Una curiosidad histórica esta de los penales: el 4 de julio de 1999, en un partido contra Colombia por la Copa América, Martín (Palermo) rompió un récord y falló tres penales y el 6 de julio del 2021, poquito más de 22 años después Martínez (Emiliano) atajó tres penales contra Colombia, por la Copa América. Martín y Martínez, tres penales. Colombia, Copa América, julio.
No es la primera asociación que se hizo después de la hazaña del arquero que se crió en Independiente pero nunca llegó a Primera. Casi en el mismo momento en que se recibía de héroe se lo comparó con Sergio Goycochea de Italia 90, con Sergio Romero contra Holanda en el 2014 y con Carlos Roa, en una inolvidable definición contra Inglaterra en 1998.
Algunos intentaron argumentar que el gran mérito estuvo en el chamuyo que puso nerviosos a sus adversarios, otros resaltaron que todo eso era “pura cáscara” y lo importante era su capacidad atlética y su intuición para acertar y volar como lo hizo y no faltaron los que pusieron por delante del elogio la crítica reglamentarista. El ex arbitro Javier Castrilli, siempre tan drástico el hombre, opinó que debía haber sido amonestado por hablarle a los rivales y expulsado por el gesto a Mina. El ex futbolista Kurt Lutman que suele producir textos profundos y agudos escribió: “Ahora me pongo en ortiva y pateo la mesa".
Lo que hizo Martínez no se hace. No hablo de atajar los penales, eso sí. De hecho eso debería hacerse más seguido. Hablo de en nombre de ganar la pulseada mental, provocar y cachetear su desenlace. Eso es conducta antideportiva. Me voy a ganar el odio de los cafés llenos de muchachos que anteponen el triunfo a la conducta, donde el “ser pícaros” y sacar ventajas está bien visto… Ojalá Martínez, quien tiene por delante un futuro amplio y enorme, pueda verse en la repetición y no se guste, ojalá no se tome el berretín de instalarlo como cultura, eso de andar en situaciones definitorias intimidando y bardeando.
Instalado el debate, puede tomarse el argumento de que eso que hizo Martínez es más común de lo que parece, sólo que ahora con tantas cámaras y canchas sin público ni ruidos todo queda mucho más expuesto; que lo que en el fondo hizo el arquero fue responderle a Mina que se había burlado de los uruguayos sacando la lengua cuando convirtió su gol en la definición por penales.
La pregunta que no tiene respuesta, al menos por ahora, es ¿qué habrían dicho los mismos que elogian el chamuyo del Dibu, si no hubiera atajado los penales que atajó? Tal vez, en lugar de exaltar su viveza, lo habrían denostado por hablar de más en vez de concentrarse en atajar. Pero no es posible saberlo y tampoco se puede saber hasta qué punto con su táctica se agrandó él y achicó a los adversarios que tenía enfrente.
Mientras circulan en las redes sociales los memes que resaltan las frases de Martínez y algunos periodistas proponen que se hagan camisetas que lleven impresas esas frases, uno rescata aquello de Kurt Lutman: ojalá que cuando el pibe mire la repetición de los penales se sienta muy orgulloso por lo que hizo y no por lo que dijo.