El cura Rubén Rosa Torino fue condenado a 12 años de prisión efectiva al ser encontrado culpable en tres casos de abuso sexual contra dos exseminaristas y una exmonja, y se dispuso la inmediata detención en la Unidad Carcelaria 1 de Villa Las Rosas, en la capital salteña.
El tribunal de la Sala IV, integrado por Maximiliano Troyano (presidente), Norma Beatriz Vera y Roberto Faustino Lezcano (vocales), encontró al cura culpable de ser el autor material y penalmente responsable de abuso sexual gravemente ultrajante por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio del exseminarista Y.G. y la exmonja V.Z., y además de abuso sexual simple agravado por ser ministro de culto reconocido en contra del otro integrante de la congregación J.A.
Todos los hechos se dieron en el marco del Instituto Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, fundado y dirigido por Rosa Torino y al cual pertenecían las tres víctimas. Dicha congregación contaba con 19 sedes en el país, a las que se sumaban otras en Chile, España, Israel y México.
En la etapa de alegatos, la fiscal Verónica Simesen de Bielke había pedido 22 años de prisión para Rosa Torino. En su alocución hizo un repaso del sistema de abusos que aplicaba el cura y la manipulación a la que eran sometidas las víctimas.
La defensa del cura, ejercida por los abogados Humberto Oliver y Fabio Núñez, solicitó la absolución lisa y llana por el beneficio de la duda.
En tanto, con respecto a la denuncia de V.Z., la defensa pidió la absolución por prescripción de los hechos denunciados y la inconstitucionalidad del agravante planteado de ministro de culto religioso, lo cual fue desestimado por el tribunal.
En total el juicio demandó un total de nueve jornadas de testimonios, que comenzó con una de las víctimas detallando los abusos que había sufrido en los años que pasó dentro de la institución dirigida por Rosa Torino. Luego también pudieron hacerlo los otros dos denunciantes.
En general, los testigos que fueron llamados a testimoniar ratificaron lo narrado por las víctimas e inclusive dos curas afirmaron haber sufrido también abusos sexuales. Otra coincidencia en los dichos fue con respecto a la manipulación psicológica que ejercían los superiores sobre ellos, aprovechando la mayor jerarquía y el halo de “santidad” que rodeaba al director del Instituto.
Quienes se manifestaron a favor de Rosa Torino coincidieron en que no recordaban lo sucedido o aseguraron que nunca habían escuchado versiones de abusos dentro de la institución.
Los peritos que asistieron a las víctimas también señalaron haberles encontrado indicios de abusos y aseguraron que no hubo indicadores de mendacidad ni de fabulación en los relatos de quienes denunciaron al cura.
El jueves, sorpresivamente, Rosa Torino pidió declarar pero no respondió preguntas. En su monólogo se declaró inocente y atribuyó las acusaciones a una campaña en su contra armada desde Buenos Aires. También se mostró desafiante ante la posibilidad de resultar condenado y adjudicó a las denuncias en su contra la "pérdida" de la tarea que llevaba adelante el Instituto.
Rosa Torino acumula también al menos 10 denuncias en la Justicia Canónica, algunas de ellas por abusos sexuales, indicó la fiscal Simesen de Bielke. Hasta el momento, las autoridades eclesiásticas solo se limitaron a iniciarle un sumario, pero no le dictaron condena alguna, por lo que se lo considera un cura en servicio, tal como él aclaró durante su testimonial. La única limitación que dijo tener es la de dar misa en público, por lo que las puede oficiar solamente ante unos pocos íntimos.
Durante todo el proceso previo, Rosa Torino fue detenido, con prisión domiciliaria, en una sola oportunidad luego de que realizase un viaje al exterior, por lo que la Justicia entendió que había riesgo de fuga, pero llegó al debate oral en libertad.
La lectura de la sentencia fue acompañada atentamente por organizaciones sociales que se manifestaron en la Ciudad Judicial para exigir condena y prisión efectiva para Rosa Torino.