A una semana de haber decretado los indultos a los nueve dirigentes catalanes que permanecían presos por el intento independentista de 2017, el presidente Pedro Sánchez (foto) sentenció que “nunca jamás” permitirá que en esa región vuelva a haber un referéndum para separarse de España. "No habrá referéndum de autodeterminación", afirmó el mandatario ante el pleno del Congreso de los Diputados donde, además, dejó claro que el Partido Socialista rechazará cualquier intento secesionista.

La declaración del jefe del gobierno español fue hecha apenas un día después de las reuniones que mantuvo con el presidente regional de Cataluña, el independentista moderado Pere Aragonès García, y a la vez es un anticipo de la posición que fijará Madrid cuando se retomen las negociaciones en septiembre próximo. Pase lo que pase dentro de estos meses, el Partido Socialista "nunca jamás aceptará ese tipo de derivada", insistió y dejó claro que para que esto ocurra es necesaria una reforma de la Constitución española, algo que en este momento resulta imposible porque las tres fuerzas mayoritarias se oponen a ello.

Para que pueda haber un referéndum independentista, dijo Sánchez, quienes lo promuevan deberán “convencer a las tres quintas partes de esta Cámara para que se modifique el artículo 2 de la Constitución española”, que prohíbe una posibilidad de ese tipo. Y si, no obstante, consiguieran hacerlo, luego serán “los españoles y españolas (quienes) ratifiquen ese cambio mediante referéndum", agregó el presidente.

La reunión entre Sánchez y Aragonès García está prevista para la tercera semana de septiembre. Allí continuarán los intentos para encontrar una salida a la crisis en Cataluña, en medio de los continuos intentos separatistas. La posición de los independentistas es reivindicar la celebración de un referéndum de autodeterminación, aunque de manera distinta al que se desarrolló en octubre de 2017, avalado por el gobierno regional que presidía Carles Puigdemont y que meses después derivó en una declaración unilateral de independencia.

El entonces presidente español Mariano Rajoy rechazó de plano ese acto e inició una andanada política y judicial que derivó en la destitución del gobierno regional catalán y en una intervención española de la autonomía de esa región. En un gesto de "reconciliación", el gobierno de Pedro Sánchez indultó la semana pasada a los nueve dirigentes independentistas que habían sido condenados a penas de 9 a 13 años de prisión por su papel en el intento fallido de independencia.