Desde Londres
En medio de una intensa polémica el primer ministro Boris Johnson anunciará este lunes la salida total del confinamiento el 19 de julio. El llamado “Freedom day” significará la apertura total de las actividades sociales y económicas impuestas en por el coronavirus en el Reino Unido y prescindirá de reglas básicas como la distancia social y la obligatoriedad del barbijo en espacios públicos. Como ha hecho en los últimos días, Johnson señalará que el avance del programa de vacunación –el 86% de la población adulta con la primera dosis- es suficiente para contener la pandemia y que las medida de cuidado pasarán a ser una cuestión de responsabilidad individual y no un mandato legal.
Anticipando este mensaje, científicos, algunos medios de comunicación, educadores y padres coincidieron en criticar la nueva política. Una de las voces más contundentes sobre los riesgos que implica este cambio de estrategia y mensaje fue la profesora Susan Michie, directora del “Centre for Behaviour Change”, de la Universidad de Londres y miembro del subcomité asesor gubernamental de política pública “Permitir de esta manera la transmisión comunitaria equivale a construir una fábrica de nuevas variantes a una extrema velocidad”, señaló.
El gobierno prometió que el “freedom day”, etapa final de las cuatro de salida de confinamiento, se regiría por “data and not dates” (por los datos, no por las fechas –-dates- anticipadas en el cronograma). El problema es que el análisis de los datos da más para una apuesta de mucho riesgo que para una certeza. El número de contagios es el más alto desde enero en plena crisis y sigue creciendo –alrededor de 25 mil el domingo, 10 mil más que la semana previa-, pero el de hospitalizaciones y muertes han bajado considerablemente. Según el gobierno, gracias al programa de vacunación, este incremento de los contagios no estaría en condiciones de desbordar la capacidad de respuesta del Sistema Nacional de Salud (NHS).
Desde que el mes pasado se postergó por cuatro semanas el “freedom day” se ha avanzado a un ritmo de unas 180 mil inoculaciones diarias. Más de 45 millones de personas recibieron la primera dosis, unos 33 millones las dos (alrededor del 57% de la población). La expectativa es que para el 19 de julio todos los adultos tengan la primera dosis y todos los mayores de 40 hayan accedido al programa de inoculación completo. El gobierno está planeando una tercera dosis para septiembre para los sectores más vulnerables en anticipación del invierno.
Qué es el freedom day
En estos momentos hay una circulación prácticamente irrestricta de la población, pero hay reglas de conducta como la distancia social de 1 metro, el uso de barbijos en todos los espacios cerrados, el aislamiento si se ha entrado en contacto con una persona infectada o el sistema de burbujas escolares por las que la burbuja en su conjunto tiene que resguardarse si hay un contagiado. En los pubs y restaurantes no se permiten mesas de más de seis personas y hay un sistema obligatorio de registro y rastreo.
Estas reglas volarán por el aire el 19 de julio. Lugares que seguían estrictamente prohibidos como los night-clubs dejarán de estarlo: en dos semanas podrán abrir sus puertas. Como se ve en la Copa Europea, los eventos deportivos, que vienen aumentando el número de espectadores, seguirán haciéndolo con la perspectiva de volver a la normalidad cuando recomience la temporada local de fútbol en agosto. En espacios públicos el uso de barbijos, bastante respetado por la población, dejará de ser obligatorio con la salvedad señalada de los hospitales: en el transporte público será meramente recomendado.
Con apenas una semana en el cargo, el flamante ministro de salud, Sajid Javid, señaló que es imposible erradicar el virus y que el país debía acostumbrarse “a convivir con él tal como lo hace con el flu”. El ministro indicó que los argumentos para la apertura total eran “concluyentes”, pero reconoció que existía el peligro de que surgieran nuevas mutaciones resistentes a las actuales vacunas.
Voces en contra y a favor
Las declaraciones de Javid le valieron una lluvia de críticas. “Aterroriza tener un ministro de salud que piensa que la covid es como el flu. Al que no le preocupan los niveles de infección. Que no se da cuenta que lo que es mejor para la salud es mejor para la economía. Que quiere sacar estas restricciones cuando solo la mitad de la población está enteramente vacunada. Y sobre todo, tener un ministro que cree que la protección es una cuestión de elección personal cuando el mensaje de la pandemia es claro: no se trata de una cuestión individual, de un yo, se trata de un nosotros”, dijo Stephen Reicher, profesor de la Universidad de Saint Andrews.
Pero hubo voces minoritarias en el sector científico que se mostraron a favor de la apertura. “La gente que tiene las dos vacunas son mucho menos pasibles de contagiarse y, en caso de hacerlo, tienen menos posibilidades de transmitir el virus. Finalmente encontraremos un equilibrio con este virus tal como lo hemos hecho con todas las enfermedades respiratorias endémicas”, señaló Paul Hunter, profesor de Medicina en East Anglia. El profesor Allyson Pollock, de la Universidad de Newcastle, pareció aludir a una inminente inmunidad de rebaño. “La inmunidad de la población se debe a una combinación de la inmunidad natural adquirida a través de la infección y la vacunación. Lo que todavía no se sabe es la duración de la inmunidad, el impacto de las variantes y qué individuos están en peligro de una nueva infección”, dijo Pollock.
Alarma por la variante Epsilon
La aparición de la variante Epsilon, que aparentemente resiste a los anticuerpos de las vacunas aprobadas en el Reino Unido y la Unión Europea, es la última señal de alarma de las once mutaciones que ha identificado hasta el momento la Organización Mundial de la Salud. Según un estudio publicado en la revista Science Magazine, muestra que esta variante se difundió a 34 países, la mayoría europeos, Corea del Sur, India y Japón.
Daría la impresión que Europa y el Reino Unido están repitiendo la conducta del verano pasado, cuando abrieron la economía y la circulación social, y, al mismo tiempo generaron las bases para la segunda ola. La diferencia hoy son las vacunas. En este sentido la variante Epsilon es un mensaje de alerta que pocos gobiernos quieren escuchar.