“A Zulma le pagamos el alquiler todos los meses. Le estamos mejorando su calidad de vida”, cuenta Gabo Olmos, fundador del proyecto Frente Britnificante, que colabora con comederos y brinda asistencia a personas trans en situación precaria. Zulma Lobato es una de ellas. Pero la historia del Frente Britnificante no comienza ahí, sino varios años atrás, en un living en la ciudad de Córdoba, donde reinaba la britneymanía.
“Sentimos identificación con Britney en sus distintas facetas: la Britney educada y sonriente y la pelada, que rompe las estructuras”, analiza Gabo, cordobés, creativo publicitario, 31 años y desde los 11, un ferviente admirador de la estrella pop. “Coleccionaba memes de Britney y publicaba uno por día en mi Facebook”, recuerda cómo surgió La Britney de cada día, la popular página de memes pero también la verdadera piedra fundacional del Frente. El éxito de la página fue tal que lo llevó a cranear las Fiestas de la Britney que rápidamente serían furor en los boliches cordobeses y otros puntos del país. “Sin trabajo y muy deprimido, me hice una promesa: si me va bien en algo, voy a colaborar con causas sociales. Desde el segundo evento comencé a donar parte de la ganancia para recolectar comida y ropa, y a conectar con fundaciones, averiguar qué necesitaban”.
A la par de acciones solidarias en las fiestas, al contenido habitual de La Britney de cada día se sumaron posteos para conscientizar sobre problemáticas sociales como el reclamo por la legalización del aborto o la denuncia de transfemicidios. “Algunos se molestaron porque decían que querían ver humor, no muertes. Entonces abrí un Instagram paralelo”, cuenta Gabo cómo y cuándo decidió darle entidad propia al Frente Britnificante. Con los trámites en marcha para convertirse oficialmente en fundación, el Frente cuenta hoy por hoy con un equipo de 9 personas que se reparten las distintas tareas, desde la gestión de donaciones y la confección de reportes de femicidios, hasta entrevistas con militantes de las artes, cuerpes-gordes, género, personas racializadas y charlas sobre temáticas como el lenguaje inclusivo, entre otras.
“Todo lo que pasa con la imagen de Britney es muy parecido a lo que hacen con Zulma. El uso del sufrimiento de una mujer para que la gente la mire mientras come pochoclos”, reflexiona Gabo a la vez que considera al movimiento #FreeBritney como lo que no sólo dejó en descubierto la situación real de la cantante (quien recientemente pidió en un tribunal en Los Ángeles el fin de la tutela bajo la que se encuentra hace trece años) sino que, a la manera del #MeToo, desenmascaró el machismo galopante en la industria del entretenimiento. En lo que respecta a Zulma, a lo largo de los últimos meses la llevaron a turnos médicos, también la ayudaron con la compra de una cama, sábanas, acolchado, abrigo. “Estamos en contacto con Zulma todos los días, asistiéndola en lo que necesite. Y está cada día mejor, Zulma está stronger than yesterday”.