Australia padece un rebrote de casos de coronavirus provocado especialmente por la variante Delta. Para evitar la propagación del virus, el Gobierno aumentó las restricciones -confinamientos y regreso del uso del barbijo en espacios públicos- en distintas regiones del país.
"La pandemia todavía está sobre nosotros. Ciertamente entiendo la frustración de la gente (...) ¿Pero cómo deberíamos seguir adelante? ¿Nos rendimos? ¿O seguimos mostrando la misma determinación (que al principio de la pandemia)”, dijo este lunes el primer ministro Scott Morrison.
Las ciudades de Sidney y Darwin iniciaron ambas un aislamiento estricto, mientras que en Perth y Brisbane se decretó nuevamente el uso obligatorio de tapabocas. Las autoridades de Perth advirtieron que no descartan imponer un confinamiento estricto luego de que un residente diera positivo de coronavirus después de haber estado en Sidney, donde empezó el rebrote hace más de una semana.
En Sidney, donde ya se acumulan 130 casos, el aislamiento se decretó durante un plazo de dos semanas, mientras que en Darwin iba a durar solo 48 horas, pero se decidió extenderlo hasta el próximo viernes.
"El riesgo aumentó en las últimas 24 horas. Ahora entramos en un periodo extremadamente crítico. Tenemos que seguir confinados el tiempo de cercar el virus", declaró el responsable del Gobierno en la región norte de Australia, Michael Gunner.
La pandemia dejó 910 muertos en el país oceánico y acumula un total de 31 mil casos.
La lenta vacunación en Australia
El rebrote de covid pone en la lupa el ritmo de la campaña de vacunación australiana: hasta el momento, tiene completamente inmunizado al 5 por ciento de sus 25 millones de habitantes.
El primer ministro anunció después de una reunión de gabinete en Canberra que todos los trabajadores de geriátricos tendrán que tener al menos una dosis de la vacuna para septiembre para poder trabajar.
Según reportó la cadena pública de noticias ABC, la decisión generó críticas porque se esperaba que la vacunación de los trabajadores de geriátricos -con al menos una dosis- estuviera completa en marzo.
La entrada de la variante delta
El ministro del Tesoro, Josh Frydenberg, dijo que el rebrote supone "una nueva fase de la pandemia" y advirtió que la variante Delta es "más contagiosa y peligrosa".
El primer caso de la variante Delta se detectó en Sidney a mediados de este mes. Se trataba de un chofer de limusina -quien aparentemente se negaba a usar barbijo y no estaba vacunado- que transportó a miembros de la tripulación de un vuelo internacional.
La jefa de gobierno de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, alertó este lunes a periodistas en Sidney tras reportar las 18 nuevas infecciones locales -15 de ellas vinculadas al conductor- que "tenemos que estar preparados para que los números oscilen y para que se incrementen considerablemente".
El resto de los estados de Australia donde hasta el momento no se reportaron casos de coronavirus limitaron los desplazamientos a sus jurisdicciones desde las regiones afectadas por el virus para evitar los contagios.
Para el vicepresidente de la Asociación Médica Australiana, Chris Moy, la variante Delta "le ha ganado a los rastreadores de contactos de Nueva Gales del Sur y la dependencia en ellos, así como la demora (en el confinamiento) por algunos días ha provocado que se propague en el país".
"Es una bestia distinta. Uno tiene que ir fuerte contra ella, realmente esa será nuestra mejor oportunidad", recomendó el médico en diálogo con el Sydney Morning Herald.