Es uno de los recursos que los poderosos de toda laya y en toda latitud han utilizado y utilizan para justificar la dominación: la opresión y explotación que ejercen comienza con la estigmatización, y continúa con el castigo y/o el encierro. En efecto, desde la llamada Ley Negra en Inglaterra, pasando por la creación de establecimientos de encierro y explotación en simultáneo: los talleres de manufactura durante el mercantilismo.

En Africa, Asia y América el racismo fue la coartada para someter a la esclavitud a miles de mujeres y hombres de diversas edades. En Latinoamérica, algunos gobernantes pretenden usar como justificación de sus siniestras políticas socioeconómicas que generan miserias y exclusión la descalificación previa al garrote. Estigmatización y castigo son partes de un mismo mecanismo perverso. Trabajadores que reclaman por sus condiciones de vida son atacados por fuerzas estatales. Ejemplo de esto son las y los docentes reprimidos en la Plaza Congreso. También en la Panamericana. Los llamados manteros barridos de las calles.

Ahora, también, de modo socarrón se estigmatiza a personas de la tercera edad que están institucionalizadas. A la que se las ridiculiza y a la vez se les reduce la provisión de medicamentos y hasta se les congelan los haberes jubilatorios.

Conductas sociopáticas orientadas a perpetuar el privilegio de elites impunes.

 

Carlos A. Solero