A Mauricio Macri le salió mal la jugada de sembrar dudas sobre las elecciones en la provincia de Buenos Aires y de tildar de militante al juez federal Alejo Ramos Padilla --con competencia electoral en el principal distrito del país--. La Cámara Nacional Electoral (CNE) le salió al cruce y dijo que nunca en democracia se produjo un cuestionamiento como el que realizó el líder del PRO en una entrevista reciente, y reclamó un pronunciamiento al Consejo de la Magistratura.
“La justicia nacional electoral argentina no sólo goza de un reconocido prestigio en la región, sino que ha tenido un rol cabal en asegurar el correcto desarrollo de los procesos electorales, cuya legitimidad nunca ha sido cuestionada desde la recuperación democrática en la década del ochenta”, escribieron los tres jueces que integran la CNE, Santiago Corcuera, Daniel Bejas y Alberto Dalla Vía, en un oficio que le enviaron este jueves al presidente del Consejo de la Magistratura, Diego Molea.
La dura respuesta de la CNE se produjo después de una entrevista de Macri en la señal TN, en la que alentó la semana pasada fantasmas de fraude. “¿Quién es el nuevo juez electoral en la provincia de Buenos Aires? ¿Es un juez ecuánime o es un juez militante? Es Ramos Padilla que es un juez militante”, dijo Macri sobre el magistrado. Lo curioso es que, pese a los intentos de Macri de presentarlo como un "militante", Ramos Padilla ganó holgadamente el concurso para el juzgado federal de La Plata --vacante desde 2014 tras la muerte del juez Manuel Humberto Blanco-- durante la administración Cambiemos.
Los dichos del expresidente responden a dos cuestiones posiblemente: su viejo encono con Ramos Padilla y, en simultáneo, parece replicar la estrategia de otros líderes de la derecha continental. En las últimas horas, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, amenazó con no entregar el poder "si se produce fraude" en las elecciones en la que todas las encuestas dan como favorito a Luiz Inácio Lula Da Silva. Bolsonaro había respaldado a Donald Trump, cuando, desde su cuenta de Twitter, denunciaba que los demócratas le estaban robando la elección. En Perú, Keiko Fujimori fue a buscar el auxilio de Luis Almagro a la Organización de Estados Americanos (OEA) en su cruzada para desconocer la victoria de Pedro Castillo.
Los jueces electorales, que siguen muy atentamente los procesos en la región, salieron al cruce de Macri y reclamaron respuestas institucionales para desafiar un discurso que pone en jaque a las instituciones democráticas. Por eso, la CNE pidió a Molea que el Consejo de la Magistratura se pronuncie y explique cómo es el proceso de elección de los magistrados de la justicia electoral y cuáles son los recaudos que se toman para asegurar la idoneidad de los jueces. “La calidad del sistema democrático depende --entre otros aspectos-- de la confianza que tengan los ciudadanos en los procesos electorales a través de los cuales eligen a sus representantes y el cuestionamiento infundado a la integridad de la autoridad electoral debilita esa fundamental confianza pública”, insistieron Corcuera, Dalla Vía y Bejas.
En el Consejo de la Magistratura, dijeron a este diario que habían recibido la notificación de la CNE y que iba a tratarse en labor probablemente la semana que viene. Fuentes del organismo sostuvieron que era factible que saliera un pronunciamiento en línea con lo que piden los camaristas electorales. Es posible que la diputada Graciela Camaño, a cargo de la Comisión de Selección del organismo, trabaje en un documento explicando cuáles son los pasos para nombrar un juez electoral.
"No es extraño que el expresidente cuestione al juez electoral seleccionado con todos los requisitos constitucionales porque ya intentó echarlo antes porque no le gustaba", dijo el vicepresidente del Consejo de la Magistratura, el juez Alberto Lugones, a Página/12. "A esta altura pareciera ser un problema más personal el que Macri tiene con el juez Alejo Ramos Padilla", completó.
El encono de Mauricio Macri con Alejo Ramos Padilla
El encono de Macri con Ramos Padilla se remonta a los primeros días de su gobierno --cuando el juez de Dolores trabó la designación en comisión (sin pasar por el Senado) de los dos jueces de la Corte o cuando dictó una cautelar contra los tarifazos--. En 2019, Macri pidió la destitución del juez cuando estaba investigando la trama que rodeaba a Marcelo Sebastián D’Alessio, que terminó definiendo como una asociación ilícita paraestatal. La investigación de Ramos Padilla fue la primera que desnudó el modo de articulación entre los servicios de inteligencia, sectores de la justicia federal y otras agencias estatales con agentes inorgánicos --como resultó ser D'Alessio--.
"No es la primera vez, Ramos Padilla ya ha hecho varias así que espero que el Consejo con todas las pruebas que hay evalúe seriamente si destituirlo", dijo después de que el juez fuera al Congreso a explicar la mega-investigación de espionaje que tramitaba en su juzgado de Dolores, el que dejó a principios de este año. El hostigamiento a Ramos Padilla fue parte del informe que, a finales del gobierno de Macri, emitió el Relator Especial sobre la Independencia de los magistrados y abogados, Diego García Sayán, y en el que remarcó que hubo un plan sistemático de persecución de jueces, juezas y fiscales.