Una religiosa que era buscada por la Justicia mendocina tras ser acusada de cómplice por una de las víctimas de los abusos sexuales ocurridos en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo (para chicos hipoacúsicos), se entregó ayer en Buenos Aires y se aguarda su traslado a Mendoza para ser indagada en la causa y probablemente quedar detenida junto a los tres religiosos y dos colaboradores imputados. 

Se trata de la monja Kosaka Kumiko, quien fue señalada por una adolescente que hoy tiene 17 años y que dijo haber sufrido abusos de parte del cura Horacio Corbacho, detenido en la cárcel mendocina, cuando tenía 5 años y asistía al instituto Próvolo. 

Según denunció el abogado querellante Sergio Salinas, “la víctima apuntó en su testimonio, en lenguaje de señas, a una monja con ‘rasgos achinados en el ojo’”, sobre la que dijo que “fue quien le puso el pañal tras la violación que sufrió la menor ocultando y teniendo conocimiento que había sido violada, lo cual la hace cómplice primario del delito del abuso”.

En ese testimonio, la joven aseguró que “una de las monjas que la golpeaban sabía lo que pasaba y que además veían cuando se les exhibía pornografía”, tras lo cual contó “cómo a ella una vez la subieron a un cuarto para abusarla y que en el lugar había cadenas y la esposaron de las muñecas”, según el letrado.