La “manada”, que operó bajo las mismas lógicas de tantas otras que ya hemos visto, atacó en grupo y hasta matar a Samuel Luis Muñiz. Creyeron que estaba grabando con su celular a una de las chicas que los acompañaba: ese fue el motivo para increparlo con piñas y patadas. Una vez que constataron que su víctima estaba en un estado severamente grave, lo dejaron tirado en plena calle y huyeron.
El asesinato de Samuel Luis Muñiz no solo expuso el lado más cruel de una cultura homofóbica que continúa agrediendo de forma sistemática, sino también una reticencia por parte de los medios masivos y de ciertos referentes políticos a hablar de este asesinato como corresponde: como un crimen de odio. Uno de estos ejemplos es Alberto Núñez Feijóo, el Presidente de la Junta de Galicia, que admitió que se siente “consternado” por este crimen, sin embargo, aclaró que no se atreve a decir “si se puede calificar de problema de homofobia”. “La irracionalidad está detrás del asesinato de Samuel con independencia de su inclinación sexual”, señaló: otra vez, la idea de que lo que mueve a este tipo de violencias es, simplemente una falta de sentido bestial.
Para Xandre Garrido, miembro de la Coordinadora Nacional de Avante lgbtiq, uno de los espacios que llamaron a las movilizaciones, este gesto responde a que el PP gallego no quiere admitir que la ley aprobada para la igualdad de trato y no discriminación del colectivo no se garantiza ni funciona.
¿Qué lectura podés hacer, como activista gallego, de este brutal asesinato?
Xandre Garrido: Lo que ha pasado es la consecuencia de la escalada de violencia que viene sufriendo el colectivo en los últimos años. La sociedad ha avanzado mucho hacia la aceptación e incluso la celebración de la diversidad afectivo-sexual; sin embargo, siempre que hay un avance social aparece una resistencia violenta, que es lo que estamos viendo. Somos mucho más visibles, sobre todo en el mes del Orgullo, y si bien eso nos empodera, también nos hace foco de la violencia. La semana anterior, el propio día del Orgullo, una pareja fue agredida brutalmente en la misma ciudad. Este fin de semana, una mujer trans fue agredida en Santiago de Compostela, la bandera arcoiris de la sede del Comité Anti-SIDA fue quemada.
¿Pensás que esto tiene que ver con el aumento del poder político en España de grupos de corte fascista como VOX?
X.G.: Es cierto que han entrado en el congreso con un discurso abiertamente fascista y de odio hacia el colectivo. Eso fomenta que en las calles estos discursos se vean multiplicados. Pero en Galicia no hay ni un solo edil de Vox, ni tampoco han entrado con ningún diputado al parlamento autonómico. Aquí tenemos un Partido Popular que ha recortado la ley LGBT dejándola en papel mojado. No podemos olvidar el papel del PSOE, el partido que gobierna la ciudad de A Coruña donde se concentran más casos de agresiones LGBTfóbicas. En este partido, y concretamente su alcaldesa Inés Rey, han demostrado su odio hacia las personas trans.
¿Por qué pensás que hay tanta invisibilización en del accionar homofóbico de este crimen?
X.G.: Porque el PP gallego aprobó la ley 2/2014 por la igualdad LGBTI y quieren vender una imagen de una Galicia diversa, cuando realmente es una ley que no se está cumpliendo en absoluto. Es una normativa con muchísimo potencial, porque fue elaborada por los colectivos LGBT, y tiene unas bases muy sólidas, el problema es que se recortaron todas las palabras y artículos que garantizaban su cumplimiento. Por otro lado, aunque es cierto que el padre de Samuel no sabía que él era gay y la información que dio a los medios pudo inducir a error, ellos son responsables por no haberse informado mejor cuando las propias amigas de la víctima estaban contando en redes lo ocurrido y dejando claro que fue un ataque homófobo.
Una de las críticas que más comúnmente se le hace a las marchas del orgullo en algunas ciudades multitudinarias como Madrid es que muestra una cara muy poco politizada del colectivo LGBTIQ. ¿Creés que los reclamos por este asesinato pueden articular más esta lucha en todo el país?
X.G.: El movimiento LGBT en Galicia está fuertemente vinculado al movimiento feminista, al sindical, al ecologista, al antifascista y al independentista, por lo que la conciencia política en general es muy alta por compartir trincheras. Lo que necesitaba era unidad, y empezar a trabajar con perspectiva de país y de movimiento, saliendo de los cortijos particulares de cada grupo, y espero que lo ocurrido estas semanas sea catalizador para que esto ocurra.