Recorre los pasillos de La Bombonera desde 1972. Primero como hincha, luego como arquero durante nueve años, más tarde como director general de las divisiones infantiles y juveniles y actualmente como periodista deportivo y porque sigue representando al club en el Fútbol Senior. Sus 400 partidos con la azul y oro, los cinco títulos logrados y la identificación que alcanzó le dan pergaminos suficientes para analizar la actualidad del conjunto de la Ribera. El arco, la realidad del fútbol argentino, su vocación por la docencia y la posibilidad de incursionar en política, otros temas abordados con Carlos Fernando Navarro Montoya.
-En la reanudación de la Copa Libertadores Boca recibirá a Atlético Mineiro. ¿Cómo estará el equipo para un arranque directamente en octavos de final?
-Como en todo inicio de temporada y encima con algunas incorporaciones, el equipo tiene lógicamente cierta dosis de incertidumbre. Hay futbolistas que venían jugando y son la base, pero se sumaron otros. Así irán a competir con el Mineiro que tendrá la ventaja de estar en competencia, porque el Brasileirao se está disputando. Veremos cómo responden. A veces es complicado buscar el funcionamiento en plena competencia y no en la pretemporada como debería ser. Pero con la situación que se ha vivido así quedó el calendario.
- ¿La obsesión de Boca por la Libertadores es un factor motivacional o termina siendo perjudicial?
- Siento que soy un poco el que instaló el tema de la obsesión de Boca por la Copa Libertadores. La teoría de Navarro Montoya es que Boca es muy grande y que la Copa Libertadores debe ser el gran objetivo, pero no el único. La Copa Libertadores no existía y Boca ya era grande. Además el club estuvo muchos años sin ganarla antes de (Juan Carlos) Lorenzo, después de Lorenzo y tras la salida de Miguel Russo, que fue el último que la consiguió como entrenador (el 20 de junio de 2007 se logró por última vez). Con esta obsesión que existe dentro del Mundo Boca, y de la que no soy adepto, se desvalorizan otros logros muy difíciles como los campeonatos locales. Estos han hecho grande a Boca. Dentro de un proceso, mediante un proyecto, se tendrá la chance de ganar la Copa Libertadores. Lo importante es llegar a instancias decisivas y entonces seguramente se volverá a ser campeón.
-En septiembre de 2020, con pocos meses en el cargo, dejó su puesto como director General de las divisiones juveniles e infantiles del club. ¿Por qué?
-Viví once años en España. Tenía a mi familia viviendo allá cuando asumí en enero, con (Jorge Amor) Ameal como presidente y Román (Riquelme) como presidente del Consejo de Fútbol. Presenté mi proyecto de formación integral del futbolista y empecé mi tarea. En marzo llegó la pandemia y seguimos trabajando por Zoom y videollamadas. Pero no logré conectarme nuevamente ni estar con mi familia, así que en agosto decidí volver a España. Se le comuniqué a los chicos de Boca y entendieron la situación. Es más, me plantearon el hecho de esperarme. Sin embargo, no me pareció correcto seguir ejerciendo mi cargo a la distancia. Por eso me alejé. En España dirigí a un equipo de la tercera división, el Guadalajara. Pero mi familia, no así mi hija que sigue allá, me manifestó el deseo de volver. Trabajé el último trimestre del año pasado hasta que terminó la primera ronda. Dejamos el equipo en playoff de ascenso, pero lamentablemente después no se pudo cristalizar con la gente que me reemplazó. Y a mediados de enero ya estaba en Buenos Aires nuevamente.
- ¿Cómo observa el Mundo Boca hoy?
-Soy hincha de Boca, desde los seis años que recorro la Bombonera. Entiendo que haber llegado a lo que Boca es hoy, una de las instituciones más importantes de Sudamérica y del mundo, es consecuencia de todos los procesos que se vivieron. Cada uno aportó lo suyo. Cada uno se habrá equivocado seguramente en algunas cuestiones, pero todos construyeron este Boca enorme a nivel institucional. Voy a la cancha desde el año 72, conozco los orígenes y todos los procesos porque me tocó ver campeón al equipo como hincha, ser campeón como jugador y como entrenador de las divisiones inferiores. Veo que es un club referencial, potente, con una estructura al nivel de los mejores del mundo y eso me pone muy contento.
- ¿Qué opina de la salida de Carlos Tevez del equipo?
- Para mí Carlos estuvo entre los tres mejores jugadores del torneo pasado, junto a Gabriel Arias (de Racing) y "El Pulga" (Luis Miguel) Rodríguez (de Colón). Sin dudas es el futbolista de mayor jerarquía en el fútbol argentino. Veía un Tevez pletórico que podía aportarle mucho al equipo. Después son decisiones personales. Cuando el futbolista entiende y comprende que no puede seguir como él quiere lo mejor es que pueda elegir su momento para salir.
-Teniendo en cuenta ese presente futbolístico que vivía, ¿el Consejo de Fútbol no pudo haber hecho algo más para postergar esa decisión y sellar su continuidad?
- No estoy en el día a día así que no puedo contestar eso. Lo que sí te digo es que Carlos hasta el último día dejó todo por la institución y creo que fue un digno futbolista de la historia del club.
- ¿Qué opinión le merece Juan Román Riquelme como dirigente deportivo?
-Creo que él ha conseguido la posibilidad de gestionar y ejercer un puesto que deseaba ocupar. En ese tránsito, como él mismo ha dicho, seguramente se equivocará y aprenderá. Acertará. Eso forma parte del lugar que ocupa. Afronta cosas totalmente opuestas a lo que fue su rol como futbolista. Nos pasa también a los que fuimos jugadores y ahora somos entrenadores. Estar en un lugar que te lleva a pensar y repensar porque la decisión que hubiera tomado antes seguramente no la podría tomar ahora. Todas estas cuestiones son las que le van enseñando y dando un aprendizaje.
- Tras la salida de Esteban Andrada, ¿queda bien cubierto el arco con Agustín Rossi y Javier García más los jóvenes del club?
- Me parece que sí, porque atrás quedó Ramiro García, a quien conozco y es un muy buen arquero. Está (Tomas) Lingua y (Agustín) Lastra, que se está recuperando de una lesión (ambos de Reserva), más Javi García y Agustín Rossi. Creo que el arco de Boca está bien cubierto. Ahora tendrán que ganarse esa continuidad que es tan necesaria en el arco de Boca, brindando seguridad y ganando partidos. Porque el arquero de Boca debe ganar partidos.
-Precisamente Andrada superó el record que tenía en club de 825 minutos con la valla invicta. Llegó a los 863 minutos, la tercera más extensa en la era profesional del fútbol argentino detrás de los 1.075 minutos de Barisio y los 961 de Armani. ¿Se presta atención a estas cosas o son anecdóticas?
- El récord que tuve duró mucho. Andrada consiguió el récord sumando distintos campeonatos. Yo sigo ostentando el récord dentro de un mismo torneo. Para mí es una satisfacción, un honor, tener ese récord todavía y que Esteban me haya superado -por más que haya sido en dos campeonatos distintos- me pone contento porque tengo el mejor concepto de él. Para mí es un arquero de una gran riqueza técnica, muy completo y que creo que en Boca antes de la pandemia tuvo un nivel superlativo. Que no pudo repetir después, pero que tiene que ver con las obligaciones del puesto. Esa vara tan alta tiene que ver con sus méritos.
- Hablando del arco y de jóvenes que piden pista, recientemente encontramos lo sucedido con Manuel Roffo. Un joven categoría 2000 que tuvo oportunidades en el arco del seleccionado juvenil argentino, pero no en su club de origen y finalmente firmó con Tigre como jugador libre. Lo mismo podría decirse de Nahuel Molina, quien tampoco selló su continuidad en su momento, partió a Europa y fue uno de los laterales por derecha de la Selección en la Copa América. ¿Llegar a la Primera de Boca es mucho más difícil que hacerlo en otro equipo?
-Siempre fue difícil para los jugadores surgidos de las divisiones inferiores consolidarse en el primer equipo, por historia. Creo que eso depende de una política deportiva en la cual al futbolista que surja de abajo se le dé el tiempo para equivocarse, para jugar mal, para tener altibajos. El jugador, generalmente, no madura hasta los 23 o 24 años. Hay excepciones, pero ese es el parámetro. Muchas veces en Boca irrumpe un futbolista que tiene muy buenos partidos, después cae en un pozo y no se lo espera. Boca debe tener como política deportiva la capacidad de tener paciencia para que los futbolistas superen esos momentos. En mi caso, trabajé en las últimas dos gestiones: la de (Daniel) Angelici y la de (Jorge) Ameal. La de Angelici monetizaba muy bien todo el proceso de divisiones inferiores, pero no se les daba tanto espacio ni tiempo. Boca en ese lapso vendió por 30, 40 millones de euros. Surgían futbolistas, pero la prioridad la tenían los que venían de otros clubes. La idea de este proceso, que yo comencé, es generar esa política, dar esos tiempos para que el jugador pueda consolidarse.
- ¿En qué rol le gustaría volver al club?
- Boca es mi casa y siempre estoy volviendo. Elegí irme del club en su momento y ahora estoy prácticamente todas las semanas en el predio de Ezeiza porque entrenamos con el Boca Senior. A veces con más continuidad y otras con menos, por mis ocupaciones. Si algún día vuelvo seguramente estaré ligado a la dirección técnica, a la formación o a nivel profesional.
Maradona, el fútbol, los cambios en el juego, sus gustos y proyectos
-Van a más de siete meses de la muerte de Diego Maradona. ¿Qué recuerdos tiene de él?
-Los mejores. Porque lo conocí a Diego en el ámbito en el que era feliz. Donde se sentía libre y disfrutaba la lealtad de sus compañeros. Lo recuerdo siempre con una sonrisa. Después fue un hombre como todos los demás, con contradicciones, con errores y con virtudes. Pero Armando -como le decíamos (risas)- será el futbolista más amado por los hinchas del fútbol argentino para siempre.
- ¿Tiene alguna anécdota con él?
- Siempre recuerdo que nos quedábamos a patear después de las prácticas. Nos divertíamos, era un momento muy lindo. Apostábamos cosas simples, el juguito de naranja que le gustaba tomar a la mañana o el refresco light que elegía yo.
- El VAR se sumará al fútbol argentino en este campeonato. ¿Piensa que su implementación le quita la esencia al juego?
- Para mí el VAR es una herramienta formidable para que el fútbol sea justo. Creo que hay que utilizarla. Tiene que ser un elemento para ayudar al árbitro, pero no para anular su autoridad. Sí creo que hay que optimizar su tiempo de uso. A la vez pienso debería mejorarse el fuera de juego tal como lo presentó Arsène Wenger. Que se tome el cuerpo del defensor como referencia. Si cualquier parte del cuerpo del atacante está en la línea del defensor rival no debería ser offside. Por más que haya una uña adelantada.
- Se abordó la falta de oportunidad para futbolistas de las inferiores y ahora quisiera preguntarle por el destrato de ciertos jóvenes con sus clubes formadores. Contratos exorbitantes o quedarse con el pase en su poder parece ser el dilema…
- La globalización del fútbol ha hecho que el ecosistema se haya modificado. En nuestra época, hasta fines de los 90 y principios del 2000, los futbolistas duraban mucho tiempo en sus clubes en Argentina. El sueño del futbolista era jugar en su equipo. Hoy en día, tal vez por error del contexto o de ciertos entrenadores, el sueño de los chicos es ir a jugar a Europa. Dentro de ese ideal que se ha cambiado todos trabajamos equivocados muchas veces. Hay que entender que estamos en 2021 y las cosas se modificaron. Lo que sería malo es que cualquiera de los chicos que se va prematuramente no tenga amor por el club. Hoy es difícil encontrar casos como los Bochini, Alonso, Fillol, Gatti y me puedo incluir también. Entre la demanda del exterior por futbolistas jóvenes y la necesidad de vender de las instituciones argentinas por su insuficiencia económica todo aporta para que se vayan cada vez más rápido. Incluso algunos sin haber debutado.
- ¿Quién le parece el mejor arquero del mundo? ¿Y cuál el mejor argentino de la actualidad?
- El mejor arquero del mundo, para mí con diferencia, es (Manuel) Neuer (de Bayern Múnich y la selección alemana). Me parece el más completo. Antes de Guardiola era un arquero y después fue otro. Pudo perfeccionarse. Del fútbol argentino me gustaba (Esteban) Andrada y Lucas Chaves. De afuera, "Dibu" Martínez, "Patón" Guzmán y (Agustín) Marchesín. También hay de otro estilo que son efectivos, como (Franco) Armani o Gabriel Arias.
- En febrero de este año anunció la creación del Centro de Fútbol Navarro Montoya. ¿Cómo y por qué surgió la idea de este Centro?
-Cuando terminé de jugar tenía claro que con ser futbolista no me alcanzaba para lo que quería así que me preparé, me capacité. En España me recibí de entrenador, me especialicé en Metodología de Entrenamiento. Luego profundicé mi formación en Entrenamiento Infanto-Juvenil. Fui dos veces director de Boca, una director General y otra Adjunto. Fui director General de clubes de España, del Club Atlético Pinto, en Madrid. Todo eso me fue llevando a la idea de crear un centro de fútbol. En principio iba a ser en Madrid, pero después de dirigir al Guadalajara el año pasado decidí regresar al país porque la familia me lo pedía.
- Como formador, ¿qué le gusta transmitir a las y los jóvenes con los que trabaja?
- Que el deporte educa, enseña y es multiplicador. Tengo una frase que acuñé: "El fútbol une". En realidad, todos los deportes unen y vinculan. Nosotros transmitimos valores, docencia deportiva, pero ninguna de estas cuestiones tiene valor si escindimos a la persona del futbolista. Porque es muy bajo el porcentaje que llega a ser jugador profesional. Entonces tenemos que preparar a los chicos y las chicas no sólo para desarrollar lo mejor posible su pasión, sino para que entiendan que tienen estar listos para otra vida además del fútbol. Tener otras inquietudes, una educación, si en una mano llevan una pelota en la otra tiene que ir un libro. Entiendo al club, en este caso al Centro de Fútbol, como una extensión del hogar y de la escuela. A mí criterio se le da poco valor a la educación y los clubes han quedado como reemplazantes de cuestiones que muchas veces no encuentran en el hogar ni en las escuelas. Por eso es tan importante la formación. Sueño con clubes que tengan escuelas para que los chicos y chicas terminen el secundario jugando.
- ¿Fue tentado para incorporarse a la política?
- Sí, muchas veces, pero quiero elegir yo el momento. No me interesa que mida muy bien, como algunos me han comentado. Que sea creíble y que tenga buena imagen. Quiero insertarme en un contexto dentro del cual sienta, en primero lugar, que puedo ser útil. En segundo lugar, que me permita prepararme para llegar a determinado objetivo. Y en tercer lugar que esté dentro de un contexto como entiendo que tiene que ser un movimiento para sacar adelante un país. Pienso en un movimiento de coalición, que convoque a todos los sectores del partidismo argentino. Yo crecí en la diversidad, mi papá era peronista del trabajo y del trabajador. Admiré a Balbín, a Alfonsín y después por la posibilidad de viajar y estar en otros lugares entendí que no hay una sola manera de lograr el objetivo que es ayudar a las personas para que tengamos un mejor país. Igualmente, no es algo que tenga estipulado, puede ser mañana o no pasar nunca. Sí colaboro desde mi lugar con acciones benéficas. El deporte es multiplicador y no entiendo politizarlo.