Impensado hoy, pero corría junio de 1969 y a un trío de chiflados del rock argentino naciente se le ocurrió organizar un festival los domingos a la mañana. Fue en el teatro Coliseo y se llamó Beat Baires. Los tres chiflados que lo organizaron fueron Jorge Alvarez y Pedro Pujó, creadores del sello Mandioca, y el entonces manager de Almendra, Aníbal Gruart. Pero lo más importante es que, por primera vez, se reunieron todas las bandas de rock -y aledaños- del momento, bajo un mismo techo. Bajo un mismo manto cultural. “Fueron conciertos muy lindos, muy estimulantes, en los que todos nos sentíamos parte de una movida general”, refrenda Emilio del Guercio, partícipe de aquellas jornadas, ante Página/12. “Además, la llegada al Coliseo fue una idea brillante de Alvarez, ya que la mayoría de los teatros en general tenían como una aversión a hacer conciertos de rock porque solía caer la policía con celulares, que no eran precisamente para hablar sino para hostigar gente, para llevársela detenida. Entonces, los teatros siempre ponían la excusa del horario para evitar esto”.
La segunda evocación le corresponde a Moris: “Lo poco común de los conciertos era la hora y el día, sí. Los pensaron así también porque se alejaba cualquier sospecha de subversión, palabra que usaban los gobiernos militares de la época. La verdad es que por entonces jamás nos íbamos a imaginar que tantos años después se rememoraría esa fecha con tanto despliegue y tanto respeto”. A lo que se refiere el creador de "Pato trabaja en una carnicería" es a que un nuevo Beat Baires se realizará cincuenta y dos años después del original, casi en la misma fecha (11 de julio, a las 20), y en el mismo lugar, pero de noche y sin público presente: se podrá seguir gratuitamente por ">el canal de YouTube del Coliseo. “Claro que hoy no se podría hacer algo así porque los pibes están en otra… Salen, se acuestan a las siete de la mañana y no se van a levantar para ir a un concierto a las diez o a las once de la mañana”, se ríe Del Guercio, que también conecta épocas. Y aparece un tercero desde España: Claudio Gabis. “No me acuerdo detalles de aquellos shows, solo la satisfacción de ver el teatro lleno”, admite el ex Manal, en plan de sinceridad brutal.
Del Guercio, Moris y Gabis son entonces tres de los músicos que cantaron presente en el festival pionero y que lo harán nuevamente. En representación de quienes estuvieron y ya no -Luis Alberto Spinetta, Rodolfo García, Pappo, Leonardo Favio y Rubén Basoalto, entre ellos-, y a la vez como portavoces de un resto de presencias históricas también previstas para la nueva edición: Willy Quiroga, Alejandro Medina y Litto Nebbia quienes, al igual que aquellos, confluirán con músicos de las nuevas generaciones en temas fundacionales del rock argentino. “La verdad es que no tengo expectativas de que se pueda recrear el espíritu de aquella época en estos días”, retoma el pedagogo Gabis y argumenta: “En ese momento se aunaron varios procesos revolucionarios de diferente naturaleza, algunos culturales y estéticos, otros políticos y sociológicos… En fin, fue una época en la que con muchísima claridad se puede calificar de revolucionaria, porque durante un tiempo -desgraciadamente corto- se consiguió torcer un poco el rumbo de la sociedad, hasta que el establishment supo absorber el cambio con suma habilidad”.
Como parte de Manal, el violero compartió la fecha del domingo 29 de junio de 1969 con Almendra y Vox Dei. Ahora aparecerá recreando “Jugo de tomate”, presente ayer, hoy y siempre. Ayer en su guitarra, la voz y la pluma de Javier Martínez, y el bajo de Alejandro Medina; hoy, en las manos de Eruca Sativa (Lula Bertoldi + Brenda Martin + Gabriel Pedernera), más las de Lito Vitale. Y siempre, claro, en el corazón de todo rockero que se precie de tal. “Lito me mandó un demo a España, con el ritmo fijado y un contaje inicial como guía”, cuenta Gabis. “Me encontré con una versión funky muy potente, muy contagiosa, cantada de una manera muy peculiar, con mucha onda. Admito que al principio me extrañó un poco, porque era todo mucho más rápido… Todo sucedía a una velocidad mucho mayor que la versión original y otras que se han hecho con el tiempo, incluso la que yo mismo toco en mis conciertos”.
Pero superada la alteridad musical inicial, Gabis decidió probar suerte. Tomó su Repiso, la misma que uso en la versión de Manal, le puso un sonido más actual y le imprimió velocidad a la cosa. “El solo me gustó y además responde a la estética que me propusieron. Probablemente la adopte de aquí en adelante”, arriesga. “Como dije, no espero que el espíritu del '69 se pueda recuperar, pero sí será una celebración, una divulgación de lo que fueron aquellos tiempos, para que la gente joven pueda enterarse de lo que pasó y darse cuenta de que si se quiere trabajar en una misma dirección, cambiar el mundo puede volver a ser posible. Es más, debe modificarse, porque sino vamos a desaparecer inexorablemente como especie”.
“Jugo de tomate” por Gabis, Eruca Sativa y el piano de Lito Vitale será una de las canciones clave a la que se podrá acceder vía streaming. Otra será “Ayer nomás”, en una visita minimal, íntima, entre padre e hijo Birabent. Entre Antonio y Mauricio. “Volver a cantar 'Ayer nomás' con Antonio fue como recrear en tres minutos muchos otros que no han pasado en vano. Es más, cuando terminamos de grabar el tema vino Pipo Lernoud al camarín y nos dijo que volvió a sorprenderse por la letra que él mismo había compuesto, bajo el tema recurrente de la libertad”, confiesa Moris, que ha grabado dos discos con su hijo: Familia canción y el reciente La última montaña. “Vaya que tiene motivos, Pipo, porque los momentos en que nació la canción fueron años combativos, creativos. Éramos un grupo unido por la música, por la edad y por una causa común que era precisamente la libertad. Entonces se olía un cambio en el aire y en todo el mundo. Y nosotros teníamos fuerza, conciencia y juventud como para llevarlo a cabo”.
Gabis acuerda con tal visión: “Fue una época de gran ilusión aquella. Veíamos que nuestros planes, nuestras ilusiones y nuestros deseos se podían realizar. Estábamos muy seguros de lo que estábamos haciendo, teníamos muchísima convicción. Sabíamos que efectivamente eran los primeros pasos y teníamos mucha confianza de que las cosas iban a salir bien, porque estábamos haciendo algo que era sincero, honesto y que tenía un valor. Queríamos formar parte de un movimiento cultural, de un cambio en el rumbo de la sociedad y en el rumbo del arte, y lo estábamos haciendo con total conciencia y entusiasmo, en un clima de compañerismo y amistad. Fueron días maravillosos y dorados en mi vida, no solo en mi carrera”.
Bajo la dirección musical del omnipresente Lito Vitale, el Beat Baires modelo 2021 contará también con versiones que, como “Ayer nomás” y “Jugo de tomate”, sonaron cinco décadas atrás. Algunas, caso “Las guerras”, “El rey lloró”, “No pibe” y “Muchacha (ojos de papel)”, atendidas por sus propios dueños. O -depende cuál- “casi” dueños. Por Quiroga, Nebbia, Medina y Del Guercio, en ese orden. “Es la primera vez que canto 'Muchacha' en un evento masivo. Sí la he cantado en lugares más acotados, en reuniones o conciertos reducidos, y no más de dos o tres veces, porque nunca quise ocupar ese lugar de reemplazo al no estar Luis”, señala Del Guercio, cuyo encargo le bajó del director musical. Pero el sí del exbajista, cantante y compositor de Almendra y Aquelarre no solo provino de tal pedido sino también de la promesa de que se trataría de una versión diferente, como la que finalmente quedó junto a Luciana Jury –también en voz- y el mismo Lito al piano. “Me encantó la idea de mezclar jóvenes generaciones con los dinosaurios que somos nosotros”, se ríe Del Guercio. “Y me encanta que lo seamos, porque somos los únicos de la especie que no nos hemos extinguido”.
Otras piezas del remozado Beat Baires correrán por cuenta de recreadores. Caso “Voy a dejar esta casa, papá”, la intrépida pieza de Gabriela que esta vez sonará en la voz de la poeta y cantora salteña Feli Colina, la batería de Martin Gonzalez, el bajo de Juan Pablo Rufino, la guitarra de Mariano Delgado, y el combo piano Wurtlizer-Mini Moog de Vitale. Caso también de “Color humano”, clásico de Edelmiro Molinari, que esta vez correrá por cuenta de un lujito de banda: David Lebón, Baltasar Comotto y Juancho Baleirón en voces y guitarras; más Rufino hijo, en bajo; Mariano Delgado, también en guitarra, y Vitale en órgano Hammond. “'Color humano' es un tema esencial en nuestro rock, y para él pensamos varias alternativas hasta que llegamos a la idea de que esté interpretado por tres guitarristas de tres generaciones diferentes. Eso fue realmente emocionante”, se entusiasma el tecladista, que no pudo estar en el Beat Baires original por obvias razones temporales.
“Es también una nota de color que mi set de teclados fue totalmente analógico. A diferencia del los instrumentos digitales que me acompañan hace largos años, elegí tocar para este concierto con instrumentos de la época: órgano Hammond, Mini Moog, órgano Yamaha YC20 y piano Rhodes… Algo que por supuesto significó un disfrute total para mi”, extiende el creador de MIA, que tenía apenas 8 años cuando se realizó el primer festival, pero no tardó mucho en descubrir su espíritu. Su padre Donvi le regaló el primer disco de Manal en 1970, y tal fue la punta de lanza para descubrir los tesoros musicales que proponían Los Gatos, Almendra, Vox Dei y Moris entre otros.
“Estas fueron bandas que lideraron la lista de reproducción de Rivera 2100, la casa de los Vitale, que luego transformó en el estudio donde grabaron y ensayaron muchos fundamentales de esta historia: Santaolalla, Spinetta y Los Redondos, por ejemplo”, rememora Vitale, quien sí cree en la idea de concebir el espíritu aquel, hoy. “El espíritu está intacto tanto en los artistas originales que participaron en el Beat Baires de 69´ como en éste. Nosotros, como hijos de ellos, nos movemos totalmente por la pasión y el disfrute de hacer música… Ponemos lo profesional en un segundo plano y lo artístico en primer plano. Así lo aprendimos y así somos felices”, asegura ese amigo del alma.
Del Guercio también vuelve sobre el paso del tiempo y sus incidencias: “No solo se vive hoy otra época en lo temporal sino también en lo cultural. Lo que sí me parece importante es recuperar la memoria sobre esos hitos que fueron desarrollando lo que es hoy la cultura musical urbana en la Argentina, que por supuesto no es solamente rock sino también una música más abarcativa, nutrida de una amplia variedad estilística que pudo contener propuestas tan diversas en un movimiento. Eso que hoy se ve en músicos que empiezan con banditas de rock, y siguen por el folklore o el tango, se fue gestando en esa época, en la que el rédito a obtener en términos de plata, era muy limitado”, coincide el ex Almendra. “Lo importante era que se estaba desarrollando una nueva cosa y ahora lo es que las nuevas generaciones conozcan el punto de inicio”.
Se podrá seguir a las 20 gratuitamente por el canal de YouTube del Coliseo