Organizaciones sociales, políticas, sindicales y de derechos humanos pidieron al presidente Alberto Fernández que intervenga la provincia de Jujuy y libere a Milagro Sala. Lo hicieron en una conferencia de prensa que tuvo lugar en el marco del acampe en Plaza de Mayo que ese conglomerado de colectivos, con la Túpac Amaru y el Comité por la Libertad de la dirigente jujeña a la cabeza, sostienen desde el martes y hasta este viernes. La acción colectiva “demuestra que si nuestro Presidente vuelve a construir esa sinapsis entre su militancia, su base social podemos enfrentarnos a los poderosos, cumplir la agenda de los humildes y liberar a nuestros compañeros de la mafia macrista”, sostuvo Alejandro “Coco” Garfagnini, principal orador de la mañana.
Hoy Sala cumple dos mil días de detención. “Jornada Liberación” llamaron las organizaciones al tercer día de acampe que cubrió la mitad de la Plaza de Mayo entre el Cabildo y la Pirámide, con una veintena de carpas, gazebos y banderas y que inauguró el cronograma de actividades con una conferencia de prensa en la que estuvo representado “el núcleo de la resistencia al modelo macrista”, como llamó Garfagnini, coordinador nacional de la Tupac Amaru, al movimiento obrero, a las agrupaciones sociales y a los organismos de derechos humanos.
Daniel Catalano de ATE Capital; Hugo Yasky y Pablo Micheli, de las CTA; José Schulman, por la Liga Argentina por los Derechos Humanos; la hija de Milagro, Claudia Chorolque Sala; Héctor “Gringo” Amichetti, por la Federación Gráfica Bonaerense; y el padre Francisco "Paco" Olveira, del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, secundaron a Garfagnini en la mesa improvisada que instalaron con la vista hacia la Casa Rosada. Detrás se ubicaron algunos diputados y diputadas, como Mara Brawer, Paula Penaca, Ayelén Espósito, Claudia Bernaza, Walter Correa, María Rosa Martínez y Héctor “Gallego” Fernández, entre otros.
“Estamos contentos y orgullosos de volver a encontrarnos”, sostuvo Garfagnini, tras señalar que fueron “el núcleo de la resistencia al modelo macrista” y que en el acampe para reclamar por la liberación de Sala volvieron “a construir una asamblea militante”. “Nos preguntamos si no alcanza que el 48 por ciento nos haya votado hace un año y medio para liberar a Milagro y terminar con la persecución del lawfare", añadió y concluyó con otra pregunta para la que buscan respuesta: “¿Por qué si el Presidente, si medio gabinete nacional, si toda nuestra fuerza política dice que Milagro es una presa arbitraria, si todos los que estuvimos acampando acá decimos exactamente lo mismo, no podemos generar acciones para resolver y terminar con esa arbitrariedad? Creemos que la política es el instrumento que tiene nuestro pueblo para resolver nuestros problemas, no solo para describirlos. Queremos transmitirle a nuestro gobierno la fortaleza de la militancia para que pasemos del diagnóstico a los hechos”.
Yasky remarcó que los dos mil días de detención de Sala “demuestran cuánto falta seguir luchando para que la justicia social y los derechos humanos rijan en todo el país”, y también “que la clase dominante no admite que haya alguien que se pueda poner de pie por los más humildes en una provincia en la que la oligarquía local se cree dueña de la vida de la gente”. “Por eso necesitamos a Milagro libre”, sumó.
“Creemos que tenemos que juntar la fuerza política necesaria para que esté en libertad. Si no se puede en la Justicia de Jujuy, cosa que ya está demostrada, deberá ser con una decisión política. Si el Congreso nacional no tiene la fuerza suficiente para dar la amnistía, que el Presidente tome la decisión”, añadió Gabriela Vargas, de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos, presentes en el acampe y la conferencia. Para Schulman, Alberto Fernández “escucha y conoce” de la situación, pero “está preso de una mirada cristalizada sobre las instituciones y no alcanza a captar que durante el macrismo se produjo una modificación radical del Poder Judicial y no alcanza a comprender que cruzó un límite: el de poner la Justicia al servicio del poder colonial. Hay que revertirlo con política”, reclamó.
Garfagnini rompió el hielo mencionando una por una a las agrupaciones que sostuvieron el acampe desde su organización y a los colectivos que sumaron participación en los días y noches de estancia. “A los compañeros que se bancaron el frío del martes, la lluvia de ayer, les agradecemos, para nosotros es muchísimo”, remarcó. Contó que amanecieron hoy, cuando se cumplen dos mil días de la detención de Milagro Sala, con “las declaraciones del carcelero de Milagro” en referencia al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. “Dijo en una entrevista que él no tenía nada que ver con la Justicia de su provincia, que no la manejaba. Pero hay que recordar, porque siempre es útil, cómo fueron las cosas”, advirtió el referente de la Tupac antes de seguir. “El 16 de enero de 2016 una patota de policía secuestró a Milagro Sala, porque no tenían causa ni orden de detención, supuestamente por estar haciendo un acampe como éste. Quince días después le empezaron a armar causas con testigos falsos”, sostuvo. Un mes después de haber estrenado su presencia en la Casa Rosada Mauricio Macri, Morales denunció a Sala por el acampe que la Red de Organizaciones Sociales mantenía entonces desde hacía un mes frente a la gobernación jujeña y la mandó a detener. Fue llevada a la Comisaría de la Mujer, su vivienda fue allanada por policías sin identificación y el acampe fue rodeado por la Policía. Días después sería desalojado. Sala no volvería a recuperar su libertad.
En esa breve reseña, Garfagnini hizo hincapié en una persona: Ekel Meyer, el “jefe” de la patota que detuvo a la militante en 2016 y que “hoy es miembro del Tribunal Superior de Justicia de Jujuy”, en reemplazo de Pablo Baca, “otro correligionario de Morales, que tuvo que dejar su puesto por violación”. Baca renunció luego de haber sido denunciado por abuso contra una ex funcionaria. “Díganme ustedes si esta no es una foto de la perversidad de la Justicia de Jujuy. Díganme si no alcanza para intervenir la provincia. ¿Qué más se necesita?”, se preguntó Garfagnini. La militancia oyó con atención, celebró cuando se le agradeció la presencia y cantó al cierre de la conferencia: “Para Milagros, la libertad. Para Morales el repudio popular”.