La crisis sanitaria que se vive en el norte provincial y la falta de previsibilidad de la atención de una paciente embarazada generó el 1 de julio pasado la muerte de un bebé que nació con insuficiencia respiratoria tras haber padecido sufrimiento fetal.
La madre es una mujer de 28 años de la comunidad wichí de Misión La Paz, del municipio de Santa Victoria Este (SVE). Según lo indicó a Salta/12 la gerenta del Hospital San Vicente de Paul de Orán, Gladys Laime, la paciente tenía una cesárea reciente anterior, por lo cual sí o sí, en este caso, se debía programar una cesárea para el nuevo parto.
La mujer fue derivada primero desde Santa Victoria Este, en el departamento Rivadavia, al Hospital Juan Domingo Perón, de Tartagal, en el departamento San Martín. La derivación se realizó porque, pese a que tiene un extenso territorio, el departamento Rivadavia no cuenta con ningún hospital ni clínica de alta complejidad para intervenir en casos como estos.
En este caso, como en el hospital tartagalense no logran salir de otra crisis: la falta de profesionales. Por lo que se decidió nuevamente un traslado, esta vez al Hospital de Orán, donde finalmente fue intervenida.
La información oficial indica que la mujer llegó el 29 de junio con trabajo de parto. A las 22 ingresó al quirófano en donde los médicos notaron que el niño ya tenía sufrimiento fetal. La criatura finalmente nació a la media hora del otro día, pero con dificultad respiratoria. Fue trasladada a la unidad de terapia intensiva de Neonatología en donde finalmente falleció el 1 de julio a las 6.
“El trabajo de parto ya estaba desencadenado y por lo que pudimos hablar con la mamá, contó que hay mucha dificultad en el camino hasta llegar al Hospital”, contó Laime. No pudo afirmar la razón de la derivación desde Tartagal, aunque estimó que fue por la falta de profesionales para atender a la paciente.
Otra de sus especulaciones fue que ante el caso en particular se debería haber solicitado el avión sanitario.
“Estamos haciendo las investigaciones”, dijo por su parte el gerente del Hospital de Tartagal, Santiago Payo, al sostener que en el momento que llegó la mamá wichí “estábamos haciendo dos cesáreas más”. Aseveró que ante la condición de la mujer (presentar una cesárea anterior y por lo tanto, tener que ser intervenida quirúrgicamente), “se la debería haber derivado a las 40 semanas” de embarazo. Ella estaba en la semana 41.
Se realizaron las consultas al gerente del hospital victoreño, Ariel Sosa, pero al cierre de esta edición no hubo respuestas.
Cirugías y anestesia, en la parte privada
En diálogo con Radio Nacional, Payo explicó que desde hace 9 días no hay anestesistas en el Hospital de Tartagal, dado que los contratos que rigen para estos profesionales son distintos al resto. Ello a raíz de un convenio de contratación con el Ministerio de Salud de la provincia que, afirmó el gerente, genera una diferencia de pago de la hora guardia que está en algunos casos 40 o 50 por ciento por encima de lo que cobran los demás.
A ello se suma que, según indicó Laime, Tartagal también carecería de médicos cirujanos. Es por esto que en los casos que precisan ser intervenidos y llegan al Hospital son tratados directamente en una clínica privada, con la cual se tuvo que firmar un convenio para tal fin. Se estimaba que a partir de hoy el Hospital tartagalense contaría con un equipo de tres anestesistas, uno de ellos miembro de planta del Hospital (a pocos días de jubilarse), y otros dos que proceden del ámbito privado.