Varios docentes del nivel secundario de la provincia de Salta están realizando desde hace semanas colectas de mercadería y dinero para poder solventar el beneficio de la Copa de Leche a sus alumnos, que consiste en un desayuno o merienda. Esto se debe a que el nivel secundario no está contemplado en el programa provincial, que desde sus inicios sólo incluyó a los niveles inicial y primario.
La profesora Mercedes Arias contó que la acción se está dando de forma paralela en varios secundarios y que se terminó consolidando tras la llegada de la ola de frío a la provincia. Contó que ante la falta de comedores escolares en varios establecimientos y con el conocimiento que tienen de la vida de sus alumnos, sabían que algunos de ellos "venían sin almorzar o desayunar", y eso también influía en su rendimiento escolar.
A partir de ahí emprendieron la recolección de dinero o mercadería, como azúcar, yerba, leche, e incluso harina y levadura, dado que en una de las instituciones donde enseña, las ordenanzas se pusieron a disposición para realizar el pan diario. "No recibimos pan de ninguna panadería", señaló, y reconoció que "es un trabajo amoroso y voluntario" por parte de las trabajadoras. La profesora destacó también que la acción no sería posible si no se contara con la autorización de las autoridades del colegio.
No obstante, las condiciones de la colecta varía de acuerdo a cada institución. Por ejemplo, a Arias le contaron que en las instalaciones del Colegio América Latina, un secundario de la periferia de Salta, solo cuentan con agua caliente, por lo que los maestros y los propios alumnos tienen que recolectar para la compra de pan, té y azúcar.
De acuerdo al registro del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Salta, hasta agosto de 2020 existían 394 establecimientos secundarios en la provincia. De allí, se desprende una matrícula superior a los 230 mil estudiantes, dividida entre quienes asisten al secundario general común, al secundario orientado y al de enseñanza técnica.
La docente Maria Silvia Filipovich, que trabaja en dos instituciones públicas, relató ante Salta/12 que advirtió que sus estudiantes no tenían para comer, y en ese sentido, cuestionó los límites del programa que no incluye al nivel secundario cuando "bien se podría hacer cargo el gobierno provincial".
La docente lamentó que tengan que llegar a una colecta pero indicó que la realidad es que se está viviendo una situación extrema y "acá es cuando decimos 'con los chicos, no'". "El chico necesita alimentarse, si tiene hambre, se descompone (en el aula) y eso está mal", añadió.
Contó que el resto de los maestros colaboran con lo que tienen con la firme intención de aliviar la situación de sus estudiantes, por lo que consideró que las autoridades provinciales tienen que encontrar alguna solución al problema, más sabiendo que el "sueldo del docente no es gran cosa". Filipovich recordó que en años anteriores contaban con insumos de yerba y azúcar junto al pan, pero eso no se repitió ahora.
Desde que empezaron a colaborar para el desayuno o la merienda de sus estudiantes, observó que algunos "tomaban dos o tres veces porque no tienen en sus casas". "Qué triste es ver a un chico que tiene hambre", lamentó, e insistió en "que el gobierno no se olvide de los niños" porque "con los niños, no se juega".
Restitución a la fuerza
El programa Copa de Leche fue restituido el 10 de mayo, pero solo en las escuelas de la capital de Salta, beneficiando a unos 80 mil niños y niñas de las 114 insituciones de los niveles inicial y primario. La restitución se hizo luego de un reclamo en los primeros meses de este año cuando se regresó la presencialidad a las aulas.
El principal responsable de su implementación es Pablo Outes, el coordinador de Enlace y Relaciones Políticas de la Gobernación. El funcionario no respondió ninguna de las consultas de este medio hizo sobre el tema.
Hasta noviembre de 2019 el beneficio era repartido a través de las cooperadoras asistenciales, pero estas dejaron de existir tras la firma del pacto fiscal entre Nación y las provincias a fines de 2017. Ese intento del macrismo de imponer una reforma tributaria integral, obligaba a la provincia a derogar el impuesto específico que financiaba a las cooperadoras.
Según la cartera educativa, en la provincia hay 1502 establecimientos educativos, con una matrícula de estudiantes que este año es superior a los 480 mil alumnos. De ese número de escuelas, 1331 son de dependencia estatal y 171, privadas.
A algunas de ellas el Ministerio de Educación les envía una partida presupuestaria para alimentar a cada niño, según el tipo de jornada escolar que cubran. Ese monto es aparte de lo que se enviaba desde las cooperadoras asistenciales para la Copa de Leche.
En ese esquema están las escuelas que tienen jornada simple con refrigerio (que reciben $14,80 por persona), la jornada simple con almuerzo ($42,32), la jornada completa ($57,12) y las escuelas albergues comunes o permanentes ($114,24).