Luego de haber adquirido el secuenciador de ADN y ARN MinION Mk 1C, lo más avanzado que se utiliza hoy en el mundo para estudiar al SARS-CoV-2, la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) se convirtió en el octavo nodo de secuenciación del país. Este avance le permite analizar muestras locales y de toda la región que anteriormente debían ser enviadas al Instituto Malbrán o a otros centros nacionales.

La primera secuenciación completa de SARS-CoV-2 representa un desarrollo de gran magnitud, ya que el estudio fue realizado por primera vez en la provincia de Chaco. Para alcanzar el objetivo, los investigadores Ariel Amadio y José Matías Irazoqui, del Centro Científico Tecnológico CONICET-Santa Fe, brindaron la capacitación correspondiente a profesionales del Instituto de Medicina Regional (IMR) de la UNNE para el correcto uso del secuenciador.

El dispositivo, que la casa de altos estudios adquirió gracias a un subsidio otorgado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, fue desarrollado en el Reino Unido y permite conocer la secuencia en la que están ordenados los nucleótidos que, según explicó al Suplemento Universidad Horacio Lucero, bioquímico que encabeza el equipo que se ocupa de realizar este procedimiento, “son bases químicas que conforman como los ladrillos del ADN, ya que cada ser vivo tiene una secuencia particular que lo hace único dentro de su variedad biológica”.

De esta forma, se puede hacer un análisis para conocer si se está ante una variedad conocida o nueva no solo del SARS-CoV-2, sino de cualquier agente infeccioso. Una vez preparadas las muestras de los pacientes que han tenido un diagnóstico positivo por PCR, los profesionales del IMR purifican esa muestra y arman “una librería genética” que se introduce en un aparato pequeño y portátil, no más grande que un celular, que, como explicó Lucero, “lo hace sumamente práctico para el trabajo en el terreno”.

“Con esta tecnología podríamos hacer análisis in situ: de hecho, hay estudios que están haciendo secuenciación de microorganismos en estaciones espaciales en los Estados Unidos, exactamente con este mismo aparato gracias a la facilidad de su traslado”, amplió el investigador de la UNNE y doctor en Bioquímica Humana por la UBA.

Hace poco más de un año, a través de una donación realizada por la Fundación Bunge y Born de Argentina, la UNNE recibió dos equipos para hacer diagnóstico de PCR en tiempo real que permitió la realización de 30 mil muestras para aumentar así la capacidad de diagnóstico del sistema público, ya que al principio eran enviadas al Instituto Malbrán. A partir de ahora, el Instituto de esa universidad se suma a los siete nodos de secuenciación que ya funcionan en el resto del país.

“A nosotros nos ha permitido dar un salto de calidad muy importante, porque hace un año estábamos un poco amesetados a nivel tecnología”, enfatizó Lucero, quien subrayó la ayuda de la Fundación para tomar miles de muestras, en lo que fue un trabajo cuyos resultados sirvieron para luego acceder al subsidio otorgado por la cartera de Ciencia y Tecnología.

Asimismo, alertó sobre “un cambio muy importante entre lo detectado en la primera y la segunda ola”, con una preponderancia actual en la región de las variantes brasileñas de Manaos y Río de Janeiro. “Es muy importante hacer el rastreo de circulación para ver cómo se mueve el virus y tratar de frenar las variantes que ingresen al país y puedan generar una mayor gravedad clínica”, subrayó.