Rescatar de una tragedia colectiva algo magnífico, bello y universal. Expresar con un lenguaje contemporáneo el legado artístico de su cultura, cuna de la civilización, haciéndose cargo de su identidad argentina y también armenia. El dibujante, pintor y diseñador de muebles Martín Vaneskeheian es descendiente de armenios llegados al país en los ‘20, como resultado del genocidio de ese pueblo, sufrido a manos turcas, del que se cumplieron recientemente 102 años. Y su muestra Lenguajes sagrados es un rescate emotivo épico, incalculable: “Estudié publicidad, tuve mueblerías y un montón de trabajos, pero hace quince años me agarró una fiebre por investigar todo sobre la cultura y la historia armenia: artes visuales, literatura, arquitectura, historia, mitología”.
Todo es de interés e influencia para esta fantástica muestra que tiene como materia prima los tesoros armenios: de la epopeya nacional de David de Sasún a los diseños contemporáneos de Fred Arikian, pasando por las aventuras de Gurdjieff y los antiguos manuscritos Yotnagryank, que se valen de los valores numéricos del alfabeto armenio para montar complejos sistemas de cálculo.
“Me formé con los lenguajes del arte del siglo XX, y aunque también tengo influencias de artistas armenios contemporáneos como Martiros Saryan o Minos Avetsyan, hay búsquedas y limitaciones personales. En la muestra hay imágenes medievales simplificadas con el tratamiento de una obra de arte pop”, dice. La vestimenta, la escultura, la danza y la música son algunos lenguajes explorados para reciclar y celebrar una cultura inmensa pero ninguneada por el mundo oficial del arte.
Vaneskeheian ya había realizado en 2015 el ambicioso proyecto digital 100 años-100 imágenes, en el que en cien días publicó un centenar de imágenes: ahí ya se vislumbraban su estilo colorido y exuberante, su sentido del humor y su talento para apropiarse en clave pop de los fragmentos de esa cultura, sin perder la devoción por su tradición ni su faceta de investigador insaciable: “Muchas teorías comprueban científicamente y con estudios arqueológicos que el origen de la ganadería, de la agricultura y de la metalurgia es en Armenia. No sé cuánto tardaremos, pero con Agustín Arévalo, un amigo cineasta, queremos hacer una película que cuente que el origen de la civilización proviene de Armenia”. Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra. Habrá que dibujarla.
* Lenguajes sagrados sigue hasta el 15/5 en la Asociación Cultural Armenia, Armenia 1366.