La imparable velocidad de los cambios de estos locos, locos años a veces suele llevarse puestos algunos artefactos culturales que fueron, de mínima, alucinantes. Y ahí, entre todos los que recibieron el certificado de defunción de forma prematura, se yergue Locomotion, quizás el canal de TV más ácido, irreverente, misterioso y genial que alguna vez pululó en las grillas de los videocables.
Por eso, casi como un gesto político, unos fans recuperaron arqueológicamente todo el metraje original (cada dibujo animado, cada pieza promocional, cada transición mínima de la programación de la época) y lo exhiben de forma secuencial y gratuita. ¿¡Qué!? ¿¡El viejo Locomotion durante 24 horas, los 7 días de la semana!? ¿¡¡¡Qué clase de brujería es ésta!!!? Imposible escaparle al mind-fuck.
"Que haya una necesidad por ver Locomotion online en la actualidad, y que unos tipos tengan que revivir un canal que ya no existe, habla mucho más de los canales existentes que de los que ya no están", revuelve Santi, uno de los responsables de este proyecto tributo. Con esa premisa, juntaron más de 2000 horas de material (entre VHS que grabaron ellos y cosillas que consiguieron en buena definición de por ahí) y salieron a la cancha. LocomotionTV funciona desde 2016 y, en la actualidad, ya cosecha más de 35 mil seguidores activos en Facebook, su principal red social, y unas miles de views diarias.
Entretanto, más allá de la pirueta contorsionista de esta práctica (VHS levantados de un canal, luego ripeados en buena calidad y, más tarde, proyectados desde un server de por ahí), hay que observar que, dada la escasez de la oferta, este tipo de proyectos autogestivos vienen a llenar un vacío cultural: sigue haciendo falta un canal de televisión tradicional con animación para adultos que se emita en loop y no tenga fast-food.
Él único canal para jóvenes adultos
El vacío que dejó Locomotion nunca se volvió a llenar: ya no hubo ni Neon Genesis Evangelion, ni Cowboy Bebop, ni South Park, ni Bob y Margaret, ni Aeon Flux, ni Ren & Stimpy, ni Bubblegum Crisis Tokyo 2040, ni Akira, ni Candidate for Godess, ni Wolf's Rain, ni Soul Hunter, ni nada de eso, todo junto, nunca más. Y la vida siguió, con ese hueco enorme –deforme, sin par– del que nadie se hizo cargo. Bueno, "nadie" hasta Josué y Santi, los entusiastas detrás de LocomotionTV.
"Creo que el mayor impacto Locomotion lo tuvo por ser el primer (o único) canal de animación de la época que se dirigía a jóvenes adultos. Aunque el animé y la animación adulta ya eran muy seguidos en otros lugares, no era así en América Latina, donde la animación estaba más relacionada a los dibujos animados para niños", dice, desde Estados Unidos, Andrea Feuermann Taylor, directora de marketing y una de las encargadas del rebranding que llevó a que el canal abandonara su instancia "infantil" y se convirtiera en uno para "jóvenes y adultos".
En sus primeros años, por el malentendido con algunos cableoperadores y por una identidad todavía en desarrollo, Locomotion fue considerado como un canal para niños. Pero, en 1999, la cosa cambió: "Locomotion pegó mucho en esa época en la que se transmitían series sin censura, en idioma original y con subtítulos. Nuestro equipo de programación hacía un trabajo realmente excelente buscando material que resonaba en la audiencia. Y el equipo creativo conectaba todo con la apelación a la cultura electrónica y web que, en esa época, andaba creciendo", se expande Feuermann Taylor.
Así las cosas, Locomotion se ensanchó con las referencias cibernéticas, los mini cortos animados y su espíritu universal. Regaló, entre otras cosas, una posibilidad concreta: mirar a los ojos al futuro. "Locomotion sedujo porque tenía la capacidad creativa de saber venderse. Las promos y bumpers eran piezas artísticas que te animaban a seguir viendo", completa Santi.
Josué y Santi al rescate
"Originalmente, LocomotionTV se emitió desde un Raspberry cagado a palos. Ahí salía como podía y soportaba hasta 200 televidentes", cuenta Santi. "Es una página de fans para fans y tiene como objetivo revivir digitalmente la salida al aire de Locomotion", continúa.
Por otra parte, a la comunidad del proyecto de LocomotionTV no la anima el lucro, sino la generosidad: se trata de compartir y difundir. Es común que Josué y Santi, entre muchos otros, entre tantos más, dediquen su tiempo a stremear un canal extinto (en 2005) para beneficio de otros usuarios (en 2021), en un gesto que recuerda a la abnegación de quienes subtitulan películas para que otros las consigan en Subdivx.
En esa línea, el fervor de esta comunidad se vislumbra tan desinteresado como admirable: los desechos de una sociedad pasada siguen siendo el mejor contenido calórico y proteico del presente. Se trata de una liberación que se parece mucho a un acto de justicia poética: exhibir secuencialmente la programación prístina de un canal jubilado hace más de 15 años y que, no es poca cosa, este 4 de noviembre cumplirá 25 desde su primera emisión. "Era demasiado bueno para que se terminase. Tuvo un final que no fue del todo justo. Y su reemplazo no fue superador", refunfuña Santi.
El carácter transitivo fue el siguiente: en 2004 se volcó casi de lleno a la programación de animé, para 2005 se convirtió en Animax, luego pasó a ser operado por Sony que, en 2011, lo transformó en Sony Spin. ¿De aquel primer Locomotion? Nada de nada. "Lo que nosotros proponemos es una continuación por otros medios", señala Santi. "Decidimos hacer una especie de homenaje permanente: si lo ponés, está ahí. Nosotros nos inspiramos en el Locomotion más exitoso, que fue el de 1999 a 2001", sigue. El dato: en 2015 hubo insinuaciones de un spin-off del Locomotion original, pero no llegaron a buen puerto.
Con una programación ejemplar (una mezcla de cartoons contraculturales, cositas de culto y animación japonesa de vanguardia), Locomotion se configuró más como un "lugar" que como un "canal". Fue geografía, norte y patria. Fue el espacio que congregó –física, espiritual y emocionalmente– a varias culturas juveniles de los 2000. Hubo confusión, hubo calentura. Hubo novedad, hubo construcción de sentido. Lo tuvo todo y más: Locomotion fue, en definitiva, un error en la Matrix.
Y en sus arterias se veía un pulso ligado al diseño gráfico (recuerden: unos institucionales que sonrojarían a una TRImarchi DG entera), unos sonidos futuristas que interpretaron a su época (el súmmum: aquí nació Miranda! y se consagró el segmento Fracto) y una expresión artística moderna que se paraba directamente en el año 3000. De un saque: decir que fue adelantado a su época es quedarse cortísimo.
Tenemos todo, queremos más
Esta reposición permitió volver a ver shows extraños, animés clásicos y OVAs japoneses que no volvieron a verse como City Hunters, Dirty Pair, Suikoden Demon Century, Burn Up W, Gunsmith Cats, Sukeban Deka, Pet Shop of Horrors y mucho, mucho más. "Tengo todo en VHS", tranquiliza Santi, que confía en el respaldo en formatos físicos.
¿Les falta material? Lamentablemente sí –y éste también es un llamado a la solidaridad–: "Si alguien tiene grabado en buena calidad Cutlass, Gogs, Captain Starr y Crapston Villas, se lo agradeceremos inmensamente". Y lanza otra botella al mar: "También quisiéramos recuperar los programas de Locotomia, que iba los sábados a la noche y pasaba cortos experimentales, y los de Fracto, que era el segmento de música electrónica".
En rigor, este "comeback", que puede verse desde locomotiontv.com o desde dispositivos Roku, preserva la ambigüedad de lo real. Por si hiciera falta aclararlo, las imágenes no provienen de un canal en funcionamiento, sino que se licúan en un proceso de altruismo 2.0: uno con pleitesía, archivismo y calor de fan. Se le prende una velita a Locomotion, como quien le prende una velita a un santo.
"El mundo digital aparece como respuesta a lo que no se ve en el videocable ni en las plataformas", justifica Santi todo este trajín de tiempo, amor y cintas de antaño. "Cuando Locomotion terminó, ese espacio quedó huérfano", confirma Andrea. Pero Locomotion no se murió, sino que sigue vivo en los corazones de todos sus seguidores y ahora, también, ordenadito por ahí, en un canal como el de antes, exactamente como el de antes, pero ahora, exactamente como ahora.