Desde París

Debía ser una verano libre, un par de meses con precauciones pero al fin desenclaustrado de encierros y restricciones después de 15 meses de confinamientos, toques de queda, ciudades vacías, comercios cerrados, contaminaciones y muertes. La variante Delta del virus Covid-19 vino a trastornar la agenda del Ejecutivo y perturbará la vida de millones de personas. El verano francés estará bajo el influjo de nuevas medidas para frenar o apaciguar las consecuencias de lo que los epidemiólogos ya consideran como “inevitable”, es decir, una cuarta ola del virus. Un mes y medio después de haber detallado en los medios (29 de abril) el calendario en tres etapas que condujo en junio al desconfinamiento de Francia, al fin del toque de queda, del uso de las máscaras en la calle y otras obligaciones, el presidente francés, Emmanuel Macron, debe revisar ese cronograma y renovar ciertas medidas.

Cifras alarmantes

Las cifras alarmantes vuelven a ser la pesadilla diaria. Se han contabilizado 2.350 nuevos casos de Covid-19 por día, lo que equivale a un alza del 31por ciento en relación a la semana anterior. La taza de reproducción del virus (equivale al numero de infecciones que una persona transmitirá a los demás) se sitúa en 1,5. Para los científicos y la dirigencia política, ya no caben dudas de que el virus se ha vuelto a propagar entre la población y su ritmo repentino y acelerado responde a la circulación de la variante Delta del virus, mucho más contagiosa que todas las demás sub variantes que se habían descubierto hasta ahora ( 60 por ciento más contagiosa). El ministro francés de Salud, Olivier Véran, precisó en la radio France Inter que Delta representa hoy no lejos del 50 po ciento de los casos positivos encontrados y que esa variante “está progresivamente reemplazando a todas las otras cepas del coronavirus que existían. La variante Delta será muy pronto mayoritaria en nuestro país, probablemente este fin de semana”.

Todas las regiones de Francia están concernidas por el flujo (7.384 personas hospitalizadas). Sin embargo, su expansión es particularmente densa en la región Isla de Francia (donde está París). Se pasó de 24 casos por cada 100 mil habitantes a 40 casos por día mientras que, en París, donde el umbral peligroso fue fijado a 50 casos, esa frontera ya fue superada. La incidencia del virus crece en todo el abanico de las edades, pero es particularmente densa en los jóvenes que tienen entre 20 y 29 años. En esa franja de edades la contaminación aumentó en un 80 por ciento (65 casos positivos por cada 100 mil personas en el curso de la última semana). Desde el jueves 8 de julio al viernes 9 de julio hubo 4.490 contaminaciones contra 4.081 la víspera. La semana anterior los casos ascendían a 2.600 contaminaciones diarias. Hasta ahora, el 54 por ciento de la población fue vacunada con al menos una dosis y el 39 por ciento con dos.

Campañas

El poder hace todo cuanto puede para promover la vacunación y vencer las reticencias de los sectores del país hostiles a la vacuna. Campañas masivas de afiches, spots en radios y televisión, elementos de lenguaje “diseñados” para persuadir a la población, nada ha faltado en el menú comunicacional. “Un pequeño paso para vos, un gran paso para la humanidad”, dice uno de los slogans que “copia” la frase pronunciada por Neil Armstrong cuando, el 21 de julio de 1969, fue el primer ser humano en pisar la luna.

Vacunación obligatoria para el personal sanitario, modificación del pasaporte sanitario, nuevos confinamientos y medidas restrictivas aplicables en las regiones más expuestas al coronavirus, el gobierno está preparando una serie de anuncios destinados a contener la expansión del virus. Con toda seguridad, las medidas se conocerán el lunes 12 de julio al cabo de un consejo de defensa sanitario, luego del cual Emmanuel Macron se dirigirá al país. La definición que hizo el jefe del Estado del virus recupera toda su vigencia: ”es el amo del tiempo”. Y ese tiempo parecía liberado de amenazas hace solo un mes y medio. 

El pasado 20 de mayo, Emmanuel Macron compartió un café con el primer ministro Jean Castex en la terraza de un bar para celebrar así “la libertad recuperada”. De nuevo, todo era posible: circular desenvueltamente y, en su caso personal, preparar con las manos libres su campaña electoral con vistas a las elecciones presidenciales de 2022 y, al mismo tiempo, sacar de los cajones los proyectos centrales de su mandato que quedaron en suspenso debido al virus (la reforma del sistema de pensiones, por ejemplo).

Pero las ataduras regresan y la “amenaza fantasma” se llama ahora Delta. La intervención estaba prevista, pero no para ser ocupada por el virus sino, más bien, para detallar los objetivos presidenciales en el transcurso de los 9 meses que faltan para las elecciones (abril 2022). Ahora, su alocución contendrá esa hoja de ruta, así como las medidas que se decidirán durante el Consejo de Defensa Sanitario excepcional. La cuarta ola galopa hacia el verano y es muy probable que altere una vez más los planes y ambiciones de la agenda política. Las celebraciones por la “libertad” restaurada empiezan a parecer de mal gusto. En el mingitorio del baño de un bar de la Isla San Luis, una pequeña pantalla de televisión emite un torrente de publicidades. Una de ellas “celebra” la liberación y promueve la vacuna. “ ¡Al fin se reactiva la vida !. Para seguir aprovechándola, vacunemos”, dice el anuncio. Vacunados o no, si las contaminaciones progresan la vida volverá al territorio de las libertades matizadas.

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