Reprisal (estreno hoy lunes a las 22 por AMC) funciona como una juguetería de cultura pulp. La serie se centra en una femme fatale que lidera un plan de venganza contra quienes quisieron asesinarla. Josh Corbin, su creador, citó como las mayores referencias de su heroína a vampiresas de la gran pantalla como Jane Greer y Lauren Bacall (su estampa, el peinado impecable, la voz que se pierde en un susurro y el revólver como compañía). No la habrán tirado a un estanque lleno de cocodrilos ni despacha a sus enemigos con una katana, pero la protagonista se llevaría muy bien con Stephanie Harper de La vengadora o la novia de Kill Bill. La ficción de diez episodios se cuece en ese collage exuberante de motos choperas, rockolas, telenovelas y films clase B.

Tal como lo indica su título, la entrega sigue el plan de desquite de una mujer humillada a todo nivel. La dama en cuestión (Abigail Spencer) tiene dos personalidades. Es Doris Quinn, una mujer adinerada de Detroit a punto de enviudar de un empresario gastronómico. En su vida previa se la conoció con otro de marquesina como Katherine Harlow y fue ajusticiada por su propio hermano (o al menos eso creyó) cuando era el líder de los Branished Brawlers, una banda de motoqueros a cargo de toda una economía paralela en el sur de los Estados Unidos. Diez años después, han crecido en poder y tienen como jefe a Joel (Rodrigo Santoro). Muerto su marido, Doris volverá a ser la implacable Katherine. ¿Sus enemigos? Un montón, pero al tope aparece esa pandilla a la que define como “un grupo de tontos con camisa de mecánicos”.

La ficción extrae todo lo que puede del apelativo de “tarantinesco” (Corbin dice haber visto siete veces Pulp Fiction al momento de su estreno). Diálogos a puro frases gancho, una narrativa en varios carriles, la estética de neón y proyector estropeado, el western bastardo, violencia gratuita y un sinfín de personajes tan pintorescos como curtidos. Ahí está Big Graham (Ron Perlman), un mafioso que quiere desenmascarar a la viuda. “Los tres River Phoenix”, un grupo delivery criminal con look rockabilly. Y Queenie (Lea DeLaria) quien regentea el club a gogó que funciona como base de operaciones de la pandilla sobre ruedas. “Es la reina del Bang-A-Rang, la que está al mando de los espectáculos, fue un alto miembro de la banda, era la única mujer y tenía como protegida a Katherine. Fue una madre para ella”, le dice la actriz a Página/12.

Para la intérprete, recordada por su paso en Orange Is the New Black (“Queenie le daría una patada a Big Boo”, asegura), lo que más se destaca de este producto es su corte visual. “No sabés bien en qué época transcurre pero reconocés a todas. Eso la vuelve despampanante”. El soundtrack hace su aporte como una rockola analógica y ruidosa (The Cramps, Buzzcocks, The Drifters, B-52). Reprisal, en definitiva, juega a conciencia con varios clisés entre los que debe incluirse a Doris/ Katherine, una mujer letal que siempre está paso adelante del resto. “Tengo que ocuparme de unos asuntos, debo atar unos cabos sueltos”, seducirá al final del primer episodio desde un teléfono.