El exdirector general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Arribas negó haber mandado a espiar a los familiares que buscaban saber qué había pasado con los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, que desapareció en noviembre de 2017. El escribano se presentó a indagatoria ante el juez federal Martín Bava que lo investiga por estos hechos que fueron denunciados el año pasado por la interventora en la AFI, Cristina Caamaño, y buscó también despegar a Mauricio Macri por las actividades de inteligencia ilegal que se desplegaron desde la base de Mar del Plata.
Arribas llegó a Dolores acompañado por su abogado Alejandro Pérez Chada y dos letrados más. Allí lo esperaban el juez Bava, que subroga en Dolores desde que Alejo Ramos Padilla asumió en el juzgado federal 1 de La Plata, y el fiscal Juan Pablo Curi. Sin embargo, Arribas no aceptó responder las preguntas que tenían ambos. Se ciñó a una declaración que había preparado y que repetía grandes trazos de lo que ya había dicho en anteriores indagatorias ante la justicia federal de Lomas de Zamora. En Dolores, se había negado a declarar ante el juez Ramos Padilla cuando lo citó a indagatoria por el llamado “Proyecto AMBA”.
El exSeñor Cinco dijo que no entendía cuál era la imputación en contra y negó haber dado cualquier orden para realizar espionaje ilegal, menos aún contra el colectivo de familiares de víctimas del ARA San Juan. Destacó tampoco había recibido ninguna orden para hacerlo --en un intento de despegar a su amigo Macri, que lo hizo regresar de Brasil a fines de 2015 para hacerse cargo de la AFI--. Los partes de seguimientos que encontró Caamaño muestran que la inteligencia ilegal se hizo y muestran que el interés de los espías era anticiparle a Macri cuáles serían los reclamos que iban a hacer los parientes de los submarinistas.
En lo que es ya un encono clásico, Arribas despotricó porque Bava llamó a indagatoria a los directivos de Contrainteligencia y remarcó que lo convocaban a él por el mero hecho de haber dirigido la Agencia entre 2015 y 2019. Después se explayó contando las bondades de su gestión, cómo posicionó a la AFI en el mundo, cómo renovó
La denuncia de Caamaño tramitó inicialmente en la justicia federal de Mar del Plata. Allá, el fiscal Daniel Adler identificó más de una docena de seguimientos a los familiares. El patrón de la vigilancia de la AFI estaba dado por el afán de evitarle contratiempos a Macri en sus interacciones con los parientes o en sus visitas a la costa. Durante la investigación, Adler relevó los siguientes hechos:
El 15 de enero de 2018 se hizo una misa a los dos meses de la desaparición del submarino. Una hermana de un tripulante fue seguida y fotografiada por personal de la AFI. En simultáneo, los espías se metieron en una reunión en el Concejo Deliberante de General Pueyrredón, desde donde reportaron que los familiares reclamaron “a las Autoridades de la Armada Argentina reforzar la búsqueda de los 44 tripulantes y ser atendidos por el Presidente de la Nación”.
El 3 de febrero de 2018, la AFI siguió a tres esposas de los submarinistas. Estaban interesados en lo que sucedería en la reunión que tenían pautada con Macri para tres días después.
El 10 de febrero de 2018, la exSIDE recabó información de la madre de uno de los tripulantes porque iba a entregarle una carta al entonces mandatario.
El 2 de abril de 2018, los espías siguen y fotografían a una hermana y a una esposa que tenían previsto entregarle una nota a Macri, que estaba jugando al golf en el Golf Club de la ciudad balnearia. También les revisaron las redes sociales.
El 15 de noviembre de 2018, al cumplirse el primer aniversario de la desaparición del ARA San Juan, siguen y fotografían a familiares de otros dos buques hundidos, El Rigel y El Repunte, que participaron de una movilización fuera de la base naval de Mar del Plata.
Hay, al menos, otros ocho seguimientos a los familiares que identificó Adler.
Por decisión del juez Santiago Inchausti, la denuncia sobre el espionaje a los familiares del ARA San Juan se envió al juzgado federal de Dolores. La documentación sobre el espionaje de la AFI contra los parientes de los tripulantes surgió cuando Caamaño relevaba qué información había quedado en las distintas bases que estuvieron al servicio del llamado “Proyecto AMBA” que investigaba Ramos Padilla.
De esa forma, se determinó que la vigilancia sobre los familiares del ARA San Juan se orquestó desde la base de Mar del Plata, una de las delegaciones históricas de la exSIDE en la provincia de Buenos Aires. Por estos hechos, Bava también llamó a indagatoria a la exsubdirectora general Silvia Majdalani, que deberá presentarse el próximo jueves, y a Nicolás Iuspa Benítez, que comandó la delegación Mar del Plata durante el macrismo. Además, están citados otros cinco agentes que prestaron funciones en esa base. Todas esas declaraciones se llevarán a cabo entre agosto y septiembre.
Arribas tiene ya tres procesamientos por hechos de espionaje político que ocurrieron mientras estuvo al mando de la AFI. El juez de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé lo procesó por espiar a Cristina Fernández de Kirchner en el Instituto Patria, por un lado, y, por otro, por las andanzas de los Súper Mario Bros y el espionaje penitenciario. Ramos Padilla lo procesó por el “Proyecto AMBA”. En Comodoro Py, también lo investigan por haber integrado la llamada “mesa judicial” del macrismo, que presionaba a jueces/zas y fiscales/as.