De una de las escritoras jóvenes japonesas más exitosas de la actualidad (ganó, entre otros premios, el Yukio Mishima y el Akutagawa) se conoce ahora aquí La mujer de la falda violeta, novela publicada por el sello Duomo Nefelibata. "Una autora que construye novelas siniestras, pero siempre con un trasfondo alegre y transparente" definió con certeza el periódico nipón The Asahi Shimbun al referirse a esta historia de una obsesión, que es, también, un fresco sobre la invisibilidad a la que es sometida la mujer en muchos sectores de la sociedad japonesa. La trama es atrapante ya desde el punto de vista: una narradora "neutra" que va fijando la atención, cada vez con mayor intensidad pero de un modo natural, sobre su vecina. Entre trabajos temporales y períodos de desempleo (una realidad que conoció la propia autora) se va desplegando esta narración que retrata la cotidianidad de sus personajes. Mujeres de clase trabajadora, solitarias y a priori sin sucesos extraordinarios que se interpongan en sus rutinas. La novela ofrece un bienvenido sentido del humor, que se filtra en una historia que no pierde el interés con el correr de las páginas.