Una vocera de la Casa Blanca descartó este miércoles la posibilidad de implementar en el futuro un sistema como el que rige en la Unión Europea (UE), donde se le pide a los viajeros una prueba de vacunación. También se refirió al veto que actualmente prohíbe la entrada a Estados Unidos desde la UE y aunque evitó precisar fechas sobre el fin de la medida adelantó que hay "grupos de trabajo" que están evaluando "cuándo se puede reabrir y hacerlo de forma segura".
"Esa no es nuestra intención", respondió Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, al ser consultada durante una conferencia de prensa sobre la posibilidad de que el Gobierno requiera alguna vez que los visitantes a Estados Unidos, incluidos los de la UE, muestren pruebas de haber recibido una vacuna de la covid-19 para entrar al país.
Psaki también se expresó sobre el pedido de "reciprocidad" que Bruselas hizo a Washington semanas atrás, para que los ciudadanos europeos de la zona Schengen y el Reino Unido completamente vacunados puedan viajar a Estados Unidos, de la misma forma que la UE permite a los ciudadanos estadounidenses ingresar a los países del bloque.
Aunque evitó dar fechas precisas, la portavoz de la Casa Blanca dijo que hay "grupos de trabajo" que están evaluando "cuándo se puede reabrir y hacerlo de forma segura".
La prohibición de entrada al país de los pasajeros procedentes de la Unión Europea fue impuesta por el expresidente estadounidense Donald Trump en marzo de 2020 al comienzo de la pandemia, y mantenida por su sucesor, Joe Biden, cuando llegó a la Casa Blanca en enero de este año.
Vacunación en EE.UU. y Europa
Más del 60% de la población adulta de la Unión Europea ha recibido ya al menos una primera dosis de la vacuna contra la covid-19 y el 41% ha obtenido la pauta completa, mientras que en Estados Unidos los vacunados adultos con primera dosis alcanzan el 66% y con ambas el 57%.
Si bien fue Estados Unidos el primero en lograr avances significativos en su campaña de vacunación, el proceso se ha ralentizado en las últimas semanas, a diferencia de lo que ocurre en la Unión Europea, donde se ha registrado un aceleramiento en las inmunizaciones.
Impulsados por ese crecimiento, el mes pasado los países del bloque acordaron abrir las fronteras a los viajeros de terceros países que cuenten con un alto porcentaje de vacunación o tengan una "situación favorable" frente al SARS-CoV-2, lo que incluye a EE.UU.
Desde entonces, la UE permite la entrada a las personas que se hayan vacunado 14 días antes del viaje con cualquier vacuna autorizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La decisión adoptada en Bruselas es una recomendación, ya que son los Estados miembros quienes tienen las competencias sobre el control de las fronteras.