por la Salud Colectiva.
"Son 9 días de clases para las primarias, es para todo lo que alcanza", dijo Perotti a la hora de sintetizar las medidas que se conocieron anteanoche y que no ofrecieron otros cambios sustanciales en diferente rubros y actividades. Si bien hay una tendencia a la baja en casi todos los indicadores, el mismo rigor que se emplea a la hora de relevarlos indica objetivamente que "no alcanza", como cree Perotti.
"Son apenas 5 días para una burbuja y 4 para la otra", intenta explicar un colaborador cercano al gobernador que -sin proponérselo, seguramente- robustece los argumentos de la Asamblea de Trabajadores de la Salud.