Hace 27 años, Salta sería, sin sospecharlo en ese momento, testigo de un hecho histórico para el fútbol mundial: el ultimo partido y gol de Diego Armando Maradona con la camiseta de la selección Argentina ante su público.
De cara al campeonato mundial de 1994 en los Estados Unidos, el seleccionado viajó a Salta para jugar un partido amistoso que agitó la tranquilidad de la provincia.
El marco estaba dado por la remodelación del estadio de Gimnasia y Tiro, que gracias a su permanencia en la primera división, lograba alzar una gran obra de ampliación de su capacidad. Ese andar por la máxima categoría del fútbol nacional propició un fuerte acercamiento entre dirigentes salteños con la Asociación del Fútbol Argentino, lo que facilitó la llegada de un equipo plagado de estrellas.
En este contexto, se organiza el amistoso en el estadio “Gigante del Norte” contra el seleccionado de Marruecos, que también jugaría ese Mundial, del que se despediría en primera ronda con tres derrotas.
Días revolucionados
Oscar Barrionuevo trabajó durante 30 años como movilero deportivo. Fue relator y es historiador del fútbol salteño. Por aquellos días se encontraba transmitiendo la campaña de Gimnasia y Tiro en primera división: “El partido se anuncio casi con 20 días de anticipación. O sea que bastante tiempo antes, estaba confirmada la llegada de Argentina. A medida que iban pasando los días había un clima especial”, recuerda Oscar con evidente emoción.
“En ese año estaba relatando en una FM la campaña de Gimnasia. Los días antes ya tenía el partido en la cabeza. El domingo anterior estaba transmitiendo Gimnasia de La Plata y Gimnasia y Tiro, en La Plata y, durante el partido, me imaginé un gol de Maradona. En el medio del relato enganche un relato de Argentina… el comentarista que estaba al lado me miró como diciendo ‘estas loco’ y le digo ‘disculpá, estoy soñando porque ya falta poco’”, sonríe Oscar mientras rememora aquellos días de ansiedad y alegría.
Sebastián Domínguez hoy es un reconocido periodista deportivo de Salta. Por aquel entonces tenia apenas 17 años y estaba revolucionado como toda la provincia con la llegada del plantel argentino: “Unos días antes había una efervescencia increíble, una locura total por la llegada de la selección y de Maradona. Toda la gente desesperada buscando entradas".
"En la previa habilitaron el estadio mucho tiempo antes y a tres horas del partido, ya estaba lleno, no entraba un alma (…) La expectativa de los salteños fue tremenda, por todo lo que envolvía a presencia de la selección y de Maradona en Salta. Estaba realmente revolucionada la provincia, convulsionada por esos días”, continua Sebastián su relato.
El arribo
“Me acuerdo que fuimos al aeropuerto y no pudimos entrar porque estaba lleno de gente, nos tuvimos que volver. Como habían dado a conocer el recorrido del colectivo, durante todo el camino estaba lleno de hinchas esperando que pase el micro. Se suspendió la conferencia de prensa que estaba prevista en el hotel, tuvieron que sacar periodistas, inclusive algunos familiares de jugadores que habían venido a Salta no pudieron entrar a verlos. Era mucha la gente que había, es más, se temía que se rompan los vidrios del hotel. Pero se vivía un clima muy lindo, inolvidable para el que lo vivió”, rememora Barrionuevo.
Luis Islas atajó durante mas de 20 años en diferentes equipos con una gran trayectoria nacional e internacional. Fue campeón del mundo en 1986 y volvió a atajar en la selección en la década del 90’. En aquel encuentro en Salta, fue quien defendió la meta: “Recuerdo el partido con un placer enorme. Ir a jugar prácticamente como despedida del país antes de ir al mundial... La ciudad nos dio mucho cariño, mucho afecto. Me acuerdo que el hotel donde estábamos se lleno todo. Obviamente la gente quería ver a Diego, pero nosotros también sentimos mucho cariño, mucha pasión del publico salteño”.
Sebastian Domínguez todavía no era periodista deportivo pero tuvo la suerte de estar cerca de los jugadores en las primeras horas de la visita a Salta, “la selección llego días antes al Hotel Provincial. Recuerdo que Maradona pidió compartir la habitación con el burrito Ortega y salieron a saludar a la gente por una ventana del hotel. Fue una locura. Antes de la cena, yo estuve en el hotel, ingresé al lobby y ahí vi como se estaban distribuyendo las mesas, bajaron los jugadores, cenaron. Ver eso fue increíble”.
La protesta docente bancada por Diego
En medio de aquella conmoción futbolística, la Argentina y en especial el norte del país, vivía días de lucha y protestas sociales. En la plaza principal de la ciudad, los docentes provinciales se encontraban en una jornada de protesta. Llevar el sueldo básico a 450 pesos era una de las principales consignas.
Sabiendo de la estadía de la selección, la manifestación se trasladó a la puerta del hotel donde se alojaba el conjunto con el fin de amplificar el reclamo y aprovechar la prensa nacional que se encontraba cubriendo el evento. Todo terminaría con la Policía arrojando gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Antes, entre bombos y cantos de protesta, Maradona es consultado, en medio de una multitud, por el reclamo. Lejos de escapar a la situación y fiel a su estilo dice: “Me parece que tienen que seguir protestando hasta que la educación en la Argentina sea buena. En la Argentina las cosas básicas no existen”. Diego, aquel que solo esperaban para ver jugar al fútbol, se hacía eco de la lucha docente en una provincia que comenzaba a mostrar los agudos efectos sociales de las políticas neoliberales de los años '90.
El partido
“Fui uno de los privilegiados en relatar aquel partido. En Salta hay muchas radios, y todo el mundo quería transmitir Argentina. Hicieron una especie de selección de radios y la nuestra entró porque seguíamos a Gimnasia de visitante también. Entonces tuvimos la suerte de entrar gracias a eso”, cuenta Barrionuevo quien tuvo la posibilidad de relatar el último partido de Diego.
“Aquel día fui a la cancha como cualquiera de las 33.000 almas que estuvieron. Tenía platea baja y fui un par de horas antes. Fue tremendo. Recuerdo, se usaba mucho en Salta, ir a la cancha con una bolsa con frutas. Entonces iba la gente con una bolsa de mandarinas, por ejemplo, y habían tirado una a la cancha. Cuando el Diego salio a hacer el calentamiento, empezó a hacer jueguito con ella, el estadio explotó”, rememora Domínguez. Más adelante, ya en pleno partido, luego de recibir una falta, repetiría la acción con una naranja y otra vez la tribuna se vino abajo.
El historiador Barrionuevo recuerda: “Nunca vi tanta gente en la cancha de Gimnasia como ese día. Hay gente que me contó que estuvo en la escalera que lleva a la bandeja de arriba y que no pudo llegar, se quedó en medio de la escalera de tanta gente que había, no vio el partido”.
Oscar continua con los sentidos relatos de aquel partido “me acuerdo que tuve que ir por otra calle de la que se iba habitualmente a la cancha de Gimnasia. Llegue temprano y la gente iba llegando. Primero se llenó la tribuna que se inauguraba, todos querían ir ahí. Después los momentos previos, fueron los mas lindos, por ejemplo la salida del equipo a la cancha, o cuando lo cambian a Diego y entra el burrito Ortega… Hubo un amontonamiento tremendo, la gente se quería trepar al alambre para verlo, se subía uno arriba del otro".
"Por suerte yo lo viví en la cabina, fui un privilegiado. Sin embargo era tanta la gente que algunos abrían la puerta de la cabina y pedían por favor entrar porque no tenían forma de ver el partido, todos apretados. Y recuerdo particularmente el momento previo al penal que patea Diego también. Yo pensaba ‘este gol me tiene que salir bien, no me tiene que fallar la garganta, se me tienen que ocurrir unas palabras lindas’... todo eso”, rememora el relator.
El partido finalizó con un categórico 3 a 1 para Argentina, con goles anotados por Abel Balbo, Maradona y Hugo Perico Pérez. El conjunto argentino dejaba el país con una sonrisa esperanzadora de cara al mundial de Estados Unidos.
El recuerdo imborrable
“Yo soy muy respetuoso. Para mi Argentina es una sola, pero a veces cuando vas al interior del país, la gente, como no te ve habitualmente, te da un afecto, un cariño especial. La fuerza que te brindan cuando vas al interior es algo que te marca, que lo recordás con mucha alegría. Se ve mucho cariño y mucho respeto”, comenta el arquero multicampeón Luis Islas y completa: “El recuerdo a la distancia es hermoso, porque en ese momento uno no sabía que era el último partido de Diego. Para los salteños es un honor, el último partido de Diego, y que el último gol con la camiseta de argentina en el país haya sido en Salta”.
Sebastián Domínguez da un marco general a lo que significó aquel encuentro “Sin duda estamos hablando del evento futbolístico más importante de la historia en Salta. Hay cuestiones futbolísticas de clubes locales que son muy importantes, pero esto es lo más importante que pasó en la historia de Salta. La presencia de la selección y con Maradona. Es un recuerdo imborrable lo que pasó ese día”.
La selección, luego de aquel encuentro, dejará el país con el fin de disputar dos amistosos más frente a Israel y Croacia, para luego desembarcar en Estados Unidos y terminar la preparación de cara a la copa del mundo.
La historia que sigue es conocida por todos: dos grandes victorias frente a Grecia y Nigeria y un doping positivo que dejará a Maradona fuera del mundial, y a la selección también dos partidos mas tarde.
Nadie hubiera imaginado que aquel partido en Salta, sería la última vez que Maradona vestiría la camiseta albiceleste en tierras argentinas con gol incluido.
El pueblo salteño podrá decir que tuvo la suerte de ser testigo de un pedazo de la historia del fútbol mundial, así como también participe activo de aquella fiebre futbolera que acompañó a la selección Argentina hasta el recordado mundial de 1994.