Estudiantes y profesores de la Escuela Técnica N° 3100, República de la India, de la ciudad de Salta, crearon un prototipo experimental denominado "Medidor inteligente de dióxido de carbono (CO2)", que permite conocer en tiempo real la calidad del aire que se respira en ambientes cerrados o con poca circulación. El objetivo es extender esta tecnología a distintos espacios, sobre todo, las escuelas ante este clima estacional. 

El docente Cristian Arias fue uno de los impulsores del proyecto, que a su vez, recibió la propuesta del científico repatriado Javier Fincati, del Instituto de Patología Experimental de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). La idea del doctor en Ciencias Químicas  surgió mientras se encontraba en una exposición del docente sobre respiradores artificiales. 

Arias se unió a Ramón Aramayo y Cristian Chocobar, y emprendieron el trabajo con los estudiantes de la división de 4to 1° de la Escuela Técnica. El primer desafío era poder conseguir un sensor de aire, que en Argentina cuesta cerca de 16 mil, y que pudo saldarse de forma inmediata por la institución educativa. "Les comento a mis alumnos de qué venía el proyecto y empezamos a armar y buscar programaciones", contó el docente a Salta/12.

Fincati los contactó con Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham, que ya venían desarrollando estos prototipos. Así pudieron bajar las programaciones necesarias y empezaron el proceso que se inició en marzo y tuvo una duración de un poco más de dos meses. 

Para Arias, contar con este tipo de dispositivos les permite saber qué cantidad de puertas y ventanas pueden ser abiertas en determinado espacio, respetando con ello la venticulación cruzada que establecen los protocolos bio sanitarios debido a la pandemia. Por eso, el docente contó que en las pruebas cerraron las ventanas "manteniendo una abertura de 20 y 30 centímetros" y fueron chequeando que se mantuviera el nivel seguro de aire en el lugar.

El desarrollo de este tipo de maquinaria puede medir con precisión el aire que circula en un determinado espacio. Las medidas que se establecen en un ambiente con aire adecuado van desde las 400 a 700 partículas por misión (ppm), ya que de haber una cifra más elevada, la concentración de CO2 puede ser peligrosa para la vida humana y aumenta el riesgo de contagio de la covid.

"Si superamos los 800 ppm es más fácil transmitir" la covid, de acuerdo a los estudios que se conocieron, contó el docente. Por lo que, si se puede controlar la circulación de aire en estos espacios cerrados, "podemos tener el dato para saber cuándo es necesario hacer la renovación de aire", explicó. En consecuencia, los protocolos podrían adecuarse a cada aula, teniendo en cuenta la cantidad de alumnos, metros cuadrados y los espacios de ventilación. 

Para probar este prototipo, el equipo de trabajo lo hizo en su propia aula y de acuerdo a los metros cúbicos del lugar, controlaron con el sensor cada cinco minutos cómo se iba dando la circulación de aire. Esto les permitió saber qué porcentaje de ventilación cruzada podían mantener en todo ese tiempo. 

Alivio ante el frío 

Arias contó que en épocas invernales es complicado desarrollar las clases en medio de una pandemia que obliga a mantener la ventilación cruzada. Por lo que consideró que desarrollar de forma masiva este tipo de instrumento permite saber que incluso en algunos espacios se puede dar una reducción del 50% en la ventilación estipulada. 

"Entonces podemos controlar los niveles de oxigenación y evitar que entre todo el frío", explicó. El profesor contó que ya existen más de 400 medidores en Hurlingham, indicando que es posible su masificación, lo que sería de gran utilidad en este invierno.

"Tenemos la capacidad para hacerlo, los mismos estudiantes de 3° y 4° pueden", afirmó al tiempo que resaltó que los jóvenes se capacitaron para hacerlo por el compromiso que tienen ante la realidad de la pandemia. "Están viviendo esta época y son muy conscientes de esta problemáticas, lo que nos hace saber que esta nueva generación es más ecológica, comprensible y más abierta", dijo el profesor, orgulloso de sus alumnos. 

Así como es posible llevarlo a las escuelas, el medido también puede ser utilizado en  empresas, transportes, oficinas, negocios, y cualquier lugar similar en el que las condiciones de ventilación y circulación de aire deban ser ajustadas para prevenir el coronavirus.