El Mercosur atraviesa una etapa de fuerte tensión que puede incluso intensificarse en el segundo semestre, bajo la presidencia pro tempore de Brasil. En paralelo a la LVIII Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común del bloque regional, Uruguay salió a advertir que va a negociar acuerdos comerciales por fuera de la estructura del Mercosur, lo cual implica, según la posición de la Argentina, una violación de los principios normativos del bloque.
El gobierno de Brasil está alineado con Uruguay y de hecho quiere avanzar hacia la baja de entre el 10 y el 20 por ciento en su arancel externo común, que es la barrera conjunta frente a las importaciones que tienen los miembros del Mercosur. Ante esa presión, el gobierno de Argentina pasó a proponer una reducción focalizada de aranceles ya que advierte que hay sectores industriales de consumo final que se verían muy afectados en un escenario de baja generalizada.
Posiciones encontradas
Las diferencias al interior del bloque vienen de larga data. Desde que gobernaba el Frente Amplio, Uruguay pide más flexibilidad y amenaza con cortarse solo. Esa inclinación se profundizó con la presidencia de Luis Lacalle Pou y sobre todo con el empujón de parte del presidente Jair Bolsonaro en Brasil.
La postura uruguaya hacia una mayor liberalización responde a su estructura productiva: al no contar con un sector manufacturero fuerte, tiene poco para perder con la apertura. "El tema es que un mercado con 3 millones de habitantes también tiene poco para ganar en términos de acceso a otros destinos. De ahí el incentivo a quedarse en el Mercosur", apuntan desde la delegación argentina. El país vecino quiere avanzar en acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Vietnam, Indonesia y la India.
El movimiento de Uruguay despertó el rechazo de parte del presidente Alberto Fernández. “Creemos que el camino es cumplir con el Tratado de Asunción, negociar juntos con terceros países o bloques y respetar la figura del consenso", dijo el mandatario. En tanto, desde la delegación paraguaya indicaron que “las decisiones de los órganos del Mercosur se toman por consenso y con la presencia de todos los Estados partes”.
La presidencia de Bolsonaro amplificó las diferencias y acorraló a la Argentina. Brasil quiere reducir de 10 a 20 por ciento la línea del arancel externo común. Con la presidencia pro tempore de Bolsonaro en el segundo semestre, las tensiones podrían incluso aumentar.
Impacto industrial
Argentina pasó de una posición de rechazo de cualquier tipo de rebaja arancelaria a una propuesta de reducción total o parcial en algunos segmentos de bienes agrícolas y en industriales no producidos regionalmente, como maquinarias, insumos y bienes de capital. En cambio, no acepta la baja en las posiciones en donde están incluidos en gran medida los bienes finales que produce la industria local.
"La perforación del arancel externo común por parte de uno de los miembros sería un enorme problema que exigiría realizar inspecciones muy serias con respecto al origen de los bienes. El gran riesgo es que una bicicleta fabricada en la India, por ejemplo, tenga una etiqueta uruguaya y barra a la toda la industria local", explican desde Cancillería. Desde el gobierno argentino también advierten que la posición unilateral explicitada por Uruguay, y en algún momento también por Brasil, implica un incumplimiento del Tratado de Asunción que fundó el Mercosur.
La declaración uruguaya también despertó la crítica de la Confederación Nacional de Industria (CNI) de Brasil, que advirtió que "la integración del Mercosur precisa de ajustes y perfeccionamiento, pero continúa proporcionando resultados económicos y sociales para Brasil". Al mismo tiempo, la entidad pidió "intensificar negociaciones para ampliar el acceso a mercados como los Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, México y América Central, entre otros" pero aclaró que "cualquier modificación del arancel externo común debe ser precedida por evaluaciones de impacto en los países".
A pesar de su tradicional apego por las estrategias aperturistas, las entidades empresarias ligadas a la industria ponen paños fríos a la discusión. El Consejo Industrial del Mercosur integrado por Unión Industrial Argentina (UIA) junto a la Confederación Nacional de Industria de Brasil, la Unión Industrial Paraguaya y la Cámara de Industrias del Uruguay expresó su "preocupación ante la posibilidad de que se adopten decisiones que impacten negativamente en el entramado productivo regional".