Los ministerios de Agricultura y Ganadería de Catamarca y de Producción y Ambiente de La Rioja, firmaron un convenio mediante el cual las provincias trabajarán de manera articulada en la investigación y promoción del cultivo de Cannabis y sus derivados con fines científicos, médicos y/o terapéuticos.
El acuerdo entre los ministerios establece la conformación de un Comité Coordinador, con equipos técnicos de ambas provincias, para elaborar la base legal y técnica que sustente el desarrollo y aprovechamiento medicinal de este cultivo.
La Rioja impulsó en 2020 el cultivo y producción de fitoderivados a base de Cannabis medicinal a través de la empresa estatal Vivero Riojano SAPEM (Agrogenética Riojana SAPEM), y ya cuenta con la autorización del Ministerio de Salud de La Nación para la implementación de la producción de ingredientes farmacéuticos activos derivados de esta planta.
Siguiendo esta línea, Catamarca tiene como objetivo crear el “Programa Provincial de Promoción del cultivo y producción de Cannabis con fines científicos, medicinales y/o terapéuticos”, que tendrá como ente facultado para el desarrollo del mismo la empresa Agroindustria Catamarca Sociedad del Estado (AICAT SE).
El programa prevé la investigación, cultivo, producción, industrialización y comercialización del Cannabis en línea con los estándares legales vigentes en la materia y sujeto a los permisos y autorizaciones emanadas del Gobierno Nacional.
César Tobías, ministro de Agricultura y Ganadería de Catamarca, en diálogo con este medio, remarcó que “hay que esperar que se apruebe la nueva ley para hablar sobre producción, por el momento es solamente un proyecto de investigación”. En relación con los métodos de cultivo, explicó que “una vez que se llegue a la etapa productiva se definirán los métodos, ya sea en ambiente controlado o a campo abierto. Estamos esperando que se apruebe el proyecto que presentamos Junto al CONICET en la Nación para arrancar con la investigación”.
El funcionario explicó que en Catamarca, el proyecto se trabajó con especialistas del ministerio a su cargo y con ONGs. Recordó que la iniciativa de legislar sobre este tema parte de una organización social Mamá Cultiva, “el gobierno entiende esta necesidad y la convierte en una política de Estado”, dijo.
La Rioja cuenta con una infraestructura avanzada (Agrogenética Riojana) que hace diez años que está funcionado. “Realizaron una inversión de casi mil millones de pesos en un laboratorio de genética, y ya iniciaron la compra de semillas para cultivo. Catamarca, se encuentra en un nivel muy primario de desarrollo”, aclaró Tobías.
El convenio con La Rioja le permitiría a Catamarca acceder a plantines producidos en La Rioja. Tobías explicó que “la idea es trabajar con semillas propias, luego de avanzar en el proceso de autorización para hacerlo en Catamarca, que es lo más difícil de obtener”.
El funcionario consideró que “Esta ley es superadora de la anterior que era solo para investigación. El problema es puntualmente que la agencia que regula los permisos para poder realizar la actividad esté descentralizada, para que la autoridad de aplicación la tengan las provincias”.
Señaló, además, que el cannabis tiene dos posibilidades de producción: el uso medicinal y el cáñamo. La primera es la más requerida y tiene que ver con lo farmacológico. La segunda sería para la utilización de la parte que no contiene THC, que sirve para uso industrial. “Si bien todavía no está definido su uso, lo que más demanda tiene es el uso medicinal. Hay que apuntar a tener un laboratorio aquí y buscar inversores que quieran venir a Catamarca. Tenemos un clima ideal para su cultivo y producción, por eso también queremos promover a pequeños productores locales. Hay que pensarlo con estándares altos para poder exportar y ser competitivos”, aseguró.
La Rioja como pionera
Fernando Rejal, ministro de Producción y Ambiente de La Rioja, expresó a Catamarca/12 que después de varios años de trabajo, “estamos en la etapa de importación de semilla, para la cual la provincia de La Rioja ha sido pionera, porque no estaba permitido el cultivo y mucho menos el ingreso. En ese sentido empezamos a trabajar con Nación y el INASE (Instituto Nacional de Semilla) que es el organismo que permite la importación”.
Rejal contó que para esto también fue necesario crear los marcos jurídicos con las entidades financieras para comprar las semillas en Colombia, porque no había ninguna reglamentación al respecto. “Todo eso fue vencido”, concluyó.