El cambio climático tiene graves consecuencias en la economía argentina, principalmente por las pérdidas provocadas por inundaciones y sequías. Las pérdidas de activos por inundaciones alcanzan los 1.000 millones de dólares anuales y podrían empeorar si no se mitiga el daño ambiental.
Los datos los expuso el Banco Mundial en su informe Impactos de las crisis climáticas en la pobreza y la macroeconomía en la Argentina: “Surge del reporte una conclusión inevitable: enfrentar el cambio climático no es un desafío de largo plazo, sino una medida urgente ante el impacto fiscal, el crecimiento perdido, y los costos a los hogares más vulnerables que ya ocurren y son sustanciales ”, sostuvo Jordan Schwartz, director del Banco Mundial para Argentina, Paraguay y Uruguay.
Inundaciones
El reporte revela que las inundaciones generan pérdidas anuales promedio de activos de entre 500 millones y 1400 millones de dólares, o sea en promedio de 1.000 millones de dólares anuales y que podrían aumentar el 125 por ciento debido al cambio climático.
Los eventos climáticos impactan directamente en las personas. Cada año, a consecuencia de las inundaciones, en promedio, un 0,14 por ciento de la población argentina cae en la pobreza, y en algunas provincias este impacto puede superar el 1,5 por ciento de sus habitantes después de inundaciones importantes.
Por ejemplo, Entre Ríos es la provincia que tiene la mayor incidencia anual promedio de pobreza como consecuencia de los impactos de desastres, en porcentaje de la población (0,15 por ciento). Las cuatro provincias con el mayor índice de pobreza como consecuencia de desastres luego de Entre Ríos son Chaco (0,10 por ciento), Santiago del Estero (0,10 por ciento), Buenos Aires (0,08 por ciento) y Corrientes (0,08 por ciento).
Sequías y recaudación
El sector agropecuario es particularmente vulnerable al cambio climático a través de las sequías. Al mismo tiempo, gran parte de los ingresos fiscales dependen de las exportaciones agrícolas. El Banco Mundial demuestra que los eventos climáticos que afectan la producción agropecuaria tienen efectos negativos en la estabilidad macroeconómica. La falta de precipitaciones parece ser un factor importante en el déficit de ingresos en el total, con resultados mixtos en cada provincia.
De acuerdo al organismo los cultivos enfrentarán pérdidas de rendimientos anuales en 2050 en la mayoría de los escenarios climáticos. Los cultivos de girasol son más resilientes a cambios futuros que el trigo, el maíz o la soja, y podrían tener rendimientos más altos en algunos lugares y escenarios. La peor pérdida de rendimiento potencial en 2050 podría alcanzar el 10 por ciento en el caso del girasol, el 30 por ciento en el caso del maíz y el trigo, y hasta el 50 por ciento en el caso de la soja.
"Si no hubiera adaptación, el PIB podría caer hasta un 5 por ciento en 2050, en comparación con un escenario contrafáctico sin cambio climático, y los ingresos fiscales podrían caer un 10 por ciento", explica el informe
En consecuencia, será necesario aplicar estrategias de adaptación en el sector agropecuario y lograr un
gran aumento de los posibles rendimientos agrícolas para compensar los impactos del cambio climático. "Tales estrategias deberán combinar soluciones “blandas” (seguros y, en especial, coberturas de seguros
basados en índices), soluciones a mediano plazo (biotecnología y nuevos desarrollos de semillas
resistentes a altas temperaturas y condiciones de sequía) e inversiones a largo plazo en infraestructura
de irrigación. En paralelo, a medida que el clima se vaya haciendo más cálido, es posible que haya
nuevas áreas de la Argentina que estén mejor adaptadas a las nuevas semillas, lo que permitirá reorganizar las principales áreas de producción y compensar por pérdidas en los actuales
departamentos productores", concluye el organismo.