Como tantas veces desde que se inició la pandemia, el ministro de Economía, Martín Guzmán, visitó el sábado a la noche al presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la residencia de Olivos. Tras jornadas agitadas con el tipo de cambio como pocas veces en los últimos tiempos, el funcionario cenó con el jefe de Estado en una charla extensa, de agenda económica abierta y que tuvo en el centro a la divisa estadounidense, la negociación por la deuda y una explicación detallada sobre la modificación crediticia del país que hizo la semana anterior Morgan Stanley Capital (MSCI).
La conversación se da días antes de que el ministro viaje a Venecia a participar de la reunión de ministros de Economía y banqueros centrales del Grupo de los 20, periplo en el que no se descarta un paso por París. Según supo Página I12, Guzmán le expresó a Fernández que más allá de lo que se supone una preocupación, “estamos ocupados” en ordenar el frente cambiario y seguir con la paz preexistente. En junio, si sigue la tendencia, el dólar paralelo se encamina a tener su mayor alza en el año.
Según se conversó, Guzmán especificó que el Banco Central (BCRA) tiene poder de fuego gracias a varios meses de acumulación de reservas e ingreso de dólares, sobre todo los que fueron producto de la súper soja. Pero el presidente quiso saber más sobre la calificación del MSCI, que está vinculada de uno u otro modo al futuro de la cotización del billete verde.
Guzmán llevó un detallado informe de lo que significó la movida de declaración de Argentina desde la categoría de Mercados Emergentes a la de StandAlone. Le contó al mandatario que se trata de un índice teórico que abarca negociaciones de acciones y que no refiere ni a los instrumentos de deuda pública ni aquellos emitidos por empresas. Una especie de evaluación de inversores internacionales de las condiciones del mercado local.
Así, Guzmán relató que, paradójicamente, esta revisión anual había calificado a Argentina como Mercado Emergente el 20 de junio del 2018, período en el cual el país atravesó un proceso de deuda “insostenible”, que obligó a la administración de Mauricio Macri a acudir al préstamo más leonino de la historia del Fondo Monetario (FMI). Detalló el funcionario que parte de esa calificación ahora negativa, es producto de las políticas aplicadas en ese momento. Y recordó que terminaron en multi devaluaciones y salida de capitales. De hecho, en septiembre del 2019 fue Cambiemos quien aplicó el esquema de controles de capitales, aún vigente.
Naturalmente, ambos consideraron que hay una intención de algunos sectores financieros y empresarios de generar la idea de salida de capitales, modificando expectativas. Lo que sí preocupa en el Gobierno es que, por el tamaño pequeño del mercado, eso puede influir en mayor presión al dólar si los inversores locales se quedan sin opciones concretas de ahorro. A eso hay que agregarle los pesos extra que pueden poner en la plaza el pago del aguinaldo y la devolución de Ganancias. Esa presión sobre el dólar blue se verá, sobre todo, en la segunda mitad del año.
De todas maneras, confían en el Gobierno que la situación irá a la calma, incluso después de las elecciones. Guzmán mostró datos de un trabajo que evidencia que la moderación de los ritmos de depreciación, no sólo han aportado a la desinflación que opera, sino que redundarán en pérdida de competitividad cambiaria.
En esa línea, ya en la sobremesa, Guzmán repasó la marcha de las negociaciones del tema deuda y consideró que es relevante mirar ese frente. Recordó la renegociación exitosa con los bonistas privados, el entendimiento con el Club de París; y “los avances” en la negociación con el FMI. Guzmán avisó que se está trabajando en un encuentro con la titular del Tesoro de los Estados Unidos, Jannet Yellen.