La Tarjeta Alimentar, pilar de las políticas implementadas por el Ministerio de Desarrollo Social en la lucha contra el hambre, fue destacada y calificada por la ONU como una “buena práctica” para avanzar en el objetivo de ponerle fin a la pobreza, combatir el hambre, garantizar la seguridad alimentaria y reducir las desigualdades.
“Argentina atravesaba una crisis social, con altos niveles de pobreza, que se agravó con la pandemia de la covid-19 y sus consecuencias en términos de pérdida de empleo e ingresos. La Tarjeta Alimentar fue una de las respuestas del gobierno para contener el aumento de los niveles de pobreza en las poblaciones más vulnerables garantizando el acceso a los alimentos”, dice en la descripción del sitio a la vez que se destaca la rapidez con la que el gobierno identificó la “necesidad urgente de desarrollar una respuesta efectiva” ante el contexto mencionado.
El reconocimiento fue publicado en el sitio de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) perteneciente al organismo internacional, donde también se reconoce el impacto positivo de esta política en el marco de la crisis abierta por la pandemia.
“Esta política pública, que busca mejorar la calidad nutricional, comenzó antes de la pandemia, pero frente a esta segunda ola de contagios adquiere una importancia vital”, indicó el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.
La política es destacada también desde el ámbito académico como un aporte a la reducción de la brecha de género que se ve profundizada por la pandemia por la feminización de la pobreza. Dado que las mujeres se encuentran sobrerepresentadas en los estratos más pobres de la sociedad, estas políticas sociales que asisten directamente a los sectores más vulnerables
Una política pública
Durante los primeros cuatro meses del año, la Tarjeta Alimentar volcó unos 10 mil millones de pesos mensuales para la compra de alimentos, que alcanzaba a 1,9 millones de niños menores de 6 años cuyos padres o madres reciben la AUH. También a personas gestantes que reciben asignación por embarazo y a personas con discapacidad que cobran AUH.
El universo se amplió a principios de mayo y se extendió a las familias que perciben AUH y tienen hijas o hijos menores de 14. De esta manera el programa alcanza a 3.885.067 personas mediante 2.320.183 plásticos. De ese total de personas alcanzadas: 3.764.278 son hijas e hijos menores de 14 años, 48.820 son hijos o hijas con discapacidad y 71.969 son personas embarazadas. De los titulares mencionados: hay 1.295.219 que reciben 6 mil pesos, 645.122 reciben 9 mil pesos y 379.842 reciben 12 mil pesos.
De esta manera, el gobierno nacional destinará 184.800 millones de pesos durante 2021 para casi cuatro millones de niñas, niños y adolescentes con el objetivo no solo de que haya comida en los hogares sino también poniendo el foco en que se priorice el consumo de alimentos frescos. Este último elemento es clave para combatir el impacto negativo de la malnutrición en los índices de pobreza estructural.
“La transferencia de dinero que se realiza vía la Tarjeta Alimentar no sólo permite mejorar la nutrición con la compra de alimentos frescos, también promueve el compre local y genera una inyección de dinero en el sector de alimentos, que motoriza la economía”, concluyó Arroyo.