Las agencias de control de enfermedades estadounidenses salieron a ponerle paños fríos a la posibilidad de utulzar una tercera dosis de algunas vacunas contra el coronavirus. “En este momento” no es necesario un refuerzo a las dos dosis prescriptas, dijeron pero no descartaron que los estudios exhaustivos de las nuevas variantes del virus puedan determinar lo contrario.
El pronunciamiento fue hecho por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en una declaración conjunta ante el planteo de los laboratorios Pfizer y Biontech.
Ambas farmacéuticas anunciaron ayer que buscarán la autorización de las agencias regulatorias de Estados Unidos y Europa para una tercera dosis de las vacunas que elaboran, ante la aparición de la variante Delta que azota varios países.
La respuesta de esos organismos sobre si un refuerzo sería necesario, y cuándo, salió hoy: "Los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan un refuerzo en este momento", dijeron.
"Estamos preparados para dosis de refuerzo siempre y cuando la ciencia demuestre que son necesarias", aclararon los responsables de la FDA y los CDC.
"Las empresas esperan publicar datos más definitivos pronto, así como en una revista revisada por pares, y planean enviar los datos a la FDA, la EMA (Agencia Europea de Medicamentos) y otras autoridades reguladoras en las próximas semanas", indicó el comunicado conjunto.
El pedido de los laboratorios surgió luego de que datos de una prueba en desarrollo mostrara que una tercera dosis incrementa los niveles de anticuerpos de 5 a 10 veces más contra la cepa original del coronavirus y la variante Beta (Sudáfrica), en comparación con las dos primeras dosis.
Pfizer y BioNTech consideran que una tercera dosis actuará de manera similar contra la variante Delta, altamente contagiosa y que se está convirtiendo en la dominante a nivel mundial.
Por este motivo, ambos laboratorios también están desarrollando una vacuna específica para la Delta, y las primeras muestras están siendo fabricadas en las instalaciones de BioNTech en Mainz, Alemania. Los estudios clínicos empezarán en agosto y quedarán sujetos a la aprobación de los agentes reguladores.