Investigadores de Argentina identificaron un blanco terapéutico del virus chikunguña, lo que constituye un punto de partida para poder desarrollar medicamentos contra esta enfermedad, que actualmente no tiene tratamiento específico ni vacuna. También lograron encontrar una droga candidata que, en las pruebas de laboratorio, permite inhibir la replicación viral.

“Los resultados de nuestro estudio constituyen un punto de partida en el desarrollo de medicamentos contra chikunguña, un avance alentador si consideramos que aún no hay vacunas ni terapias efectivas para este virus que se está expandiendo a nivel mundial en áreas tropicales y subtropicales en los últimos 15 años”, afirmó la doctora en Química Mariela Bollini, quien lidera el Laboratorio de Química Medicinal del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (Cibion), dependiente del Conicet.

Además de Bollini, participaron del estudio --publicado en “American Chemical Society Infectious Diseases”-- Leandro Battini, primer autor y becario del Conicet en el Cibion; Daniela Fidalgo, del Cibion; y Diego Álvarez, del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-Intech), dependiente de la Unsam y del Conicet.

Cómo fue el estudio

Battini, Fidalgo y Álvarez, liderados por Bollini, trabajaron con las proteínas E1 y E2 de la envoltura del virus chikunguña (análogas a la Spike de SARS-CoV-2), que son las involucradas en la invasión de las células huésped después de la picadura de un mosquito infectado (Aedes aegypti y Aedes albopictus). Es decir, las que participan en el ingreso y liberación del genoma del virus dentro de la célula para iniciar el programa de multiplicación.

A partir de análisis bioinformáticos que reproducen en 3D la estructura de las proteínas E1 y E2, identificaron en ellas una región que tenía las características necesarias para unirse a moléculas.

Luego, llevaron a cabo un screening virtual de dos bibliotecas de compuestos comerciales e identificaron un candidato que, en estudios in vitro, logró inhibir en cerca del 100% la replicación del virus en células infectadas. "El compuesto más activo contra chikunguña no presentó una toxicidad considerable", destacó Bollini, que también es profesora adjunta de Diseño de Fármacos en la carrera de Bioingeniería del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

En el estudio, también se seleccionaron variantes virales resistentes a la acción antiviral del compuesto, lo cual “es consistente con el blanco terapéutico propuesto”, explicó la experta. 

Este trabajo, celebró, es un primer paso en el desarrollo de un fármaco que mejore las características del compuesto identificado. "Antes de evaluar ese fármaco a desarrollar en humanos, sería necesario hacer ensayos preclínicos en animales de laboratorio", aclaró. 

¿Qué es la fiebre chikungunya?

La chicungunya, según Mayo Clinic, es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que provoca la aparición repentina de fiebre y dolor articular intenso. Otros síntomas pueden ser fatiga, dolor muscular, dolor de cabeza y sarpullido. 

Los signos y síntomas de la chicungunya generalmente aparecen de dos a siete días después de haber sido picado por un mosquito infectado. La mayoría de los pacientes se recuperan por completo y los síntomas desaparecen en aproximadamente 10 días. 

Para algunas personas, en cambio, el dolor en las articulaciones puede continuar durante meses o incluso años. La muerte por complicaciones del chicungunya es muy poco común, pero el virus a veces causa problemas graves, principalmente en adultos mayores con otras enfermedades crónicas

No existe ninguna vacuna para prevenir la fiebre chicungunya, y no hay ningún tratamiento antiviral que sea efectivo. Sin embargo, la enfermedad tiene un curso limitado y rara vez causa complicaciones graves. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas con reposo, líquidos y medicamentos, como acetaminofén (Tylenol y otros) e ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros) para aliviar el dolor articular y la fiebre.

Los brotes de chicungunya se informaron por primera vez en África, Asia, Europa e islas de los océanos Índico y Pacífico. El primer caso informado de chicungunya en América ocurrió en 2013, en islas del Caribe. Desde entonces, se han reportado más de 1,7 millones de casos sospechados de chicungunya en las islas del Caribe, en países de América Latina y en los Estados Unidos. En Canadá y México también se informaron casos de infección.