El operativo de vacunación de la segunda dosis de la Sputnik V para inmunizar contra la covid-19 generó un malestar generalizado entre quienes no lograron ser inoculados pese a haber esperado tres meses desde la primera dosis, pero también entre quienes debían realizar el trabajo de vacunación. Todo se tornó aún más álgido el fin de semana que pasó, dado que se montó un operativo de vacunación a nivel provincial luego de que llegaran 11 mil segundas dosis de la vacuna rusa.
La primera denuncia vino de vecinos de Vaqueros, en el departamento La Caldera. Indicaba que había personas que no eran de esa ciudad que estaban siendo vacunadas en el Centro de Salud local. Al ser consultada, la encargada del centro sanitario vaquereño, Mónica Pinillo, explicó a Salta/12 que las vacunas que llegan hasta ese vacunatorio tienen como intermediario a la línea 148, que envía las dosis y la lista de las personas con turnos para vacunarse. “Nos mandan por correo electrónico el listado de las vacunas enviadas”, dijo la médica y reconoció que hubo personas que no viven en Vaqueros pero fueron a vacunarse allí.
La médica sostuvo que en su momento, ante el reclamo de los lugareños, pidió a las autoridades de Salud que en el vacunatorio solo fueran inoculadas personas que habitan en Vaqueros. Pero por las denuncias que se hicieron indicando que se estaba beneficiando a “amigos y allegados”, se retractó y pidió volver al sistema coordinado con la línea 148. “Si hay una persona que viene y tiene domicilio en Castañares o Limache, es porque fue turnada por ese sistema”, explicó.
400 dosis sin turno
El diputado Carlos Zapata, en tanto, denunció el martes en la sesión de la Cámara de Diputados lo ocurrido en el Centro de Convenciones, cuando “largaron la vacunación sin turno. Fue un sálvese quien pueda”, dijo el legislador al sostener que “fue patético ver a la gente correr, desesperarse porque la vacuna se agotaba”. Al ser consultada, Carmen de la Serna, la coordinadora general del Centro de Recuperación Covid-19 ubicado en el Centro de Convenciones de Limache, reconoció que el martes se aplicaron 400 segundas dosis a personas que no tenían turnos.
“Habíamos dispuesto mil vacunas para cada uno de los días del operativo del sábado, domingo y lunes”, afirmó la médica. Al terminar la última jornada de inmunización del lunes, sucedió que por diversos factores (porque se contagiaron con covid y no pasaron tres meses, porque se pusieron la antigripal y también estaban a destiempo para recibir la Sputnik, o por otras situaciones desconocidas), hubo 400 personas turnadas que no recibieron la segunda dosis.
Ante el remanente, la constante asiduidad de personas en esos tres días buscando la segunda dosis, y la insistencia de otras personas adultas mayores que ya desde antes iban “en un rally”, a buscar la vacuna, decidió otorgar las vacunas. Pero para ello el criterio que siguió, dijo, fue “vacunar a las personas que habían recibido su dosis hasta el 6 de abril pasado, como dice la normativa, y de más de 70 años”.
Al ser consultada sobre la posibilidad de dar de nuevo los turnos con las dosis disponibles, la médica respondió “eso iba a implicar una demora de 48 horas por lo menos para poder poner las vacunas”. “Si está mal haber vacunado a esta gente que tenía las condiciones para ser vacunada, soy totalmente responsable”, dijo.
Una situación similar habría acontecido en Tartagal, ciudad cabecera del departamento San Martín, en donde de 400 dosis quedaron 130 como remanente. En ese caso también se decidió inmunizar con la segunda dosis a quienes estaban en fila desde temprano “pero pese a que se les informaba que se llegaría hasta el número 130 no se querían mover”, relató una de las agentes de salud.
Escasez de la vacuna
La jefa del Programa de Inmunizaciones de la provincia, Adriana Jure, informó a Salta/12 que cuando se trata de la Sputnik V, la segunda dosis deberá ser aplicada con turno, y entendió que pueden suceder estas situaciones de los remanentes que terminan siendo aplicados según algunas condiciones a quienes no tienen turno.
La característica de esta marca de vacunas en general, y con la segunda dosis en particular, es la escasez. A la provincia llegaron 249.850 componentes de la primera dosis de la vacuna rusa, y hasta ahora solamente 54.950 de segunda dosis. “Lo que se hace entonces es vacunar primero a los que recibieron la dosis antes”, afirmó la funcionaria.
En principio, en tanto, hay quienes se van a vacunar y pretenden elegir la vacuna con la que se inocularán, y de no haber Sputnik, prefieren no vacunarse. Pues, según indicaron diversas agentes sanitarias consultadas, en los vacunatorios quedan primeras dosis de otras marcas.
Enojos y hasta golpes
La fiebre por la vacuna parece haber desatado furia en algunos casos, que aún excepcionales, no dejan de preocupar. De la Serna sostuvo que los trabajadores del Centro de Convenciones han soportado “una presión grandísima porque hay gente que quiere vacunarse sin turno y no lo pide de buena manera”. Hubo situaciones de agresión en la que “tuvo que intervenir la Policía”, dijo.
Mientras, una trabajadora de la Salud en Tartagal (que pidió reserva de su nombre), contó que sufrió hasta un golpe de puño por parte de un hombre que exigía que le ponga la segunda dosis de la vacuna Sputnik V este lunes que pasó. Cuando estuvo en esa situación no hubo policías presentes, por lo que la agresión no pudo ser frenada.
“El hombre estaba confundido. Decía que a su pareja que era docente ya se le había aplicado la segunda dosis. Intenté explicarle que era una vacuna de otra marca pero el insistió en que no”, contó. La discusión fue subiendo de tono hasta que ella también respondió y fue cuando recibió una piña en la boca.
“El hombre salió tirando todas las sillas de plástico y nunca lo pude identificar porque ni siquiera quiso antes mostrarme el carné de vacunación”. Sostuvo que hace dos semanas también se registró en su lugar de trabajo un hecho de violencia cuando un adulto mayor abrió una puerta de manera violenta golpeando en la cara a una enfermera. También hubo un incidente con otro adulto mayor que se enojó cuando le pidieron que se coloque bien el barbijo, y los escupió.
“Hay mucha gente agradecida por la atención, que trae yerba, pan, azúcar. Pero están estos pocos casos que nos arruinan el día”, afirmó la trabajadora de la salud.