Conciencia, seguridad y soberanía alimentaria, son los pilares del Programa Alimentario Riojano (PAR)

Con este objetivo el Ministerio de Desarrollo Social de La Rioja implementa distintos dispositivos, uno de ellos, y quizás el más original, es el de los Nodos de Alimentos, que busca mejorar la calidad de alimentación. Los nodos se centran en el cambio alimentario en los comedores comunitarios que funcionan en clubes, centros vecinales, iglesias y otros espacios de contención social, así como en los módulos que actualmente entrega el gobierno.

Catamarca/12 entrevistó a Gabriela Pedrali, ministra de Desarrollo Social de La Rioja, cabeza del proyecto: “Buscamos la soberanía alimentaria desde este lugar de poder producir los alimentos que consumimos. Queremos que a ningún riojano le falte un plato de comida, y si ese plato de comida lo produce un riojano, mucho mejor”, subrayó.

Y es que el objetivo final de los Nodos, es que puedan proveerse de las economías populares de cada sector, y de iniciativas como hidroponía y huertas familiares.

“Gracias a estos espacios de la comunidad organizada, el año pasado en pandemia pudimos llevar 10.000 viandas todos los días durante casi 9 meses”, comentó Pedrali.

El camino para este principio de cambio en la dieta de las familias riojanas fue incluir alimentos balanceados, que cambian el paradigma de alimentación que se venía replicando con exceso de carbohidratos y grasas como principales componentes: “La idea es dejar de dar harinas y mate cocido, e incorporar nuevos alimentos; pero cómo podíamos cambiar eso si lo que se compraba seguía siendo lo mismo, harinas, fideos, arroces; entonces incorporamos frutas, verduras, lácteos y carnes para poder distribuir en los comedores. Son 250 los comedores de La Rioja que ya proveen alimentos de estas características a las familias”, aseguró.

Comer también es cultural 

La Rioja comenzó a transitar este cambio alimenticio proveyendo de tecnología a los Nodos Alimentarios en un principio. Se compró un contenedor refrigerado para mantener el frío en los alimentos, una planta potabilizadora de agua para poder proveer agua segura, ya que aún hoy muchos barrios riojanos no tienen agua potable y una deshidratadora para poder aprovechar las frutas y verduras de estación en su máximo alcance, entre otros elementos.

Los Nodos Alimentarios cuentan además espacios de capacitación, en donde se dictan conocimientos para quienes manipulan y cocinan estos alimentos, de acuerdo al lugar en donde sean cocinados, ya que puede ser tanto en un asentamiento, como en un club, con cocina a leña, eléctrica o con garrafas.

En esos espacios se enseña a mejorar la alimentación, a cocinar los alimentos, se imparten nociones de bioseguridad, y además se hacen capacitaciones de cuidados antes y después de cocinar.

Hoy La Rioja tiene dos Nodos de Alimentos ya en funcionamiento, uno en el sur y otro del noroeste de la capital provincial. Tienen entre 200 y 500 metros cuadrados cada uno. El Nodo sur cuenta con un contenedor refrigerado de gran volumen para poder almacenar alimentos y que no se pierdan: “A veces hay gente que dona, o surge la posibilidad de comprar ofertas a gran escala y necesitábamos tener donde almacenar”, explicó Pedrali.

El PAR es un programa que se activó con mayor fuerza debido a la pandemia, “dentro de esta iniciativa, los Nodos de Alimentos son proyectos piloto que ya están dando buenos resultados”, aseguró la ministra; además, comentó que interesa replicarlo en varios lugares del interior riojano en donde funcionan comedores.

Contenedor refrigerante, agua segura, espacios de capacitación en manipulación y cuidado de los alimentos, y un lugar de expendio para los módulos, integran la estructura general de los espacios. Además, un grupo de especialistas funcionan como nexo entre el comedor y cada Nodo. Este equipo integra el programa Nutrir, que es parte del PAR.

Programa Nutrir

Nutrir funciona con especialistas en nutrición y un grupo de chefs que enseñan a cocinar en fuego, en gas, o con cocina eléctrica. “Nuestras nutricionistas caminan por los comedores, barrios y asentamientos. Visitan a las familias, toman peso y talle de niñas y niños, y en base a eso se elabora una dieta específica para cada comedor”, contó Pedrali.

“Con esos controles alimentarios detectamos obesidad, desnutrición, celiaquía u otro tipo de trastorno alimentario. A partir de ahí, las nutricionistas le dejan a los referentes de los comedores un listado de alimentos que luego deben gestionar ante cada Nodo”, explicó.

Para cambiar esta matriz alimenticia, Desarrollo Social de La Rioja comenzó a trabajar con productores locales. Otra parte del PAR tiene un proyecto de hidroponía para poder producir la verdura que se consume.

Pedrali aseguró que “el proyecto no tiene techo. Queremos, en un Estado más avanzado, comenzar a distribuir viandas, para que las familias puedan aprovecharlas en cada hogar sin necesidad de asistir a un comedor”, explicó.

Los Nodos de Alimentos se proveen actualmente con mayoristas, pero la idea es también incorporar a las economías populares como proveedoras, y que el programa funcione además como un círculo virtuoso de alimentación saludable y economía popular.

Para ello, el gobierno de La Rioja trabaja hoy en el programa Agricultura 2030, que quiere cambiar la matriz productiva de la provincia, y entrega plantines a la población con la intención de volver a los cultivos familiares y promover su incorporación a la cadena de oferta y demanda de alimentos.

“El Nodo no es solo dar de comer, sino saber qué damos de comer. No llenar las panzas de panes y mate cocido”, afirma Pedrali.


Mercado Popular

Otro proyecto ligado al dispositivo de los Nodos es el Mercado Popular: “Es un proyecto de la economía popular, que por un lado ofrece productos directos del productor al vecino, mejorando precios y calidad en muchos casos, y por el otro, la compra directa al productor local”, explicó la funcionaria.

En La Rioja existe ya un Mercado Popular que funciona una vez por semana, y uno a inaugurarse la próxima semana. Allí los vecinos pueden comprar carne de vaca, cabrito, cerdo, pollo; así como productos de panificación, verduras, frutas y productos regionales a precios accesibles. “De noviembre a hoy han variado solo en un 15%. El estado subsidia los precios. Se incorporó la tarjeta alimentar en los mercados. La idea no es competir con el comercio de cercanía, sino acompañar la demanda de las familias, que accediendo a estos productos pueden comprar más en los almacenes barriales y ampliar las posibilidades de alimentación”, explicó la funcionaria.

Venta on line

Con la pandemia, La Rioja creó el Mercado Popular on line, que funciona desde el año pasado con gran demanda. “La gente hace sus pedidos a través de un formulario de google; se generaron ofertas, se fijó una fecha de hasta qué día realizar pedidos y se los llevaba hasta cada departamento de la provincia. Allí, en pleno cierre total por la pandemia, los municipios recibían los pedidos y los distribuían a los vecinos. Con esto llegamos a 14 departamentos de la provincia”, señaló.

“Somos pioneros en esto que venimos desarrollando, hace falta que la gente tome como suyo el mercado. Por eso queremos salir, que la gente lo vea y lo tome. Que se haga una economía circular. Llevar la marca Mercado Popular a todo el interior de La Rioja”.

El concepto general del programa PAR es crear conciencia y soberanía alimentaria: “El Nodo de Alimentos busca la seguridad alimentaria. El Mercado Popular busca la soberanía alimentaria”, subrayó Pedrali.