La CGT volverá mañana a las calles, algo que no sucedía desde abril. Esta vez será de la mano de los movimientos populares que exigen la sanción de la ley de emergencia social, reclamo que el triunvirato que conduce la central obrera unificada incorporó a su agenda dos meses atrás. La medida de fuerza, anunciada a mediados de octubre, ganó voltaje político ayer con la media sanción que el proyecto de las organizaciones obtuvo en el Senado.
El objetivo de la marcha, dijo a PáginaI12 el responsable de movimientos sociales del Movimiento Evita, Gildo Onorato, será apurar su sanción en Diputados antes del receso, escenario al que el Gobierno, por ahora, se opone. Incluso, el Ejecutivo dejó trascender que llegado el caso apelaría al veto presidencial, tal como lo hizo con la ley antidespidos en mayo. “Nadie sabe cuál es el costo político de una reacción de esa naturaleza”, advirtió ayer en conferencia de prensa uno de los titulares de la CGT, Juan Carlos Schmid, quien hace pocos días no descartó que se produzcan conflictos sociales a fin de año y señaló, en sintonía, que diciembre “siempre ha sido un mes caliente”.
La última movilización de la CGT fue el 29 de abril, cuando dos de las por entonces tres fracciones que luego se unificarían –faltó el sector de Luis Barrionuevo– desbordaron Paseo Colón en protesta por los despidos y con duras críticas a la política económica de Cambiemos. Luego de desestimar la convocatoria a un paro nacional, la CGT retomó aquel reclamo y sumó la emergencia social para volver a movilizar mañana. “Hace casi un año que esperamos ver cómo este Gobierno acierta una a favor de los trabajadores, los únicos que han puesto el esfuerzo”, justificó ayer la medida otro de los líderes de la central, Carlos Acuña.
“Sabemos que la emergencia social no resuelve los problemas estructurales, pero al menos es un paliativo para los trabajadores informales”, indicó Onorato a este diario sobre el reclamo que llevarán al Congreso, y sostuvo que “el Gobierno tiene la presión de resolver la situación de los que menos tienen”. Y agregó que, se conquiste o no la reivindicación, el proceso de unidad con la CGT “seguirá el año que viene y nos encontrará discutiendo fuertemente el modelo económico”.
Junto a la CTEP y la CGT, llegarán al palacio legislativo columnas de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie. También lo harán la Federación Agraria y la Cgera. Se espera, además, la adhesión de la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, que cuestionan la decisión del triunvirato de cajonear el paro. La consigna, anunciada ayer desde la sede de Azopardo, será: “Unidad para la justicia social y basta de despidos y suspensiones”.
La CGT y organizaciones sociales
Marcha al Congreso
Este artículo fue publicado originalmente el día 17 de noviembre de 2016