El neurocirujano Leopoldo Luque aseguró que nunca estuvo a cargo de la internación domiciliaria de Diego Maradona y delegó esa responsabilidad en los profesionales de las empresas de medicina prepaga. Luque negó --como dice la imputación fiscal en su contra--, que haya sido “totalmente indiferente” a si el paciente “moría o no”. Afirmó, por el contrario, que “jamás” se representó “la posibilidad de su muerte” y que el deceso le duele “como médico y como amigo”.
Luque, considerado uno de los principales responsables de una muerte evitable, amplió su declaración indagatoria y presentó un descargo por escrito de 85 páginas. En la causa está acusado por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”. En esta nueva presentación, pidió ser sobreseído y demandó y cuestionó las conclusiones a las que arribó la junta médica que analizó los resultados de la autopsia del futbolista fallecido en noviembre de 2020.
Luque solicitó que el nuevo informe que propició esté a cargo de “peritos imparciales”. Sobre este punto, consideró que “gran parte de las afirmaciones falaces de los hechos que los fiscales afirman tiene que ver con las incongruencias y mala interpretación de los hechos que realizaron los peritos médicos propuestos por la fiscalía”.
Por su parte, Mario Baudry, el abogado que representa al hijo menor de Diego, pidió este lunes que se ordenen las detenciones de Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz y la médica Nancy Forlini. El letrado, uno de los querellantes en la causa, estimó que los cuatro imputados “entorpecieron la investigación”. Al mismo tiempo, Baudry solicitó que se profundice el análisis del móvil económico.
Luque, al ampliar su alegato defensivo, aseguró que lamenta “profundamente el deceso” de Maradona” porque “era mi paciente y mi amigo”. El neurocirujano se presentó en los tribunales de San Isidro ante los fiscales Laura Capra, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, quienes consideran que Luque era el médico de cabecera y por lo tanto, uno de los responsables principales en todo lo concerniente a la atención de Diego.
En principio, Luque ratificó lo dicho en su “declaración espontánea”, por escrito, de diciembre del año pasado.
En esa ocasión, Luque dijo que la muerte del futbolista había sido “inesperada, imprevista, en las horas de sueño, sin brindar ninguna posibilidad de tratamiento”.
Este lunes, expresó en su nuevo escrito: “Niego categóricamente haberme representado el fatídico desenlace”. En ese sentido y en alusión a los cargos en su contra, recordó que “el actuar doloso, aun eventual, iría contra la finalidad misma de la ciencia médica”.
Por eso aseguró que “jamás” se representó “el resultado” muerte porque “los estudios realizados en vida al paciente no daban cuenta de que el mismo tuviese enfermedad renal crónica, enfermedad hepática e insuficiencia cardíaca”. Se refería a chequeos médicos realizados entre 2019 y 2020. Al respecto, opinó que la junta médica advirtió sobre esas tres patologías “en los resultados obtenidos de la autopsia, no en los resultados realizados en vida, que es lo que los médicos podemos evaluar”.
Con ese argumento, rechazó lo que afirman los fiscales, en el sentido de que Luque debía “representarse la muerte ya que era un resultado esperable”, dado el estado del paciente.
El neurocirujano sostuvo que esa representación “no lo fue para ninguno de los médicos que lo asistió, estudió y controló, durante los últimos dos años”. Sobre la cuestionada internación domiciliaria en Tigre para el tratamiento de las adicciones, donde Maradona murió el 25 de noviembre, Luque dijo que fue “aceptada y avalada por todos los presentes”, en una reunión de la que participaron médicos, familiares y la empresa de medicina prepaga luego de la operación del hematoma subdural en la Clínica Olivos.
El imputado insistió en que Maradona se negaba a ser internado en un neuropsiquiátrico, que fue evaluado por dos psiquiatras y que en contra de lo que señaló la junta médica, el paciente “no tenía los parámetros requeridos por la Ley de Salud Mental 26.657, para ser internado compulsivamente”. En todo momento, Luque aseguró que no era el “máximo responsable médico” durante la internación domiciliaria. Reconoció que esa internación fue una “sugerencia” suya y de la doctora Agustina Cosachov, otra de las principales imputadas. Pero en ese punto ratificó: “Yo no formaba parte de la misma, ni mucho menos, estaba a cargo de la misma”.
Recalcó que nunca formó parte de “ningún equipo médico” a cargo y que él solo era el “médico referente” de Maradona desde 2019. Afirmó que durante la internación en Tigre, la responsabilidad recaía en “la empresa que llevó a cabo la internación domiciliaria (Medidom) y de la coordinadora y directora médica” de la prepaga Swiss Medical, Nancy Forlini”, otra de las principales imputadas.